Cumple 100 años el Club Náutico Mar del Plata, la institución que forjó a Guillermo Vilas

El tradicional club celebra su primer centenario y la ciudad balnearia se apresta a reconocer el significado social de la institución, cabecera deportiva de la náutica y del tenis bonaerense

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El Náutico cumple 100 años
El Náutico cumple 100 años (Crédito: IG del CN de Mar del Plata)

“Llegar a los 100 años es como una utopía”, reflexiona el presidente del club, Juan Agra, quien agrega que esto cobra especial dimensión “cuando se trata de una institución. Es un hito que vale la pena festejar, mirando lo que fue el pasado, lo que fueron estos 100 años, para disfrutar el presente y planificar el futuro, que es muy importante, para que sigamos cumpliendo años”.

El actual presidente del Náutico, fundado el 25 de marzo de 1925, es el número 30 en la sucesión y transita por su segundo mandato consecutivo, desde agosto de 2024. A él es a quien le cabe el privilegio y la responsabilidad de esta celebración centenaria y repasa brevemente los detalles más destacados de la historia de su institución. “Nació en 1925 como una inspiración del por entonces intendente de Mar del Plata, Teodoro Bronzini, junto con sus amigos Rufino Inda y Eduardo Peralta Ramos, con la visión de tener un club que con sus actividades pusiera a la ciudad de cara al mar”, relata Agra.

Allí comenzaron a practicarse actividades deportivas en el agua, que luego fueron ampliándose con los cambios de los tiempos, como vela, remo y los nuevos formatos que llegaron, como el wind surf, etcétera. Pero no todo quedó en los deportes náuticos, porque se agregaron el tenis y el hockey, entre otros.

Una vieja imagen del Náutico,
Una vieja imagen del Náutico, antes de su inauguración (Crédito IG del CN de Mar del Plata)

Para Mar del Plata, el Club Náutico tiene una vital importancia, con 4.000 socios es un referente no sólo en todas las disciplinas que se practican allí, sino en el aspecto social y de relación en la ciudad.

Como una actividad más, el tenis hizo su aparición en el club en el año 1941, con la construcción de la primera cancha de polvo de ladrillo, a la que, en la actualidad, se le añadió luz artificial y otros once courts más, también iluminados artificialmente.

De la mano del por entonces presidente, el escribano Roque Vilas, veinte años más tarde, en la década del ‘60, llegaba Felipe Locicero como preparador físico, quien le cambiaría el rumbo y el enfoque al club. También forjaría el destino de uno de sus socios más pequeños, aunque el presidente que lo llevó al club no sabía que sería el de su propio hijo.

El tenis empezó a tomar mayor trascendencia y comenzaron a destacarse algunos jugadores jóvenes, como los hermanos Quintín y quien sería el buque insignia del club: Guillermo Vilas.

“El tesón, el esfuerzo y la calidad humana de Guillermo hizo que se convirtiera en quien es y en el deportista que transformó al tenis en la Argentina. Entonces, no solo nos llena de orgullo que Guillermo se haya iniciado en el club, sino que sea el responsable de haber transformado al club, al tenis y hacerlo popular”, sostiene Agra.

Pero la actividad de Locicero no se quedó en la formación de Guillermo Vilas como profesor de la escuela de tenis del club, sino también construyendo a otros tenistas “destacados del club como los Quintín, Demartis, Garoni y Cataldi, entre las mujeres, que competían en distintos torneos que se jugaban en la Argentina”, recuerda el presidente.

En 1992 el Náutico tuvo
En 1992 el Náutico tuvo participació9n en el Campeonato Mundial Optimist (Crédito: IG del CN de Mar del Plata)

Pero el club no perdió su mirada en el mar y la náutica también tuvo a su figura destacada. Martin Jenkins, hoy integrado a la escuela del club, logró ser bicampeón mundial de la clase Optimist, con 16 años. Esta clase es la más numerosa y la más competitiva, en donde se inician todos los futuros navegantes. “Nuestros medallistas olímpicos todos pasaron por la clase Optimist. Por eso es tan importante esa clase, porque el alto grado de competencia forma a los chicos y futuros navegantes”, dice Juan.

Por eso no extraña la capacidad de generar importantes torneos, como la carrera de aguas abiertas, la Semana Internacional del Yachting o, como a fines de 2024, organizar el Campeonato Mundial de la clase Optimist, por el que recibió el reconocimiento internacional por parte del Órgano Rector a nivel mundial, calificándolo como el mejor mundial realizado.

La estatua de Vilas en
La estatua de Vilas en la entrada del Náutico

Esto le permite a la ciudad costera constituirse en el lugar de las mejores canchas de regatas en el mar que tiene la Argentina. “Son muy importantes, con un alto nivel de exigencia, que hace que las distintas flotas de Argentina y de diferentes países lleguen hasta aquí a testear a sus competidores”, comentan quienes saben de este deporte.

