
El mundo de hoy no le interesa. A sus 77 años, James Ellroy sigue volviendo al Los Ángeles de su infancia, una ciudad violenta, corrupta y sórdida donde su madre fue asesinada cuando él tenía diez años. Se considera el “mejor escritor de novela negra” del mundo.
El autor estadounidense, conocido por su arte de la provocación, confiesa en una entrevista con AFP que es “obsesivo”. Sus ideas fijas siguen siendo el sexo, los policías y delincuentes corruptos, las intrigas políticas, los excesos de alcohol y drogas, los tabloides y, por supuesto, los asesinatos.
En La Dalia Negra, L.A. Confidential o El Gran Desierto retrata un país turbio, en un estilo que dice haber inventado, mezcla de jerga de los barrios bajos y frases cortas y sincopadas.
“Es el lenguaje de la injuria”, dice el autor que desmonta mitos estadounidenses como el de los hermanos Kennedy o Marilyn Monroe, a la cual maltrata en su última obra, Los Seductores.

“Era estúpida, hueca, pretenciosa en extremo y con la profundidad de una tortilla. No soy susceptible a su encanto, la desprecio como actriz y me importa un bledo su estatus supuestamente legendario”, dice, afirmando haberla puesto en el centro de su obra “porque es reconocible”. Además, claro, “necesitaba una mujer muerta”.
“Perro demoníaco”
Los libros de Ellroy suelen girar en torno a un personaje femenino desaparecido. Aunque jura que “no tiene nada que ver” con su infancia y que “lo superé hace mucho tiempo”, ese asesinato es el hecho fundacional de su obra. Tras la muerte de la madre, quedó al cuidado de su padre, un hombre permisivo que le dejaba hacer lo que quería. El joven Ellroy se fue desviando poco a poco y pasó diez años en la calle, viviendo de pequeños robos y de drogas. Estuvo preso un par de años.
Los problemas de salud lo llevaron a cambiar de vida y cuando tenía unos treinta años se puso a trabajar de ‘caddie’ llevando palos de golf y a escribir sus obsesiones.
Medio siglo después, aún no se ha librado de ellas: “Quiero transmitir mis obsesiones a los lectores, quiero que lean mis libros de manera obsesiva”, dice el autor apodado “el perro demoníaco” de la literatura.
Sin celular
Durante un año “escribo a mano (...) en letras mayúsculas, escribo las grandes líneas y eso me da un esquema”, y cuando llega la hora de redactar, “puedo improvisar porque sé a dónde voy”, cuenta. Algunos de sus personajes fueron reales, pero “invento, trenzo y divago” porque “odio la investigación”, admite.
Pero más que la investigación, detesta que le hablen de política y del Estados Unidos actual, de su presidente y de las nuevas estrellas de internet que podrían convertirse en increíbles novelas negras.
“El mundo actual no me interesa”, afirma. “No utilizo computadora, ya no tengo teléfono móvil”, asegura este hombre alto, seco y calvo, de figura frágil, que levanta la voz si una pregunta le molesta.
Afincado en Denver, Colorado, prepara su próximo libro, ambientado en 1962. No le gustar leer periódicos ni literatura contemporánea. “Sólo leo ‘thrillers’ estadounidenses y novelas populares”, en busca de “buenas tramas y personajes fuertes”.
Y sí, si alguien espera este momento, el momento llegará y Ellroy no se privará de decirlo: “Soy el mejor escritor de novela negra que ha existido, nadie es tan bueno ni tan profundo como yo. Pero puede ser que un día alguien me supere”.
(Fuente: AFP)
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