Carmen Maura: “¿Para que contar mi historia si todo el mundo la sabe?"

La actriz de 80 años, leyenda del cine español inmortalizada por Joaquín Sabina como “una chica Almodóvar”, cuenta: “Cuando yo voy a los rodajes, pregunto: ‘Tu abuela, ¿qué edad tiene y cómo está?’ Pues yo soy igual"

Guardar
Tráiler de la película "Vieja loca", dirigida por Martín Mauregui y protagonizada por Carmen Maura

Hay una leyenda del cine hispanoparlante del último medio siglo que está en la terraza de un impersonal edificio de lujo, en el barrio de Palermo, y pregunta con picardía si puede fumar. En realidad, no espera la respuesta. Enciende un fino cigarrillo y comenta casi en búsqueda de una absolución al vicio que “como no me gustan, los apago pronto... Pero vamos, cada vez estoy fumando menos”.

La señora en cuestión es Carmen Maura, una de las más famosas actrices españolas de la historia y tal vez el epitome de lo que Joaquín Sabina inmortalizó en su canción “Yo quiero ser una chica Almodóvar” (“Yo quiero ser una chica Almodóvar / Como la Maura, como Victoria Abril / Un poco lista, un poquitín boba”). Bueno, ella, la “chica Almodóvar” es quien fuma sin permiso. Ahora tiene 80 años y por cierto, no tiene ni un poquito de boba. Sí de lista: gusta de conversar, es irónica y filosa, responde con una sonrisa y entabla en un instante apenas, una corriente de complicidad con su entrevistador de turno.

Por ejemplo, de fumar cigarrillos en un lugar donde seguro no se puede pasamos a los tiempos en que se podía fumar en los aviones y de ahí, a la posible-futura prohibición en España para fumar en lo que allí llaman “terrazas” (al aire libre, en mesas sobre la vereda). Y de ahí, a la agonía de Franco, a 50 años de aquel episodio que cambió la historia de aquel país. Todo arranca por recordar el tiempo en que se fumaba en todos lados.

Yo cuando llego al rodaje,
Yo cuando llego al rodaje, digo “A ver, vamos a ver. Tengo tantos años, ¿no? Tengo ochenta", dice Carmen Maura (Foto: flickr)

—¿Siente nostalgia de ese mundo?

—Sí, pero no por lo de fumar. A veces siento un poco de nostalgia de los años ochenta, de la libertad que había. O sea, fue muy curioso vivir lo de la muerte de Franco y el cambio brutal.

—Se están por cumplir 50 años de aquello.

—Sí, me encanta haberlo vivido. Fue un momento que además, fue un ejemplo de buena voluntad. La muerte de Franco, estaba todo el mundo esperándola... (risas) Con la botella de champán en la nevera. Y de repente, pasó. Fueron dos o tres días, yo creo, con la televisión pasando el funeral. Todo el rato. Y la gente pasando por delante. Unos pasaban llorando y otros pasaban para comprobar si realmente estaba muerto... Y entonces, en una semana o ni siquiera una semana, en los bares, por la calle, todos los kioscos estuvieron llenos de pornografía ¡Tetas al aire! En el teatro si te dejabas las tetas al aire, te pagaban cien pesetas más. Joder, fue una locura, pero fue una locura muy graciosa.

Carmen Maura pasó por Buenos Aires para ejecutar con paciencia y buen humor cada una de las tareas promocionales que conllevó el estreno de la película de explícito y brutal título que protagoniza, Viaje loca, escrita y dirigida por Martín Mauregui, producida por J. A. Bayona y coprotagonizada por el uruguayo casi argentino Daniel Hendler. Es, por reducirlo en términos sencillo, una película de terror con una señora mayor muy pero muy mala, capaz de lo peor.

—¿Había hecho alguna vez un papel de mujer tan mala?

— No. He hecho malas, pero tanto no... Esta señora está loca, y yo esas burradas no las había hecho nunca. Cuando vi la película me quedé de piedra... Porque además, cuando ruedo no miro imágenes, ni miro fotos ni nada, ni me miro al espejo. Menos mal que no me miré al espejo en ningún momento porque me habría dado un síncope (risas).

