
“No, no cambié de camino. Simplemente me quería dar una pausa”, dice Felipe Pigna, con su rostro en el centro de la videollamada y una biblioteca de madera al fondo, con libros dispersos, tumbados, recién revisados. Sobre la mesa y en la pantalla, su primera novela: Conspiración en Londres. A partir de ahora, los libreros deberán aclararle a sus clientes que el libro que se llevan —hace muchos años que tiene un lugar asegurado en las vidrieras— no es de historia, o sí, pero hay algo más: ficción. ¿Importa acaso? Para Pigna, no tanto. De hecho, a lo largo de esta conversación dirá que lo que buscó con esta novela fue abstraerse, escaparse, volar.

Conspiración en Londres
eBook
Gratis
Conspiración en Londres, editada por Planeta, es una historia de aventuras que empieza en el fondo del barro, con un Manuel Belgrano “afiebrado, muerto de frío y rabia”, que venía de dos duras derrotas: las batallas de Vilcapugio y Ayohuma. Pigna se permite lo que nunca: meterse en la cabeza del protagonista, resaltar emociones, hurgar en la llaga, zarandear valentías y titubeos. “Ya no sabe si valió la pena tanto rigor”, escribe. “¡Cómo es la mente! Y cómo es la nada de estos paisajes que solo te invitan a recordar”, agrega. El Triunvirato le designa una misión en Europa. Allí se encontrará con San Martín. No irá solo Su compañero será Bernardino Rivadavia.
“Lo que realmente no soporta es tener que viajar con Rivadavia. Cuando recibió la noticia, estuvo a un tris de bajarse él también de la misión, incluso si eso significaba tener que ir preso. Una vez más su amigo Anchorena tuvo que hacerle entrar en razón. ‘Para que el plan no termine en un desastre para las Provincias Unidas es importante que usted sea parte de la comitiva’, le dijo. Y fue todavía más contundente: ‘No le dé más vueltas al asunto, Manuel. Por mucho que le pese, no está en condiciones de echarse atrás’”, escribe Pigna en lo que no es su primera incursión en ficción: ya publicó dos libros para chicos: Los cuentos del abuelo José y Los cuentos de don Manuel.

“Cada vez que escribía una biografía me quedaba con ganas de ahondar un poco más en la psicología del protagonista, qué le podía pasar por la cabeza, qué diálogos podía tener con otras personas. Fue un desafío que me encantó. Me sentí muy libre. Y sin modificar los hechos históricos, porque había un compromiso conmigo mismo de no cambiar la historia; en todo caso agregarle cosas, ponerle más color. Porque la historia de por sí ya es muy potente y tiene algunos indicios de dramaturgia interesante: dos que se odian, tienen una misión juntos, empiezan mal y tienen que seguir aunque no se banquen. Además, un año fascinante para Argentina y el mundo: 1815”.
“Después es, simplemente, el trabajo de darle forma de novela”, y se ríe. Recuerda las complicaciones de tamaño labor. Le pasa siempre, no solo con este libro. Queda “enfrascado” en la época, incluso una vez cerrado el cuaderno y la notebook. Como la vez que estaba escribiendo sobre la década del treinta y a la noche sale a cenar con su familia. Se acerca una mujer, le pide un autógrafo. Él lo hace con la amabilidad que lo caracteriza y en la fecha, inconsciente, le pone: 4 de abril de 1933. ”¡Cualquiera!“, se ríe. ”Bueno, por suerte, porque me permite un nivel de abstracción interesante. Escribir es una bendición. Una gran posibilidad de armarte un mundo paralelo”.
Hizo muchos kilómetros para escribir Conspiración en Londres. Recorrió Londres, “la City, el centro histórico entre Picadilly y Trafalgar, que está lleno de recovecos”. También la zona del Altiplano, donde fueron los combates de Vilcapugio y Ayohuma, en la actual Bolivia, zonas de “soledades extremas”, que “uno supone que invitan a la reflexión, sobre todo después de dos derrotas tan categóricas como las que sufrió Belgrano”. Al revolucionario argentino lo define como “un tipo muy humilde y por lo tanto muy autocrítico que claramente se dio lugar a ese pensamiento, en el medio de la derrota: ¿por qué la muerte de tanta gente querida?"

