
Javier Frana tiene un perfil muy discreto, es un gran analista que mide cada palabra que saldrá de su boca con la misma precisión con la que ejecutaba su drive. Su interés, equivocarse lo menos posible y no herir a nadie. En su primer año como capitán enfrenta sus primeras series finales de Copa Davis y quedó a dos victorias, en partidos mano a mano, de luchar por traer la Ensaladera de Plata por segunda vez a la Argentina. Pero, ¿cómo vive él, internamente, a este momento?
- Es tu tercera participación como capitán, ¿moviliza algo distinto?
- Sinceramente, no hay una mayor movilización, comparativamente hablando. Está más que claro que hay una muy linda sensación, porque tenemos la posibilidad y el derecho ganado de estar en instancias muy prestigiosas, pero, por otro lado, la preparación y todo lo que yo tuve como sensaciones, sin duda que fueron cambiando. En la primera, sobre todo, tenés que estar más atento, desde el desconocimiento. No tenía que saltearme nada y no cometer algún error que tenía que ver con la función. Después, vas entrando un poquito más en un territorio al que lo vas entendiendo y, ahora, es como que seguís con ese mismo entusiasmo, lo preparás con las mismas ganas y motivación, pero a la vez, teniendo en cuenta que es una instancia muy prestigiosa.
- ¿Cómo venís llevando el ser capitán? ¿Era como te lo imaginabas?
- Por sobre todas las cosas, lo estoy disfrutando. Pero, por otro lado, hay mucha responsabilidad y tenés muchas cosas que atender. Además, hay que tratar de gestionar muchas cabecitas como para que todas estén bien y tratar de ir desarrollando esa unión, esa cultura que tiene que ver con una forma de vivir la Copa Davis y una forma de relacionarnos que ha sido muy buena. Así que, por ese lado, yo también siento que más allá de todos los momentos que pasé en esta temporada, lo llevé con mucha tranquilidad. Me sentí siempre, como en control. En ese sentido, estoy muy contento.
- Será la primera vez que juegues mano a mano, ganás y seguís, perdés y te vas. Además, a tres puntos. ¿Cómo te gusta más?
- Hay que tomar el formato que hay y es lo que nos toca. Yo nunca tuve esa experiencia de los tres puntos y es lo que nos toca. El primer desafío es Alemania y, después, veremos qué pasa.

- ¿Francisco (Cerúndulo) aparece firme como N° 1, tenés definido al equipo para el debut?
- A los singlistas los iremos trabajando día a día y vamos a ver cómo se van adaptando. El dobles es lo que está más definido, a menos que ocurra algún imprevisto.
- ¿Sos de fijarte qué rival va a estar del otro lado de la red o te da lo mismo?
- Mirá, yo me fijo más en mi equipo, en la preparación. En cada serie empezamos de cero, porque tenemos un equipo con jugadores muy parejos y, por eso, podemos tener una idea de cómo estamos. Por eso, recién después de analizar los entrenamientos y a los rivales vemos con qué formación salimos.
- Cuando hablás de preparar al equipo o preparar las series, ¿qué es lo que buscas?
- Yo lo entiendo como que es un 360, que cada uno individualmente, compartiendo el lugar y haciendo, digamos, la parte más específica, pueda en cierta manera tener la mejor preparación y llegar a lo mejor. También, que tenga que ver con todo el grupo, la construcción y reafirmar esa unión, esa convivencia y seguir viviendo momentos que sean agradables. Que para los jugadores sea lindo estar, que tengan ganas de estar, que tengan ganas de compartir, porque ahí es donde su tenis sale más, donde sus posibilidades y sus capacidades rinden mucho más. En ese momento y bajo esas condiciones es cuando aparecen por sobre todas las cosas, cuando hay un buen clima.
- Hablando con Francisco Cerúndolo, decía que es una serie muy abierta, que contra Italia, el año pasado, los favoritos eran los italianos, pero que con Alemania es una serie abierta, para cualquiera de los dos. ¿La ves así?
- Sí, podría decir cerrada, porque para ninguno de los dos es un encuentro fácil. A ver, como nos pasó en Países Bajos, el 3-0 era una posibilidad y el 0-3 también, llegado el caso y cuando las cosas no te funcionan. Y acá, me parece que es una serie que está abierta, que va a ser muy pareja y que, como lo decíamos en varias ocasiones, Argentina es muy fuerte. El equipo tiene en todos los puntos la posibilidad de ir con mucha ilusión a enfrentarlo, es decir, no tenemos puntos débiles y eso es muy bueno para nosotros.
- Juguemos con la imaginación. Es cierto, primero hay que pasar a Alemania, pero en caso de una victoria tocaría enfrentar a la España de Carlos Alcaraz, con un dobles con Granollers, o un equipo muy parejo como República checa. ¿A cuál preferirías enfrentar?
- Justo a mí me venís a preguntar de imaginación, cuando no es lo mío (se ríe). No puedo adelantarme, sinceramente. Son tantas las cositas que uno tiene ahora en la cabeza, que no te da el espacio ni te aporta nada ponerte a ver quién vendrá. Es como que ya estoy convencido de que lo que tiene que ser, será. Te juro, no me da la imaginación (vuelve a reírse).

- ¿Seguís la actualidad de San Lorenzo? Está complicado, ¿no?
- Sí, sigo la actualidad de San Lorenzo. Mi hijo Francesco es muy fanático y, entonces, sigue todo y está pendiente de todo y eso me lleva a mí a estar también un poco más al tanto. Y, la verdad, es que sí, la situación es muy complicada y es para rescatar lo que están haciendo los jugadores y el cuerpo técnico de la Primera División. Le ponen mucho profesionalismo, mucha responsabilidad de llevar adelante un trabajo, tal vez, en una situación muy complicada, porque claramente lo que a veces pasa dentro de la cancha viene arrastrado también con cosas que ocurren afuera. Todo es una cuestión de equilibrio, de bienestar. Básicamente, de equilibrio. Así que ojalá que, por lo menos para la gente que va y que llena el estadio, sigan teniendo buenos resultados y puedan darle alegría y se soluciona de una buena vez todo lo que está pasando desde la política del club.
- ¿Te gustaría ser presidente de San Lorenzo, en algún momento?
- No, definitivamente no, porque no me gusta, no me siento capaz tampoco para esa función. Pero ni en lo más mínimo. Por otro lado, ojalá que a San Lorenzo le vaya muy bien políticamente, para que pueda tener previsibilidad y un desarrollo integral. Porque, tanto San Lorenzo como cualquier club, está bueno que en el sentido amplio de lo deportivo le vaya bien; que la oferta deportiva sea superadora, que le dé a sus socios la posibilidad de encontrar en el deporte algo tan valioso y tan importante como la actividad deportiva. Y que, además, los provea de una actividad social que les permita desarrollarse como persona. Esto lo hago extensivo en general. Que la política deportiva esté realmente enfocada en priorizar el crecimiento de cada una de las disciplinas deportivas con la que cuente cada club.
No se le nota, porque no es demasiado expresivo -así fue toda su carrera-, tanto en los momentos tristes y complicados que le tocó pasar con su enfermedad, como en las alegrías del camino de la vida, pero en medio de toda esa tranquilidad exterior vibran ansiedades y sensaciones de afrontar un desafío único y, como dice él, prestigioso.
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