
Rafael Ignacio Cuevas Bravo tiene treinta años y atiende el stand de Chile. Al espacio ubicado en el Pabellón Amarillo, stand número 1914, donde flamea la bandera del país trasandino, lo tomó como su nuevo hábitat. Trabajó varios años en la librería Concreto Azul, en Valparaíso, y ahora le toca promover la literatura en este megaevento.
¿Qué libros recomienda? El primero que se le viene a la mente es Se te nota, editado por Los perros románticos, que reúne relatos de Juan Pablo Sutherland, escritor y activista LGBT: son sus primeros libros y algunos textos inéditos o publicados en medios. “Lo elijo porque es una gran oportunidad para acercarse a una obra narrativa salvaje y capaz de desenvolverse en muchos registros. Un gran punto de entrada a un referente de la literatura chilena actual”, afirma.

Siempre volvemos a Comala es el último libro de la poeta Soledad Fariña, editado por editorial USACH. “Ganó el Mejores Obras Literarias 2024 en categoría poesía, pero es una obra que explora la poesía más allá del género, y la piensa como un conjunto de distintas voces. Se retrata el proceso social y los fantasmas de lo que terminó siendo la Unidad Popular a partir de muchos personajes y formas de habla en un juego de estructuras visuales y poéticas. Lo elijo porque es un libro con rigor y generosidad, sintetiza de lo que es capaz la poesía de Soledad Fariña”, cuenta.
El tercero se titula ¡Nosotros pensamos! de Rodrigo Lara Serrano e ilustrado por Sole Sebastián., editado por La Bonita Ediciones. “Es un libro que apunta al fortalecimiento del pensamiento crítico a través de la conversación con dos niños: Nina y Manu”, dice y agrega: “Informa con rigurosidad y desenvoltura sobre temas que, por dificultad o prejuicio, pueden parecer más distantes de lo que son. Lo elijo porque es un libro divertido, didáctico y que te enseña más allá de la edad que tengas”.

En el mismo pabellón está el stand de un país hermano: Perú. El stand atesora decenas de títulos relevantes pero sus libreros, ahora, resaltan tres. El primero, Dónde dejar tanto ruido, es un poemario de la poeta peruana Roxana Crisólogo. “En el Perú, las mujeres cargan la metralleta de la poesía. Y disparan. Éste es un libro indispensable”, dijo Mario Montalbetti. El jueves 9 de mayo, a las 20 horas, la autora lo presentará en el stand de Perú.
El segundo título es de cuentos: Una locura discreta, editado por el sello Personaje secundario y escrito por Sophía Gómez, donde los protagonistas transitan experiencias que los acercan a lo extraño dentro de lo cotidiano (un colegio, un paseo por el parque, los preparativos de una boda). En ese camino, la locura y la cordura tienen límites difusos, llegando a ser similares entre sí.
Perú trajo, además, entre las novedades de este año, la edición multilingüe de El vencedor, cuento del célebre César Vallejo, en lenguas originarias: aimara, ashaninka, awajún, shipibo-konibo, ticuna y quechua, en tres de sus variantes, quechua Áncash, quechua Chanka y quechua Cusco Collao, en un solo volumen. Imperdible oportunidad.

Uruguay tiene su stand en el Pabellón Amarillo (número 1900) y la recomendación de sus libreros son dos. Por un lado, El cielo visible (Random House, 2024), de Diego Recoba, que construye el barrio obrero del oeste montevideano Nuevo París. Es una novela híbrida, documentada y delirante que por momentos es, también, un ensayo sobre arte y política.
El segundo es una primera novela: Carnada (editada por Criatura) de Eugenia Ladra. Transcurre en las calles del pueblo ficticio Paso Chico. Allí, los dueños de las calles son el barrio y los perros. Desde que Marga nació, hace trece años, nunca fue más allá del río. El pueblo es una suerte de trampa en la que un buen día cae un muchacho, Recio. La belleza, que parece esquiva en Paso Chico, se derrama casi sin querer en cada frase de esta obra.

En el stand 1801 del Pabellón Amarilllo, donde Brasil dispone sus libros, sobresalen dos títulos. El primero es Cine Subaé. Escritos sobre cinema (1960-2023), de Caetano Veloso. Detrás de este libro están los editores Claudio Leal y Rodrigo Sombra. Son textos poco conocidos donde se cruza la poesía, el cine y la historia política del Brasil desde los años ‘60 hasta la actualidad. Glauber Rocha, el “cinema novo”, la Bahía efervescente de los años ‘70, una cena con Almodovar son solo algunos de los ensayos.

También está Crítica anfibia, de Lucía Tennina. Si el lugar de la crítica literaria académica suele ser bastante incierto y ya lejos quedaron aquellos años setenta en los que los “influencers” eran Barthes, Foucault o Kristeva, ¿qué sucede entonces?, se pregunta Tennina en este libro, partiendo de un epígrafe de Beatriz Sarlo que evidencia cierta desesperanza en cuanto a su rol de crítica. Este sábado a las 15 horas conversa públicamente con Sol Fantin.
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