El estadounidense Terence Crawford noqueó a su compatriota Errol Spence Jr. en el noveno asalto y se impuso este domingo en el T-Mobile de Las Vegas, Estados Unidos, para coronarse campeón indiscutido del peso wélter.
Terence Crawford (40-0), que exponía el título de la OMB, arrebató el invicto y los cinturones de la CMB, FIB y AMB a Errol Spence Jr. (28-1) en una nueva cátedra del púgil de Nebraska. Con el triunfo, también se postula nuevamente como uno de los mejores libra por libra del planeta. El púgil de 35 años asombró una vez más al mundo del boxeo. Todos los aficionados al arte de las dieciséis cuerdas centraron su atención en lo que iba a suceder en Las Vegas. Bud no defraudó y dio una exhibición ante un voluntarioso Spence.
Su rival, tres años más joven, tomó el centro del encordado en el primer asalto. Inició con la mano adelantada buscando concretar sobre un Crawford que no lucía incómodo cuando le tocaba caminar por fuera. Fueron combinaciones no demasiado largas al comienzo, en donde ambos empezaron a estudiar los movimientos del otro ya que sabían que no tenían un retador cualquiera enfrente.
The Truth variaba las alturas con la izquierda y buscaba con la mano atrasada superar la guardia de un Crawford ordenado, paciente y experimentado, cualidades de las que finalmente acabó sacando rédito. Colocó una izquierda al contragolpe que mandó a un Spence fuera de balance a lona, quien acabó el asalto como buenamente pudo. El espectáculo estaba servido.

Crawford, que había olido sangre, lanzó más manos y Spence, que quería dar un golpe sobre la mesa, trabajó con mucha más contundencia y celeridad al cuerpo cuando pudo cercar a su rival contra las cuerdas. Para el cuarto asalto se terminaron las especulaciones cuando Crawford comenzó a sentirse más cómodo. Encontraba los espacios en la media distancia y mermaba la efervescencia de su rival con su poderosa izquierda, tanto aterrizando el upper para recibirle, como la derecha para contestar. Spence, visiblemente más tocado, fue revisado por el equipo médico antes de salir al quinto.
El púgil neoyorquino trataba de cerrar la distancia cómo fuera posible, metió una marcha más, camino al frente pero Crawford parecía tener un punto más de acierto en el intercambio de pólvora. Cuando Spence buscó con ahínco apretar las clavijas a Crawford nuevamente se marchó a la lona. En el séptimo asalto le recibió Bud con un martillazo de izquierda que volvió a dejar sentido al neoyorquino.
Se quedaba sin ideas y Crawford crecía. El de Nebraska soltaba más la izquierda y tiraba con más poder. Pese a que dominaba, no quería dejar la decisión en manos de los jueces. En otro intercambio, lleno de malas intenciones, Crawford acabó por doblegar a un voluntarioso Errol Spence en el noveno.
The Bud se apuntaba la victoria más importante de su carrera y se postula, una vez más, como uno de los mejores boxeadores libra por libra del planeta. Continúa con su racha invicta y una hoja de ruta inmaculada en el peso wélter, ha noqueado a todos sus rivales desde que diese el salto a las 147 libras en 2018.
“Significa todo debido a quién le quité los cinturones”, dijo Crawford en la conferencia de prensa posterior tras conquistar el título en dos divisiones distintas. “Trataron de criticarme, me mantuvieron fuera, me mantuvieron fuera. Hablaron mal de mí, dijeron que no era lo suficientemente bueno, que no podía vencer a estos pesos welter superiores, y mantuve mi cabeza en el cielo y seguí orando a Dios para tener la oportunidad de mostrarle al mundo quién es Terence Crawford. Y esta noche, creo que mostré lo grandioso que soy”, sentenció.
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