
La rivalidad entre Genoa y Sampdoria, conocida como el Derby della Lanterna, volvió a quedar expuesta en las últimas horas con un episodio insólito y cargado de malicia futbolera en la Serie B italiana. Ambas instituciones conviven en la ciudad de Génova y protagonizan uno de los clásicos más antiguos y encendidos de Italia. Ahora, la intensa competencia local se trasladó nuevamente fuera de la cancha, cuando hinchas del Genoa intentaron boicotear la permanencia de Sampdoria en la segunda categoría del fútbol italiano.
La situación comenzó tras la crisis del Brescia, que descendió de manera administrativa y abrió un inesperado escenario: Sampdoria, que ya había descendido deportivamente, recibió una nueva oportunidad para permanecer en la Serie B a través de una serie de repechaje frente a Salernitana. Para el primer partido de esta serie, Sampdoria puso entradas a la venta con precios muy accesibles —entre 5 y 10 euros— buscando asegurarse un estadio Luigi Ferraris colmado para presionar a su rival.
Sin embargo, los hinchas del Genoa organizaron una movida en las redes sociales y grupos de chat para comprar, en masa, las entradas disponibles e impedir que los hinchas genuinos del Samp pudieran acceder al estadio. Utilizaron nombres ficticios o de personajes célebres vinculados a la historia del fútbol italiano y genovés, como Diego Milito, Gabriele Gravina, Massimo Ferrero y Mbaye Niang, dificultando el rastreo de la maniobra. Diego Milito, en particular, es ídolo del Genoa y su nombre fue repetido entre los compradores ficticios; el ex delantero argentino dejó una huella profunda al salvar al club del descenso y ser gran figura en el ascenso en la década pasada.
El objetivo era claro: reducir la presencia de simpatizantes locales, dejar el estadio medio vacío y, de ese modo, privar a la Sampdoria del aliento en el partido más crucial de su historia reciente. La Samp, conscientes del riesgo, lanzó un proceso de verificación de los tickets adquiridos, logrando identificar y anular las compras sospechosas.

Este episodio se inscribe en el folklore propio del fútbol italiano, donde históricamente las rivalidades exceden lo deportivo para volverse parte de la cultura popular. Genoa y Sampdoria ya tienen un largo historial de cruces dentro y fuera de la cancha, pero el boicot con identidades falsas llevó el clásico a otro nivel en un contexto de máxima tensión, con un descenso a la Serie C en disputa.
La pasión por el fútbol en Génova no reconoce pausas ni atajos, y las burlas y provocaciones entre hinchadas parecen renovarse con cada capítulo de la rivalidad. Este duelo por la permanencia, marcado por la astucia de los ultras y la rápida reacción del club afectado, refuerza la vigencia y el fervor de un clásico que trasciende los límites de la ciudad y se mantiene entre los más picantes de Europa. Como históricamente sucede en Italia, las pasiones del fútbol pueden ser motor tanto de gestos de ingenio como de pequeñas “maldades”, siempre buscando inclinar la balanza en favor del propio club y dejando huella en la memoria colectiva de los simpatizantes.
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