
El regreso de Daniel Day-Lewis al cine, tras una pausa de ocho años, ha generado gran expectación en la industria. El actor, reconocido por sus tres premios Oscar, protagoniza Anemone, una película dirigida por su hijo Ronan Day-Lewis, que marca su retorno a la pantalla grande desde 2017. En una entrevista con Rolling Stone, el intérprete británico abordó las razones detrás de su retiro temporal y aclaró que nunca tuvo la intención de abandonar definitivamente la actuación. “Nunca pretendí retirarme, en realidad. Simplemente dejé de hacer ese tipo de trabajo para poder dedicarme a otra cosa”, explicó Day-Lewis al medio estadounidense.
La decisión de alejarse de la actuación, anunciada en 2017 tras el estreno de Phantom Thread —dirigida por Paul Thomas Anderson—, fue comunicada en su momento a través de un representante, quien declaró: “Daniel Day-Lewis no trabajará más como actor... Esta es una decisión privada y ni él ni sus representantes harán más comentarios al respecto”. Sin embargo, el propio actor reconoció ahora que, en retrospectiva, habría preferido no hacer pública esa determinación. “Habría sido mejor que me quedara callado”, admitió en la conversación con Rolling Stone.
El historial de supuestos retiros de Day-Lewis no es nuevo. El actor ya se había apartado del cine tras finalizar The Boxer en 1997, antes de regresar en 2002 con Gangs of New York de Martin Scorsese. Durante ese intervalo, se dedicó a aprender el oficio de zapatero junto al reconocido artesano italiano Stefano Bemer. Además, en 1989, abandonó de manera aparentemente definitiva el teatro tras interpretar a Hamlet en el National Theatre de Londres.

La motivación para volver a actuar surgió, según relató Day-Lewis a Rolling Stone, de la oportunidad de colaborar con su hijo en un proyecto cinematográfico. “A medida que envejezco, me lleva cada vez más tiempo volver a encontrar ese lugar donde el fuego interior arde de nuevo. Pero trabajando con Ro, ese fuego se encendió. Y fue, de principio a fin, una alegría pura pasar ese tiempo juntos”, expresó el actor.
No obstante, el regreso no estuvo exento de dudas. Day-Lewis confesó que sintió cierta ansiedad ante la idea de reincorporarse al mundo del cine. “Era solo una especie de miedo de bajo nivel, una ansiedad por volver a involucrarme con el negocio del cine. El trabajo siempre fue algo que amé. Nunca, jamás, dejé de amar el trabajo. Pero había aspectos del estilo de vida que lo acompañaba con los que nunca logré reconciliarme, desde el primer día hasta hoy”, detalló en la entrevista.

La experiencia de rodar Phantom Thread resultó especialmente exigente para el actor. “Hay algo en el proceso de actuar que me dejó vacío al final... Entendía que todo era parte del proceso y que eventualmente habría una regeneración. Pero fue solo en la última experiencia [haciendo Phantom Thread] cuando empecé a sentir con fuerza que tal vez esa regeneración ya no llegaría. Que probablemente debía mantenerme alejado, porque sentía que no tenía nada más que ofrecer”, confesó Day-Lewis a Rolling Stone.
A lo largo de su carrera, Daniel Day-Lewis ha obtenido tres premios Oscar al mejor actor por My Left Foot, There Will Be Blood y Lincoln, y ha sido nominado en otras tres ocasiones por In the Name of the Father, Gangs of New York y Phantom Thread. El estreno mundial de Anemone está previsto para septiembre en el Festival de Cine de Nueva York.
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