—Para un personaje así ¿debió cambiar su técnica actoral?

—No, es lo mismo de siempre. Aprenderme la letra de puta madre y entender muy bien lo que quiere el director. Para mí es muy importante, y cuanto más difícil es el papel, más importante todavía, qué es lo que él quiere, porque es su película. Respeto mucho. Yo nunca sería directora, porque encuentro que es un rollo. Todo el mundo te pregunta cosas, los pobres tienen que buscar el dinero, la producción, aguantar... Defiendo mucho a los directores, porque creo que, joder, es incomodísimo ser director.

Carmen Maura en "Vieja loca",
Carmen Maura en "Vieja loca", junto a Daniel Hendler

— ¿Nunca tuvo la tentación de dirigir?

—No, ni loca. ¿Sabes lo cómodo que es ser la actriz, que no tienes que ocuparte de nada, que te lo dan todo puesto? El único problema que tienes es hacer tu personaje, me encanta que mi trabajo quede completamente delimitado. Aparte de que te tratan de puta madre, porque claro, no te puedes poner mala, ¿no? Y ya siendo viejecita, para qué te voy a contar. Yo cuando llego al rodaje, digo “A ver, vamos a ver. Tengo tantos años, ¿no? Tengo ochenta". Antes tenía menos, pero ahora tengo ochenta. A ver: ¿Cuántos años tiene tu madre? ¿Cuántos años tiene tu abuela? Pues yo estoy igual. Para que se hagan idea de que de repente, tienen que tener un poco de cuidado. Les digo: “No me puedo caer, porque si te caes, te rompes”. Cuando yo voy a los rodajes, siempre les digo: “A ver, contadme. Tu abuela, ¿qué edad tiene y cómo está?“. Pues yo soy igual (risas).

María del Carmen García y Maura nació el 15 de septiembre de 1945, apenas 12 días después del fin de la Segunda Guerra Mundial. Creció en una familia acomodada de un barrio de clase media alta de Madrid y desde temprano inició su propio rumbo, hasta convertirse con el tiempo en uno de los grandes mitos del cine español.

Mucho tiene que ver en esa historia, el nombre y apellido de Pedro Almodóvar: se conocieron durante la representación de una obra donde ella desempeñaba el papel principal y él, en cambio, participaba de modo secundario. Mientras a Almodóvar no le destacaba la actuación pero sí la dirección, pronto comenzaron a colaborar juntos, primero con algunos cortometrajes y posteriormente, en 1980, con Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón. Ambos se integraron en la famosa Movida madrileña de los años 80, sumando su talento y locura en el auge cultural de la época. Así que resulta inevitable hablar de Almodóvar.

—No voy a ser original al respecto, entonces ¿Le cansa un poco que le pregunten por Almodóvar?

—Me da igual.

—¿Y cómo recuerda la experiencia de haber trabajado con él?

—Fantástica, superpositiva.

Icónica imagen de Carmen Maura
Icónica imagen de Carmen Maura en los años 80, en una de sus películas dirigidas por Pedro Almodóvar

—Cuando filmó con usted él no era una estrella mundial como ahora.

—No, no era nadie. Yo tampoco. Bueno, yo era más conocida, porque ya estaba en el Teatro Nacional haciendo papeles protagónicos. Pero él no. Él hacía de uno que venía, decía dos frases y se iba. Ahí le conocí. El teatro aquel me parecía un poco antiguo en general, había mucho diferencia de clases y tal. Pues este chico me pareció lo más simpático de la compañía y nos hicimos muy amigos. A partir de ahí, primero hice un cortometraje y luego ya empezamos a hacer Pepi... Que en principio era un corto de 20 minutos pero le dije: “Oye, ahora vamos a rodarlo largo”.

—¿Lo sigue viendo? ¿Se lo cruza alguna vez?

