
La reciente aparición de la primera representación tridimensional de un vikingo ha desafiado las ideas preconcebidas sobre la apariencia de estos antiguos guerreros escandinavos. El hallazgo, realizado por el curador Peter Pentz en los archivos del Museo Nacional de Dinamarca, ha permitido observar detalles inéditos sobre el cuidado personal y el estatus social de la élite vikinga.
La figura, tallada en colmillo de morsa y de apenas 3 centímetros de longitud, muestra a un hombre con el cabello perfectamente peinado con raya al medio, una barba trenzada y un bigote imperial cuidadosamente rizado.
Según Pentz, este nivel de detalle sugiere que se trata de un retrato que recoge los rasgos únicos de una persona concreta, lo que representa una rareza para el arte vikingo. El curador destacó: “Si piensas en los vikingos como salvajes o desaliñados, esta figura demuestra lo contrario. Está muy bien arreglado”.
El descubrimiento de esta pieza, que permaneció olvidada durante más de dos siglos en los depósitos del museo tras haber sido recuperada en 1796 de una tumba ecuestre en un fiordo de Oslo, Noruega, ha aportado una nueva perspectiva sobre la representación de los vikingos.

Pentz subrayó: “Esta es la primera cosa que se acerca a un retrato de la época vikinga que he visto”. Además de su peinado y barba, la figura destaca por su expresión animada y cautivadora. Pentz relató que algunos observadores la describen como “diabólica”, aunque él considera que “parece más bien que acaba de contar un chiste”.
La pieza habría sido creada originalmente como parte del antiguo juego de mesa Hnefatafl y, por la calidad de su talla y el esmero en los detalles, se cree que representa a un miembro de la élite vikinga, posiblemente un rey. Pentz explicó que “un peinado tan pulcro —se aprecia un pequeño rizo o mechón de cabello sobre las orejas— indica que este hombre está en la cima”.
Incluso ha sugerido que podría tratarse de una representación de Harald Bluetooth, el monarca que unificó Dinamarca, introdujo el cristianismo en el país y conquistó brevemente Noruega a finales del siglo X. Aunque el nombre de Harald Bluetooth se asocia a su diente en mal estado y ha dado origen al nombre de la tecnología inalámbrica Bluetooth, no existen registros fiables sobre su aspecto físico.
Hasta este hallazgo, los historiadores contaban con escasas imágenes auténticas de vikingos, ya que los artistas de la época preferían los motivos animales y las representaciones humanas sobrevivientes suelen limitarse a rostros genéricos en monedas. Esta carencia ha dificultado la comprensión de la vestimenta y el estilo personal de los vikingos.
Pentz describió el momento del hallazgo como un encuentro directo con el pasado: “Es excepcional que tengamos una representación tan vívida de un vikingo, incluso en tres dimensiones”, y resaltó que el peinado puede observarse desde todos los ángulos, permitiendo apreciar que el cabello está recortado en la parte posterior.
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