RA-10, el reactor multipropósito que posiciona a la industria nuclear argentina en la élite mundial

DEF visitó la obra del reactor RA-10 en el Centro Atómico Ezeiza, que permitirá asegurar el abastecimiento local de radioisótopos y consolidará el liderazgo de nuestro país en el mercado global de los reactores experimentales. Dialogamos con el jefe del proyecto, el ingeniero Herman Blaumann

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El complejo RA-10, en el
El complejo RA-10, en el Centro Atómico Ezeiza, está entrando en la recta final rumbo a su puesta en marcha, luego de nueve años de trabajo (Fotos: Fernando Calzada)

Tras nueve años de trabajo, con la participación de más de 80 empresas grandes, medianas y pequeñas del país, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) está culminando un proyecto de alto impacto para la salud, la industria y el desarrollo científico-tecnológico argentino.

El Reactor Nuclear Argentino Multipropósito RA-10, ubicado en el Centro Atómico Ezeiza, potenciará la producción de radioisótopos, la irradiación de materiales, la calificación de combustible nuclear y la investigación a partir de técnicas neutrónicas.

La obra civil ya está completada y, durante este año, finalizará la etapa del montaje y se iniciarán los ensayos preoperacionales. La CNEA estima que a fines de 2026 se logrará la puesta a crítico del reactor, como se denomina el estado en el que, por primera vez, la reacción nuclear en cadena, que ocurre en el núcleo del reactor, alcanza su autosostenibilidad. Si todo sale como está planificado, el reactor debería estar listo para empezar a producir a mediados de 2027.

El proyecto es el resultado
El proyecto es el resultado del trabajo conjunto del ecosistema nuclear argentino y contó con la participación de más de 80 empresas grandes, medianas y pequeñas del país en las obras

Un reactor experimental con múltiples usos

“El RA-10 apunta a asegurar el suministro interno de radioisótopos y a posicionar a la Argentina como un exportador hacia el mercado mundial, a través de sus dispositivos para irradiar blancos de producción de molibdeno”, explica a DEF el ingeniero Herman Blaumann. En, rigor el elemento que se obtiene es el tecnecio, producido a partir del decaimiento del molibdeno, el radioisótopo más utilizado a nivel mundial para estudios de diagnóstico. A la vez, permitirá avanzar en la producción local de otros radioisótopos que hoy ya son utilizados en el mundo para el tratamiento del cáncer, como el lutecio.

Por otra parte, contará con un dispositivo que permitirá irradiar barras combustibles de reactores de reactores de potencia en sus condiciones de operación, para evaluar su performance. Y, de la mano de nuevos laboratorios de ensayos, podremos ofrecer, a nivel local e internacional, el servicio de calificación de combustibles nucleares.

El recinto de piletas del
El recinto de piletas del RA-10, el reactor que posicionará al país como proveedor del mercado internacional de radioisótopos

Además, la CNEA apunta a “ampliar el horizonte de la investigación científica y tecnológica, ofreciendo herramientas para la aplicación de técnicas neutrónicas”. Una de las instalaciones complementarias del RA-10 será el Laboratorio Argentino de Haces de Neutrones (LAHN), que va a gestionar la disponibilidad de los neutrones que se originan en el núcleo del reactor para los distintos instrumentos que se utilizarán en ensayos de ciencia básica y otras aplicaciones tecnológicas. Uno de esos instrumentos es el tomógrafo de neutrones, que permite reconstruir la forma interior de los objetos analizados para que, por ejemplo, los arqueólogos evalúen el estado de los bienes investigados y determinen sus propiedades.

Argentina, un referente mundial en el sector nuclear

“Este reactor consolida nuestra posición como referentes en el mercado mundial de los reactores experimentales, posición que logramos consolidar en los últimos 40 años”, afirma, con orgullo, el gerente del RA-10. Aclara que Argentina no es el país que más construyó, pero sí es “el país que más reactores experimentales exportó en el mundo”. Por eso, más allá de las cuestiones estratégicas vinculadas a la salud, la industria y la tecnología, este tipo de instalaciones ofrece importantes oportunidades de inversión y de negocios.

Las torres de enfriamiento del
Las torres de enfriamiento del RA-10, reactor multipropósito emplzado en el Centro Atómico Ezeiza

Al referirse a los antecedentes del futuro reactor, Blaumann menciona el reactor OPAL, exportado por INVAP a Australia, que actualmente es “el reactor experimental que tiene el mayor factor de utilización en el mundo”. Explica que ese ha sido el resultado de una “combinación de la tecnología utilizada con la capacidad de gestión y de operación por parte del personal de la Organización de Ciencia y Tecnología Nuclear de Australia (ANSTO)”.

Nosotros, en el RA-10, ampliamos los objetivos de diseño del OPAL e incluimos conceptos nuevos, como la capacidad de irradiar materiales y combustibles”, aclara. “Eso ha generado diferencias en el diseño; por ejemplo, la potencia del RA-10 es de 30 megavatios, mientras que el OPAL tenía una potencia de 20 megavatios”, ejemplifica. Y añade que existen también variantes funcionales o soluciones tecnológicas más convenientes, transcurridas casi dos décadas de aquel proyecto.

Después de alcanzar su puesta
Después de alcanzar su puesta a crítico en 2026, el RA-10 comenzará a producir a mediados de 2027

Bonus track: el silicio dopado para la industria de los semiconductores

En un mundo en el que los microchips están llamados a convertirse en el “petróleo del siglo XXI”, el RA-10 también tendrá una aplicación muy demandada por la electrónica de potencia. Se trata del dopaje de silicio, el material semiconductor más utilizado por esa industria. Para ello, se lo irradia en el reactor hasta lograr reducir su resistividad (resistencia eléctrica) al nivel necesario para su uso en ese tipo de aplicaciones.

En referencia a las potencialidades de cara al futuro, Blaumann detalla: “Esta es una industria que está creciendo a niveles de entre el 7 y el 10% anual a nivel mundial. Si bien hoy la demanda está satisfecha, no es fácil ampliar la oferta porque eso depende de las capacidades de los reactores”. Ahí es donde entra el RA-10. Así lo explica Blaumann: “Una vez que el reactor esté funcionando, nuestro país estaría en condiciones de satisfacer aproximadamente la mitad de la demanda mundial. Los ingresos de estas exportaciones permitirán, por otra parte, cubrir buena parte de los costos operativos del reactor”.

DEF recorrió las instalaciones del
DEF recorrió las instalaciones del complejo donde se instalará el reactor, invitado por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) (Fotos: Fernando Calzada)

A la hora de hacer un balance final de este proyecto, Blaumann señala que contaremos con una instalación de clase mundial que ofrecerá productos y servicios de alto valor agregado demandados internacionalmente y subraya “la vitalidad del sector nuclear argentino y la capacidad de la industria nuclear y convencional del país, un activo muy valioso que tenemos tanto para producir internamente como para exportar”.