Pero el significado del club es pertenencia y contención, por eso, basado en los conceptos deportivo, social y cultural, el Náutico intenta abarcar a la totalidad de los miembros de la familia, recibiendo a los más chicos en un mini club, alimentando las actividades deportivas sin descuidar las sociales y cuidando a los socios mayores con actividades como clases de teatro, tango, coro, escritura y meditación.

Es por eso que el Concejo Deliberante, como así también el Poder Ejecutivo de Mar del Plata le rinden homenaje en reconocimiento a su aniversario y a su compromiso social y deportivo con la comunidad.

Una foto del casamiento de
Una foto del casamiento de Thierry Quintín, en 1975. Guillermo Vilas está sentado en el piso. Arriba, Ricardo Capparelli y su esposa al lado de la novia (Gentileza Familia Capparelli)

“Para mí como para el resto de mi familia, el club es nuestra segunda casa. Mi abuelo fue vitalicio, mi padre fue vitalicio y yo ya soy vitalicio. Ser parte del club es una tradición familiar”. Así lo reconoce Facundo Capparelli, quien recuerda que su abuelo empezó a ir al club como remero en la década del 30 y que, luego, su papá continuó como navegante y un gran guía para muchos chicos y colegas de la institución que querían iniciarse en el deporte de vela. “Después nos trajo a mis hermanos y a mí y yo traje a mis hijos”, agrega.

Los socios rescatan el hecho de que el club se caracterizó por su ambiente familiar, en donde todos se conocen y se cuidan, “a pesar de haber crecido mucho. Por eso seguimos tratando de que no pierda esa identidad y el sentido de pertenencia”, comenta Facundo.

Otra de las notas de orgullo de la institución es que las disciplinas que se practican en el club se realizan con recursos genuinos de los socios, sin necesidad de solicitar préstamos. “Nunca se endeudó, nunca tuvo ningún tipo de préstamo y y es un club también que está abierto a la comunidad porque llevamos a chicos de escuelas públicas a que hagan el bautismo de mar en la lancha del club o también facilitamos un gimnasio cubierto para que los chicos de la escuela municipal del puerto puedan practicar actividad física y bueno, tratamos de de insertarnos en la comunidad permanentemente porque el club formó parte de la historia de Mar del Plata ya con sus 100 años”, explica Capparelli.

Y agrega: “Desde el punto de vista familiar, bueno, mi papá Ricardo Caparelli y todos sus hermanos que eran cinco, una mujer y cuatro varones, todos fueron desde desde que nacieron. Mis abuelos los concibieron y mi abuela embarazada llevó cada uno de sus hijos al club desde la década del 40. En ese momento se hacían hermosos bailes de carnaval, de disfraces y Y tenemos un arraigo muy firme con el club que lo defendemos eh con uñas y dientes. Bueno, no sé qué más decirte, por ahí me puse demasiado personal, no quiero tampoco que la nota destaque mucho ni mi figura ni la familia, sino obviamente la del club”.

La historia de Vilas está
La historia de Vilas está unida a la del Náutico de Mar del Plata

Vilas y el Náutico

“Para el club, haber sido el lugar en donde se inició y se formó Guillermo Vilas en sus primeros años nos llena de orgullo y lo convirtió a Guillermo en un embajador deportivo del club. Guillermo es una persona de gran calidad humana, que se destacó a nivel mundial y transformó, junto con otros grandes de su momento, como Borg y Connors, transformaron al tenis y lo hicieron evolucionar. Así que, para el club, es un enorme orgullo haber sido un poco el iniciador de Guillermo”, dice, emocionado, Agra.

El Náutico siempre lo tuvo presente a Guillermo, le puso su nombre a la cancha principal y en 2012 se instaló la escultura dedicada a él, la del “revés argentino”, que hoy se luce en el ingreso al club.

Parte del Paseo Vilas en
Parte del Paseo Vilas en el Náutico

Pero en un lugar frente al sector de tenis, el Náutico guarda los preciados recortes de la historia de quien se convirtiera en su nave insignia, el Paseo Guillermo Vilas. Un camino que recorre los diferentes momentos de la vida del mejor tenista argentino de todos los tiempos y uno de los cinco mejores deportistas argentinos del Siglo XX, junto con Maradona, Fangio, Monzón y De Vicenzo.

“El proyecto del Paseo Guillermo Vilas comenzó en 2020, cuando se iniciaron las tratativas de Daniel La Reina, titular de la escuela de tenis del club, y el periodista e historiador Eduardo Puppo”, cuenta Agra.

La idea primigenia del club fue que tanto sus socios, como los visitantes de la ciudad balnearia y los chicos de las distintas escuelas de tenis de Mar del Plata pudieran ver y dimensionar lo que fue Vilas para el deporte argentino y para el tenis a nivel mundial. “Esto es apenas una muestra de reconocimiento que le podemos hacer a nuestro deportista más destacado”, concluye el presidente de la institución.