
Murió Beatriz Sarlo, tal vez la intelectual de las ideas y las letras más lúcida de los últimos cincuenta o sesenta años. Aguda y filosa en partes iguales, supo cosechar admiradores, detractores y enemigos en distintos sectores, fundamentalmente en la arena política.
Ante la noticia de su partida, como sucede en esta era de redes sociales, cada quien comenzó a hacerse eco de la noticia y a expresarse, ya sea con emoción, solemnidad e, incluso, en algunos casos, hasta con sorna. Lo claro es que, una vez más, Beatriz Sarlo no pasó desapercibida.
Editoriales, periodistas, políticos y diferentes actores de la escena intelectual y cultural se sumaron a la despedida, y como una suerte de homenaje, en algunos casos, compartieron fotos de apuntes, libros o de la misma escritora, con una línea de texto a modo de epitafio.
Muestras sobradas de la huella que deja en la escena literaria e intelectual argentina y mundial se resume en el posteo de @_mdemarlowe_, que escribió: “murió beatriz sarlo?! listo se terminó para siempre el siglo xx”.
Desde el ámbito político se manifestaron con respeto, bordeando casi la solemnidad, como fue el caso del ex ministro de Educación Daniel Filmus, que expresó: “Lamentamos el fallecimiento de Beatriz Sarlo. Nos deja un enorme legado cultural en su trayectoria como crítica, ensayista, docente y defensora de la universidad pública. Saludamos a sus amigos y familiares en este momento de dolor”.
Por su parte, el secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, escribió: “Lamento la pérdida de Beatriz Sarlo. Una ácida analista de la realidad y de la política argentina. Periodista, escritora, ensayista, una intelectual de gran relevancia para la cultura argentina. Mis condolencias para su familia y amigos”.
El editor Pablo Avelluto, que fuera secretario de Cultura de Mauricio Macri, la homenajeó con emoción: “Me duele mucho la muerte de Beatriz Sarlo, una de las intelectuales más lúcidas de nuestro país. La conocí muy joven, leí sus libros, publiqué alguno de ellos y su voz, en el acuerdo o en el disenso, fue siempre un punto de referencia. Gracias por todo, querida Beatriz”.
La periodista Flavia Pittella se mostró, también, muy conmovida, y escribió: “Se fue Beatriz. Nos vamos quedando cada vez más solos. Nos supo pensar desde todos los ángulos, desde los rincones alejados del poder, desde la resistencia, desde la intelectualidad, desde la academia y la cultura. Gracias por dodo, Beatriz Sarlo. Nos quedan tus ideas”.
El escritor e ilustrador Juan Di Loreto de Panamá revista, se sumó a la despedida con una suerte de galería improvisada en la que se destaca una imagen de Beatriz Sarlo con Juan José Saer.

Desde el sector periodístico, Osvaldo Quiroga recordó sus pasos por los ciclos La otra trama y El refugio: “Triste noticia: murió Beatriz Sarlo. La vida intelectual argentina estuvo durante décadas marcada por su lucidez, por su mirada profunda sobre la literatura. Estuvo en El Refugio y en Otra Trama. Siempre dispuesta a la palabra y al debate de ideas".
Marcelo Stiletano, por su parte, se mostró bastante afligido: “Otra noticia dolorosa para abrir un martes tristísimo. Beatriz Sarlo fue una figura clave de la intelectualidad argentina de las últimas décadas y sobre todo una finísima crítica literaria”.
Pacho O’Donnell dijo: “BS enseñó lo que es ser una intelectual en democracia. Sabía escuchar y sus opiniones se sustentaban en una sólida base conceptual e ideológica que la llevó a confrontar con posturas ‘políticamente correctas’. Una vida que valió la pena ser vivida”. El autor y ex director de la Bibliotea Nacional, Mempo Giardinelli, sumó: “QEPD Beatriz Sarlo. Fue un Norte complejo, polémico, admirable y profundamente patriótico. Su partida es irreparable para la Patria”.
El especialista en Borges Daniel Mecca le dedicó dos posteos y varias respuestas como muestra de respeto: "Beatriz Sarlo fue una intelectual en el intrínseco sentido de la palabra: una pensadora original y expansiva que producía sentido. Una imaginadora del lenguaje. Fue referente de una generación vibrante donde literatura y política danzaban en el análisis. Respetos totales".

Otro que se mostró emocionado, incluso en disonancia con el pensar de Sarlo, fue el sociólogo Pablo Alabarces: “Sacarme esta foto, hace poco más de un año, fue coronar cuarenta de admiración y cariño. Beatriz Sarlo fue mi gran maestra. Podíamos disentir en mil cosas, salvo en que fue una de las personas que me enseñó a leer y a escribir. Su obra es decisiva para la cultura argentina”.
En un comunicado, desde la Academia Nacional de Periodismo sostuvieron que “Beatriz Sarlo encarnó como pocos la figura del intelectual, una especie que la cultura actual parece relegar cuando más se lo necesita. La movía la necesidad de saber, la curiosidad más genuina. Lectora voraz desde muy temprana edad, no se quedaba, sin embargo, en la letra de los libros. La llamaba también la experiencia directa de las cosas, el contacto sin mediaciones con la realidad, y dedicó su vida a desentrañar sus significados. Reunía en su persona la hondura reflexiva del pensador y la capacidad de observación del cronista. En ese ida y vuelta entre las ideas y los fenómenos concretos construyó una obra que reunía los mejores atributos de la crítica literaria, el ensayo de ideas y la crónica de viajes o periodística”.
Fotos: archivo, capturas y Maximiliano Luna.
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