
El destacado compositor, pianista y guitarrista argentino Pedro Chemes estrena este miércoles 17 de diciembre, la obra Cantata Sacra Nican Mopohua, que forma parte del concierto titulado 300 años de Música Sacra en Latinoamérica en homenaje al Papa Francisco en el aniversario de su nacimiento, ocurrido en 1936. El concierto se presentará, con entrada libre y gratuita, en la Basílica de Nuestra Señora de la Merced (Reconquista 209, CABA).
La Cantata Sacra Nican Mopohua es la musicalización del relato en idioma náhuatl (macrolengua de origen azteca) Nican Mopohua, sobre las apariciones de la Virgen de Guadalupe al indio San Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro del Tepeyacescrito, que se atribuye a Antonio Valeriano de Azcapotzalco, gobernante de México-Tenochtitlan durante el siglo XVI. Su composición data del año 1556. El estreno integral y musicalización está a cargo de Pedro Chemes, con el asesoramiento del Dr. Salvador Reyes Equiguas, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México, especialista en lengua náhuatl y en la cultura mexicana del periodo colonial.
En el concierto programado en la Merced —uno de los templos católicos más antiguos de Buenos Aires, proyectado por los arquitectos jesuitas e italianos Giovanni Andrea Bianchi y Giovanni Battista Prímoli—, se interpretarán piezas de los relevantes compositores barrocos Roque Ceruti y Doménico Zipoli. El repertorio será interpretado por el Coro Nacional de Música Argentinay el Ensamble Interamericano Contemporáneo, conformado por músicos de las principales orquestas deBuenos Aires y dirigido por el maestroFederico Ciancio. La presentación estará a cargo del docente y crítico musical Santiago Giordano.
En diálogo con Infobae Cultura, Pedro Chemes revela detalles de la creación de su proyecto musical y cuenta su especial relación con el Papa Francisco, quien le escribió una carta felicitándolo por una obra suya y lo inspiró para componer Nican Mopohua. “Sentí que en su figura se representa todo lo que quise trasmitir; la idea de la integración cultural, del respeto por el otro, la visión trascendente del hombre y el misterio de Dios, ese fue el motivo por el cual quise dedicársela”.

—¿Cuál es el concepto central de la obra?
—Es una historia larga. En 2018 estrené una misa, El pan compartido, basándome o tomando la idea de las primeras composiciones de los Jesuitas en América, utilizando la misma instrumentación pero recurriendo a las técnicas de fines del siglo XX. En esa oportunidad también estrené otras piezas sacras grabadas para el sello Testigo. Al culminar ese trabajo, en el que tuve el asesoramiento del teólogo Lucio Gera y del sacerdote José Luis Duhourq, charlando con este último, me dijo: “de Europa sabemos demasiado y de América poco y nada”. Fue entonces que me plantee abordar el tema sacro desde América, de ahí salió la Idea de musicalizar Nican Mopohua. Bergoglio recibió el CD del Pan Compartido y otras piezas sacras y me escribió una carta que comparto; su muerte coincidió con el final de la escritura de Nican Mopohua que me llevó cuatro años .
—¿Cómo llegó a este texto y cuál fue la aportación de Salvador Reyes Equiguas?
—El texto cuenta las apariciones de la Virgen de Guadalupe al indio San Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro del Tepeyac. Está escrito en náhuatl, pero con caracteres latinos. Se le atribuye a Antonio Valeriano de Azcapotzalco, que fue un indígena noble, estudiante del Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco. Valeriano había oído la historia directamente de Juan Diego. Fue escrito en el año 1556.
La virgen de Guadalupe y la imagen que de ella quedó grabada en la tilma del Indio Juan Diego, es el único ícono americano, contiene símbolos para ambas culturas, la de los pueblos originarios y la de los europeos. Es venerada en toda América desde México hasta la Argentina. Es un símbolo de integración de ambas culturas y de integración latinoamericana. Realicé una versión Náhuatl- castellano, para poder acercar el mensaje del aporte de Salvador Reyes Equiguas (especialista en lengua y cultura Náhuatl y en el periodo colonial de México, académico de la Universidad Nacional de México y la biblioteca nacional de ese país ). Esto fue fundamental porque, como dije antes, poco y nada sabemos de las cultura de nuestro continente. El camino fue complejo y Salvador me ayudó a transitarlo. Es difícil de transmitir en pocas palabras, pero trataré: llegué por el asombro del relato, luego pasé por lo histórico antropológico que choca con lo primero y desemboqué en el tema central que es la fe y la resignificación del cristianismo por la cultura náhuatl, que terminan diciendo que los cristianos verdaderos son ellos y no los colonizadores.

