San Lorenzo le rindió un sentido homenaje al papa Francisco, reconocido hincha del club, en el primer partido que disputó luego de su fallecimiento. El Estadio Pedro Bidegain fue el escenario de una emotiva jornada que combinó símbolos, memoria y afecto hacia la figura del Pontífice argentino, fallecido a los 88 años en el Vaticano.
Antes del inicio del encuentro ante Rosario Central, el estadio se sumió en un profundo minuto de silencio en honor a Jorge Mario Bergoglio. La emoción se apoderó de las tribunas mientras miles de hinchas, jugadores y dirigentes expresaban su respeto a quien, a lo largo de su vida, manifestó abiertamente su amor por San Lorenzo.
Como parte central del homenaje, San Lorenzo presentó una camiseta especial. Cada jugador lució en su pecho un parche alusivo al papa Francisco, con el mensaje “Juntos por la Eternidad”, aprobado de manera inmediata por la Liga Profesional. La imagen, diseñada especialmente para esta ocasión, acompañó a los futbolistas a lo largo de todo el partido, simbolizando la unión eterna entre el club de Boedo y su hincha más célebre. Rosario Central también mostró sus respetos con una insignia en honor a Francisco.

La presencia simbólica de Francisco no se limitó al campo de juego. Durante la previa y el entretiempo, se realizaron actividades con participación de la organización Scholas Occurrentes, fundada por el Papa en 2013 con el objetivo de transformar la educación a nivel global. Un grupo de chicos de la sede de Scholas del Barrio 31 de Retiro desfiló junto a la categoría 2012 del club, que próximamente representará a San Lorenzo en un torneo internacional en Rusia. El gesto buscó reafirmar los lazos que el papa tendió entre el deporte, la educación y la integración social.
En las tribunas, numerosas banderas especiales recordaron a Francisco, incluso los fanáticos portaron algunas banderas con los colores amarillo y blanco. Desde temprano, la pantalla gigante del estadio proyectó un video institucional que repasó la historia del papa con los colores azulgranas, sus visitas al club antes de ser elegido Pontífice y sus muestras públicas de cariño por San Lorenzo tras su asunción en 2013.

Además, en el campo de juego, se exhibió un cuadro pintado especialmente para la ocasión por la artista cuerva Lú Sedova junto con una estatua. La obra, ubicada junto al escudo del club, rindió homenaje a la figura de Francisco y a su vínculo con San Lorenzo, generando un espacio de recogimiento en la previa del encuentro.
El homenaje organizado por el club buscó no sólo recordar su figura, sino también celebrar el legado de pasión, fe y pertenencia que dejó entre los hinchas azulgranas. “San Lorenzo y Francisco, juntos por la Eternidad”, no fue solo un lema en una camiseta, sino un sentimiento compartido que sobrevoló el Bidegain en una tarde de profunda emoción.

La historia de amor del Papa Francisco y San Lorenzo:
“Que gane San Lorenzo”. Con esa frase breve pero reveladora, el papa Francisco respondió a un periodista argentino que le pidió una bendición para el país, pocos meses después de su elección en 2013. Detrás de esas palabras se esconde una historia que atravesó su vida: una devoción inquebrantable por San Lorenzo de Almagro, el club que marcó su infancia, forjó su identidad futbolera y lo acompañó hasta su último día en la tierra.
Jorge Mario Bergoglio era socio de San Lorenzo desde 2008, con el número 88.235, y según confirmó el club, continuó abonando su cuota aún después de convertirse en papa. Aunque había dejado de ver televisión en 1990, se mantenía al tanto de los resultados gracias a allegados en el Vaticano. Incluso durante la final de la Copa Libertadores 2014, que San Lorenzo ganó ante Nacional de Paraguay, pidió ser informado del desarrollo del partido mientras volaba hacia Corea del Sur.
La pasión de Francisco por San Lorenzo nació en 1946, cuando con apenas nueve años asistió junto a su padre Mario al viejo Gasómetro de Avenida La Plata. Fue testigo del campeonato logrado aquel año, con 90 goles en 30 partidos, impulsado por el Trío de Oro: Armando Farro, René Pontoni y Rinaldo Martino. Esa temporada quedó grabada en su memoria. En 2018, Francisco recitó de memoria la formación de ese equipo y evocó con detalle goles como el de Pontoni en el 5-0 frente a Racing.
Su vínculo con San Lorenzo también se reflejó en gestos íntimos. En 2009, cuando era arzobispo de Buenos Aires, visitó la pensión del club y confirmó a juveniles de las inferiores, entre ellos a Ángel Correa. Además, tras su elección como papa, recibió en el Vaticano a directivos y jugadores azulgranas, que le llevaron una réplica de la Copa y una camiseta con una aureola sobre el escudo.
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