
Hoy el Tesoro hará el segundo de dos canjes de deuda en pesos por títulos en dólares con los que el ministro de Economía, Martín Guzmán, aspira a restarles presión a los tipos de cambio financieros al permitir que fondos internacionales atrapados en activos en moneda local puedan dolarizarse sin hacer subir al dólar. La operación es un trago amargo para el Gobierno porque reduce el stock de deuda en moneda local y aumenta el de deuda en dólares, a un costo que según el mercado es del 16% anual, aunque en Hacienda lo calculen diferente.
La operación es un intercambio para los titulares de bonos de la deuda en pesos por emisiones en dólares. El Tesoro ofrece cambiar hasta USD 750 millones de dólares de valor nominal de bonos Global 30 y Global 35 en total –hasta USD 400 millones del primero y USD 350 millones del segundo– a cambio de ocho papeles en moneda local elegibles, de los que existen en circulación el equivalente a USD 5.800 millones de dólares.
La transacción era esperada, ya que el Tesoro ya había llevado a cabo un intercambio similar el mes pasado por otros USD 750 millones, y había sido lanzado a la par del anuncio de que un segundo canje tendría lugar en diciembre. Se crearon como una vía para darles salida a fondos extranjeros como Pimco que tomaron posiciones en pesos y que, cada vez que tratan de dolarizarlas, empujan al alza al contado con liqui.
Para la operación, el Tesoro fijó el valor técnico en pesos de los bonos en moneda local, mientras que para participar de la licitación los inversores deberán ofrecer un valor en pesos por los bonos en dólares en cuestión. Como resultado, dado que el valor en dólares de esos títulos se fija en el mercado, surge un tipo de cambio implícito que se asume estará cerca de los $141 a los que se mueve hoy el dólar contado con liquidación.
Por ejemplo, el Global 30 vale $5.800 en pesos en la Bolsa, mientras que su cotización en dólares está en USD 41,50. La división directa de las dos cifras da que el bono vale casi $140 pesos por cada dólar. Un tipo de cambio implícito.
El dólar implícito en los bonos es clave para evaluar el costo. Guzmán, por ejemplo, sostiene que la tasa a la que se endeuda el Estado es del orden del 5%. Así lo hizo en su última visita al Senado. Esto es porque toma el tipo de cambio oficial para el cálculo, entonces en teoría obtiene muchos más “dólares” por el bono que vale USD 41,50 en el mercado. Pero no es más que una diferencia contable; si el Tesoro quisiera salir a comprar sus propios bonos con pesos a ese tipo de cambio, los estaría pagando carísimos.
Dado su bajo precio, cuanto más barato, mayor es el rendimiento que obtiene un inversor por comprar el papel y esperar a su vencimiento en 2030; el Global 30 cotiza a un nivel compatible con una tasa del 16% anual en dólares. El Global 35, con una tasa de algo menos del 15%.
Aunque los montos no son grandes, USD 1.500 millones de emisión de deuda que compara con USD 65.000 millones de títulos reestructurados este año, el costo levantó varias voces críticas.
Uno de los críticos fue el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, que se quejó por la transformación de deuda en moneda local a deuda en moneda extranjera.
“Transformar deuda en pesos en deuda en dólares, como se anunció, es un error grave y una anormalidad. Las economías en desarrollo con amplios desequilibrios económicos y sociales, como la nuestra, renegocian sus deudas tratando de reducir la parte emitida en monedas duras y aumentar la emitida en moneda local”, dijo en su cuenta de Twitter en julio pasado, cuando Guzmán dio a conocer su intención de lanzar los canjes.
“Insólitamente al crear canales para pasar de deuda en moneda local a deuda en dólares, se está proponiendo lo contrario, lo cual va a resultar a la larga en un costo mayor para nuestro Estado y para todos nosotros”, dijo Lavagna.
Mientras tanto, en el mercado esperan que los fondos con tenencias en pesos que no logran dolarizarse por las trabas cambiarias tomen todo lo que puedan.
“Recomendamos la salida de las posiciones en pesos para los jugadores extranjeros. El Gobierno está proporcionando una salida, y ya sea participando en el intercambio o usando la actual ventana de estabilidad, creemos que las posiciones pesos están sujetas a altos riesgos por delante”, escribió BTG Pactual en un informe para sus clientes.
“Estimamos que el Gobierno se quedaría sin reservas netas para septiembre de 2021 bajo las políticas actuales, y un acuerdo con el FMI requerirá una moneda más débil o una consolidación fiscal más rápida combinada con tasas domésticas más altas, políticas que el Gobierno es reacio a aceptar”, agregó.
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