—Nooo, cuando alguna vez me cruzo con él, pues bien, normal. Alguna vez en algún festejo de esos que hay... Pero vamos, no tenemos relación. Él tiene su vida, yo tengo la mía. Le he oído decir que yo le ayudé mucho al principio. Somos conscientes los dos que nos ayudamos mucho entre nosotros. Y lo pasamos muy bien. Y luego ya, ya está. Además, todas las artistas del mundo quieren trabajar con Pedro Almodóvar. Pues, ¡adelante chicas!

—¿Por qué cree que todas las actrices del mundo quieren trabajar con él?

—No sé, yo al principio, cuando seguía haciendo comedia, pensaba que era porque pensaban que filmabas con él y te volvías graciosa. Eso es un error. Él es muy gracioso, pero no porque trabajes con él vas a ser graciosa.

Carmen Maura protagonizó varias películas
Carmen Maura protagonizó varias películas de Pedro Almodóvar y quedó inmortalizada por Joaquín Sabina como "una chica Almodóvar"

—¿Cree que él interpreta el alma femenina de una manera especial?

—Sí, le gusta mucho lo de las mujeres. Y eso hizo que fuéramos muy amigos al principio porque le encantaba que yo le contara mis historias. Cuando yo lo conocí a él, yo tenía una cantidad de problemas increíbles. Entonces, hablábamos mucho. Me acompañaba todos los días hasta casa y me contaba historias y se inventaba muchas otras y yo le decía: “Bueno, pues ahora invéntame una historia en la que yo hago de no sé qué”. Y se inventaba una historia. Tenía una imaginación increíble. Siempre le gusté mucho como actriz. Y a mí mucho me gustó él como director.

—De todo esto que cuenta ¿nunca se vio tentada de escribir tus memorias?

—Uy, me lo han pedido un montón de veces, pero no. Entre otras cosas, porque luego tienes que vender el libro y tienes que pasearte por los pueblos y ya, promoción de libros, no (ríe)

—Suficiente con las películas.

—Solo pensar eso, se me abren las carnes. No puedo. Me lo han dicho muchas veces porque realmente me han pasado muchas cosas y yo lo podría escribir porque no escribo mal, pero es que hay que venderlos luego. Y tienes que firmar libros. Vamos, ni loca.

—En el Retiro, ahí en la feria, que hace tanto calor.

—Y dedicándolo... Es que no, no quiero. Si todo el mundo sabe mi historia.

Últimas Noticias

5 poemas para recordar a Baldomero Fernández Moreno

A 139 años de su nacimiento, su figura sigue viva en la literatura argentina. Su obra se caracteriza por captar la esencia de los barrios de Buenos Aires y de la vida rural, acercando a generaciones de lectores a su poesía directa y sincera

5 poemas para recordar a

“Mis recuerdos son las únicas partes de mí que aún pueden caminar”: Hanif Kureishi publica “A pedazos”, crónica del dolor

La obra del escritor británico convierte la inmovilidad en materia literaria urgente, abriendo un debate sobre la empatía, el lenguaje y el papel de la comunidad digital en la reconstrucción personal

“Mis recuerdos son las únicas

“Ego Sum Lux Mundi”: la mística femenina según Rosalía

La estrella pop española sorprendió con un disco inspirado en figuras santas y experiencias espirituales, una propuesta que explora la libertad y la trascendencia a través del arte

“Ego Sum Lux Mundi”: la

El primer Festival de Mar del Plata: cine y política en un tiempo difícil para Perón

El libro “Cine, estrellas y peronismo“ de Ela Mertnoff, revela cómo aquel primer encuentro cinematográfico de 1954 se convirtió en un escenario donde el arte y el poder fueron juntos, no sin contratiempos

El primer Festival de Mar

El surrealismo caribeño de Wifredo Lam brilla en el MoMA con la llegada de “Grande Composition”

La nueva exposición en Nueva York presenta obras emblemáticas del artista afrocubano, desde figuras híbridas inspiradas en la espiritualidad antillana hasta piezas nunca antes exhibidas juntos, con un enfoque en la descolonización y el mestizaje cultural

El surrealismo caribeño de Wifredo