El sentido de la obra está basado en el mismo espíritu de las maravillosas obras que integran el repertorio del concierto. Desde muy chico escuchaba la música de Doménico Zipoli en mi casa, siempre me produjo admiración su música, como también siempre me llamó la atención la talla jesuítico guaraní, de la cual tenía un afiche en mi cuarto en mi adolescencia. Ahí había algo nuevo, ya no era europeo ni estrictamente de los pueblos originarios, con lo que me identificaba. Estar compartiendo el programa con estos importantísimos compositores para mi es como llegar a un lugar buscado desde la intuición de la niñez y poder concretarlo en mi vida adulta.
— En términos personales ¿Qué significó la figura de Jorge Bergoglio-Francisco para usted?
—Bergoglio nos sacó la incomodidad de ser cristianos después de varios pasos en falso de la Iglesia y pudo ser testigo del evangelio. Su coherencia permitió que ese mensaje trascienda la iglesia. Un hecho significativo es que este homenaje partió del coro, lo llevamos adelante con Francisco Varela, programador artístico del Coro Nacional y casi todos los que están acompañando este proyecto no son católicos practicantes y otros ni siquiera son católicos.
—En pocas palabras ¿cómo podría definir la música sacra? ¿Cuál cree que es la relevancia de esta música en la actualidad?
—Gran parte de lo que hoy entendemos como música académica —y de lo que esa música aportó luego al mundo popular— se lo debemos a San Agustín y a tantos otros cuyo legado es inmenso. Aunque no haya llegado hasta nosotros la música que ellos realmente hicieron, sí sentaron las bases de toda la tradición musical de Occidente.
En un momento histórico tan agitado, lleno de problemas y de cambios vertiginosos, la música —que para mí es algo esencial y no circunstancial— tiene un rol fundamental. Y dentro de ella, la música sacra puede ayudarnos a conectarnos con nosotros mismos, con los otros y con ese misterio que es Dios. Como dijo San Agustín: “Quien canta, reza dos veces.”
[Fotos: prensa PCH]
Últimas Noticias
El Coliseo de Roma estrena una estación de metro que conecta con tres mil años de historia
La nueva parada bajo uno de los grandes monumentos de la humanidad integra una nueva línea subterránea, que combina artefactos milenarios y tecnología de punta

Picasso, Kandinski y Chagall, los trazos secretos que el Pompidou revela tras décadas de oscuridad
El arte gráfico sale a la luz en una exposición irrepetible en el Grand Palais, marcada por la fragilidad del papel y la innovación de los grandes maestros. Solo tres meses para descubrir historias nunca antes contadas

¿Cómo leemos a Jane Austen hoy en día?
La conmemoración de los 250 años del nacimiento de la autora británica motiva actividades en su honor y un análisis renovado de su influencia literaria, social y cultural en el Reino Unido y el mundo

El Fondo Nacional de las Artes inaugura una muestra en homenaje a Teresa Anchorena
La Casa Victoria Ocampo alberga una exposición que reúne más de sesenta piezas artesanales, seleccionadas para destacar la importancia del acervo cultural argentino y la labor de una referente en la preservación patrimonial

Banksy cuestiona el poder y el control en una exposición en el Moco Museum
El espacio de Barcelona presenta “Disrupted Power”, con 25 obras del artista más enigmático



