
El escritor David Szalay desafió deliberadamente a sus lectores a enfrentarse a lo “asqueroso” de una relación entre un chico de 15 años y su vecina casada, mucho mayor que él, en el primer capítulo de su nuevo libro, Flesh (“Carne”).
Y funcionó, ya que esta semana le valió el máximo galardón literario británico, el Premio Booker, con su “extraordinaria” historia de un inmigrante húngaro que ascendió —trabajando y acostándose con otros— en la resbaladiza escala social de Londres, tras comenzar como portero de discoteca.
El autor británico-húngaro, de 51 años, quien en 2016 estuvo a punto de ganar el premio de 50.000 libras esterlinas (65.500 dólares), ha ido forjando discretamente una reputación por su ficción realista y despojada, que a menudo explora temas de masculinidad y migración.
Szalay se rió cuando le contaron que un lector comentó en internet que le resultó repugnante que su protagonista, Istvan, perdiera la virginidad con una mujer mayor al inicio del libro.

“Creo que el primer capítulo —aunque es bastante impactante, gráfico y algo asqueroso para algunas personas— te atrapa en el libro”, dijo a AFP.
“Sentía que estaba asumiendo cierto riesgo con el libro y los editores también, creo, lo sintieron”, señaló Szalay.
Flesh sigue el ascenso y caída de Istvan, un inmigrante lacónico de Europa del Este que deja su humilde barrio en Hungría para hacer fortuna en Londres, llegando a convertirse en un rico socialité, con una vida marcada por acontecimientos aparentemente fuera de su control.
“El personaje central es bastante opaco en muchos sentidos, realmente no se explica al lector. Así que no estaba del todo seguro de cómo iban a responder hasta que el libro se publicó”, explicó Szalay.
Incluso el título, Flesh (“Carne”), “incomodó un poco a la gente”, admitió, por su “sensación casi vulgar”.
Los editores alemanes optaron por Lo que no se puede decir, contó Szalay. “Es un enfoque muy diferente, pero… habla de otro aspecto del libro que es muy real”.

La historia “nunca ocurriría después del Brexit”
Al igual que Istvan, Szalay usa las palabras con moderación, y también quería que fuera alguien como él, que estuviera “dividido” entre Hungría y Gran Bretaña.
Nacido en Canadá de padre húngaro, Szalay creció en Gran Bretaña antes de mudarse a Hungría. Actualmente vive en la vecina Austria con su familia.
“Nunca me sentiré completamente en casa en Hungría”, dijo Szalay, y añadió que también había “perdido el contacto” con Londres tras mudarse.
“Así que quería escribir un libro que tuviera un aspecto inglés y otro húngaro, y un personaje que no estuviera del todo en casa en ninguno de los dos lugares”.

La narrativa se desarrolla en la época en que Hungría se unió a la Unión Europea, a principios de la década de 2000, abriendo la puerta para que personas como Istvan emigraran al oeste en busca de una vida mejor.
Sin embargo, las aventuras y desventuras de un húngaro de clase trabajadora habrían sido muy diferentes en un mundo posterior al Brexit, dijo Szalay.
“La historia en Gran Bretaña no ocurriría después del Brexit”, afirmó el autor.
Probablemente “tendría lugar en Alemania” ahora, bromeó.
Szalay fue finalista del Booker en 2016 por All That Man Is (“Todo lo que el hombre es”), que explora la vida interior, a menudo solitaria, de nueve hombres diferentes.
Con Flesh, vuelve a explorar la alienación masculina en una novela marcada por silencios incómodos y reveladores que los críticos han elogiado por intentar llegar al “límite del lenguaje”.
“Aunque el libro es indudablemente sobre la masculinidad en cierto modo, no quisiera que ese fuera el enfoque dominante”, insistió Szalay, quien ha dicho que eliminó referencias explícitas a la masculinidad para dejar el libro abierto a la interpretación.
En cambio, quería crear una obra que fuera “inmediatamente contemporánea” pero que tuviera elementos de tragedia griega.
Szalay, que ya trabaja en algo nuevo, dijo que haber perdido el Booker ante el estadounidense Paul Beatty lo preparó para afrontar la victoria esta vez.
“En retrospectiva, probablemente fue una bendición”, afirmó.
Fuente: AFP
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