Si bien en la novela hay mucha valentía narrada, también titubeo, temor, incluso pánico. “La duda es algo que no se permite mucho la historia clásica. Estamos hablando de seres humanos”, dice Pigna y recuerda una carta de San Martín antes de cruzar Los Andes. “Le dice a un amigo: ‘lo que no me deja dormir son esos montes’. Es una carta hermosa. Esos montes son la Cordillera de los Andes. Estaba bastante seguro de sus capacidades, de su tropa, pero la naturaleza le ponía por delante la segunda cordillera más alta del mundo y por lo tanto se permitía dudar, por supuesto, de cómo iba a salir toda esa locura. Traté de que quede claro en el libro también”, sostiene.
En la más temprana biblioteca de Felipe Pigna había mucha ficción. “Soy un chico de los sesenta”, aclara. Mucha historieta: Hugo Pratt, Breccia, Oesterheld, Solano López, revistas como D’artagnan y Skorpio, “Argentina es potencia mundial”. La colección Robin Hood: “libros de aventuras que nos formaron mucho”. El primer gran libro lo leyó a los doce, por influencia de su hermana: Historias de cronopios y de famas, de Cortázar: “un libro delirante y hermoso”. “Y de ahí no paré. La ficción siempre me acompaña. Siempre que viajo me llevo un libro de ficción. Para este libro leí mucho Shakespeare. Belgrano era un gran lector de Shakespeare, fue un gran inspirador para él”.
El modelo de lector que usa Pigna está basado en su experiencia como lector: “Cortázar decía que hay que ser solidario con el lector. Hay que escribir bien y de una manera amable. No hay por qué hacer un exceso de erudición que termine alejando al lector. En todo caso la erudición no va en el lenguaje. Grandes historiadores hablan de la importancia de escribir la historia: que no sea para pocos, que la puedan entender muchos. De ninguna manera bajando los contenidos o la calidad, sino hablando un lenguaje más accesible. El buen trato es muy importante. A mí me gusta sentirme bien tratado cuando leo y trato de que mis lectores también se sientan así“.

No es esa la sensación que le viene a la mente cuando piensa en el gobierno actual. “Estoy muy preocupado, como todo el mundo. Y muy asustado”, dice. “Sobre todo en la rapidez con que se van liquidando cosas muy importantes como la salud, la educación pública, la cultura. Lo más preocupante quizás es que hay cierto consenso con este arrasamiento que estamos viviendo. La Argentina es una potencia cultural, por lo menos hasta ahora lo ha sido. Y eso no lo deberíamos perder bajo ningún punto de vista. Es un país que ha producido y produce grandes escritores, grandes músicos, poetas, literatos, teatro y cine de primera calidad. Todo eso está en riesgo, y es una pena”.
“Pero soy optimista, siempre. Tengo un porfiado optimismo”, dice y se sonríe. “A veces no tenés muchos motivos, pero uno vivió tantas cosas: la dictadura, la hiperinflación, el 2001... Este país tiene una capacidad de recuperación muy fuerte, que tiene que ver con la gente, no tanto con la clase política, que en general decepciona muchísimo. La gente ha tenido una voluntad de reconstrucción muy potente. Y creo que no va a ser la excepción esta vez. Va a ser una reconstrucción difícil cuando esto pase, pero tengo fe en que eso pueda ocurrir. Siento que hay solidaridades más allá de lo que uno vive con el ambiente cultural, que está muy cohesionado en este momento”.
“Mirás a los costados y ves que hay gente juntándose, haciendo teatro, haciendo cine, escribiendo, como se puede. Es algo muy lindo que tiene Argentina y que no tendríamos que perder. Eso me da cierta ilusión: se puede reconstruir algo después de este vendaval”, concluye el historiador.
Últimas Noticias
Un viaje por los imaginarios del paisaje argentino, de lo surrealista y abstracto a lo catastrófico
“La naturaleza del paisaje” presenta en el Centro Cultural Borges casi 40 obras ganadoras del Premio Nacional desde 1968, en un recorrido con diferentes aproximaciones al territorio nacional

Marc Marginedas: “Rusia es un país gobernado por monstruos”
Lo secuestró el Estado Islámico en Siria y le hablaron en ruso. Fue corresponsal en Moscú por más de 10 años. Investigó la trama que sostiene a Putin en un libro contundente

De admirador a protagonista, Michael Cera brilla en la última película de Wes Anderson
El actor participa en “El esquema fenicio”, la nueva película del director estadounidense que se estrena este fin de semana. “Ha tenido un gran impacto en mi sentido del gusto”, confiesa
Así es Libertad, la autobiografía sin adornos de Angela Merkel
La obra, recién lanzada en América latina, muestra a la ex líder alemana como mediadora, analiza su relación con figuras como Trump y Putin y aborda los desafíos geopolíticos de su mandato
Dolores Fonzi narra la historia y el impacto de la ESI en Argentina
La actriz es la voz de una audioserie documental que explora el surgimiento, los desafíos actuales y los vaivenes de la educación sexual integral en el país, con testimonios y análisis
