La Reserva de Boca Juniors que dirige Mariano Herrón igualó 1-1 ante Central Córdoba de Santiago del Estero por un partido pendiente de la fecha 5 de la Copa Proyección. Así, alcanzó la línea de los 21 puntos y mira a todos desde la cima del Grupo B: les sacó cinco unidades de ventaja a Tigre y Belgrano. Sin embargo, el dato de color lo aportaron los futbolistas del plantel profesional, que acaba de acceder a la final de la Copa Libertadores. Es que varias de las estrellas orientadas por Jorge Almirón observaban el duelo sentados a un costado del campo de juego cuando los vio el árbitro y pidió su remoción. Allí fue que Valentín Barco sacó a relucir toda su picardía...
Fue el cuarto árbitro el que se encargó de desalojar al grupo, indicándoles a sus componentes que debían continuar viendo el cotejo desde atrás del alambrado. Todo, en un clima de sonrisas: si hasta Darío Benedetto, quien encabezó la fila, se permitió bromear con la autoridad del pleito en plena retirada. Pues bien, el último en levantarse del césped resultó Barco, quien comenzó a caminar con andar cansino, empujando una pelota con el botín. No obstante, cuando llegó ante el colegiado, la pasó por entre las piernas de quien los sacó de la cancha, a puro desparpajo.
“Le tiró un caño Barco, le tiró un caño”, dijo uno de los narradores del encuentro, al tiempo que el cuarto árbitro ya cruzaba la cancha para volver a ocupar su lugar en pos de la reanudación del encuentro, en el que Agustín Gallo abrió el score para la visita y el ingresado Yael Ramallo terminó concretando la igualdad. Sebastián Díaz Robles; Natan Acosta, Lautaro Di Lollo, Valentín Fascendini, Nahuel Genez; Mauricio Benítez, Santiago Gauna, Julián Ceballos; Juan Cruz Payal; Simón Rivero e Ignacio Rodríguez fue la formación que eligió Herrón para iniciar el partido que tuvo como perlita el gesto técnico de Barco, con un inesperado partenaire.
El Colo, de 19 años, suele animarse a los lujos durante los partidos, sin importar el contexto. De hecho, en la semifinal de Libertadores contra el Palmeiras, se paró encima de la pelota en San Pablo, lo que provocó el enojo de los futbolistas rivales, que tomaron su actitud como una burla. En la última práctica, los propios hombres del Xeneize se permitieron hacer chistes con dicha escena. Y se lo pudo ver a Marcos Rojo parándose sobre el balón imitando a su compañero. Algo similar a lo de Barco había ocurrido en Brasil, pero con el venezolano Yeferson Soteldo en la goleada de Santos ante Vasco Da Gama por el Brasileirao: el hecho terminó con una cacería de los contendientes al pequeño habilidoso de la Vinotinto. Esta vez, la víctima del zurdo fue el árbitro, que saboreó una probada de su habilidad, que ya anhelan gigantes de Europa como el Manchester City.
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