Los detalles del escándalo que sacude el fútbol turco: la razón por la que 152 árbitros están bajo investigación

La Federación Turca de Fútbol confirmó que el 65% de los jueces tienen cuentas en sitios de apuestas

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Fenerbahce y Galatasaray: clásico en
Fenerbahce y Galatasaray: clásico en el fútbol turco (REUTERS/Umit Bektas)

La revelación de que 152 árbitros turcos están bajo investigación por apuestas deportivas ha sacudido los cimientos del fútbol en Turquía y ha encendido las alarmas en los principales organismos internacionales. El escándalo, que afecta a todas las categorías del arbitraje, incluida la Primera División, fue confirmado por la Federación Turca de Fútbol (TFF). La magnitud del caso, que involucra a más de una cuarta parte de los jueces en funciones, ha puesto en entredicho la integridad del deporte en el país y ha motivado una respuesta inmediata tanto a nivel nacional como internacional.

La investigación se centra en 152 árbitros que habrían apostado en partidos, una práctica expresamente prohibida para quienes deben garantizar la imparcialidad en el campo de juego. El presidente de la TFF, İbrahim Hacıosmanoğlu, detalló que, de los 571 árbitros activos en Turquía, 371 poseen cuentas en casas de apuestas, lo que representa un 65% del total. La cifra de apuestas detectadas supera las 10.000, con un caso extremo de un árbitro que realizó más de 18.000 operaciones y otros diez que superaron las 10.000 apuestas cada uno. Hacıosmanoğlu calificó la jornada como “un día clave” para el fútbol turco, subrayando la gravedad de la situación.

El desglose de los implicados revela la profundidad del problema: entre los investigados figuran siete árbitros principales y 15 asistentes de la Primera División, así como 36 jueces y 94 asistentes de categorías inferiores. Esta distribución evidencia que el escándalo no se limita a los niveles más bajos, sino que alcanza la élite del arbitraje nacional. La presencia de nombres de peso entre los acusados ha incrementado la preocupación por la transparencia y la credibilidad de las competiciones en Turquía.

Frente a la magnitud del caso, la TFF, en coordinación con el gobierno turco, ha puesto en marcha un proceso disciplinario inmediato. Los expedientes de los árbitros señalados serán remitidos al Consejo Disciplinario (PFDK), amparándose en la Ley N.º 6222, que regula los delitos en el deporte. De ser hallados culpables, los sancionados podrían enfrentar inhabilitaciones de entre tres meses y un año, según lo estipulado en el acta disciplinaria de la federación. Además, la TFF ha solicitado la colaboración de los clubes para detectar posibles apuestas entre futbolistas y ha advertido que, si no se avanza en ese sentido, podría intervenir con apoyo estatal en otros sectores del fútbol turco.

La reacción de los clubes no se hizo esperar. Las entidades deportivas tienen la posibilidad de iniciar acciones legales contra los árbitros implicados. Dursun Ozbek, presidente de Galatasaray, uno de los clubes más importantes del país, fue uno de los primeros en pronunciarse, exigiendo máxima transparencia y reclamando que se hagan públicos los nombres de los árbitros, los partidos que dirigieron y el alcance de sus apuestas.

El impacto del escándalo trascendió rápidamente las fronteras nacionales. La TFF comunicó formalmente la situación a la FIFA y la UEFA, que ya evalúan si entre los investigados hay árbitros que hayan participado en competiciones internacionales. La UEFA ha abierto una investigación propia para determinar la posible implicación de jueces en torneos continentales. Esta vigilancia internacional coloca al fútbol turco bajo el escrutinio de otras federaciones, que podrían intensificar sus controles en el futuro.

En respuesta a la crisis, la Federación Turca de Fútbol ha anunciado una campaña de formación y recambio de árbitros, con el objetivo de “garantizar una estructura limpia y resiliente”, según comunicó la entidad. La TFF busca así reforzar la integridad del arbitraje y restaurar la confianza en el sistema, mientras los expedientes disciplinarios avanzan y se espera la publicación de los nombres de los implicados.

La exigencia de transparencia y la determinación de los clubes y la federación marcan el rumbo de las próximas semanas, en las que la opinión pública y los organismos internacionales seguirán de cerca el desenlace de este proceso y la revelación de los detalles sobre los árbitros y partidos afectados.