
“Todavía estamos haciendo números, pero ayer terminamos muy tarde. Pero calculamos unas 12 mil personas en los cuatro días”, dice Amalia Sanz, directora del Filba, del otro lado del teléfono. El año pasado asistieron unas 15 mil personas, pero el contexto, aclara, era otro. Y así como así, pasó una nueva edición del Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires, la edición número 16. Fueron cuatro días, del 26 al 29 de septiembre.
El eje temático fue el silencio. Hubo entrevistas, diálogos, talleres, lecturas, recitales poéticos, performances, música, conversaciones y biblioteca abierta. Además, Filba Noche, proyección de películas, la Biblioteca Abierta y Filba Barrio en la Isla de la Paternal. Mariana Enriquez fue quizás la estrella del festival con dos encuentros que estuvieron repletos de público. Otros nombres destacados fueron Lucrecia Martel, María Moreno y Cecilia Roth, entre tantos otros.

Los 15 invitados internacionales llegaron de diferentes lugares del mundo: de Alemania hasta Chile, de Vietnam hasta Colombia, de España hasta Ecuador. Ellos son Katya Adaui, Charlotte Aigner, Jesse Ball, Luis Carlos Barragán, Luis López Carrasco, Alejandra Costamagna, Žiga Jereb, Mar García Puig, Benjamín Labatut, Nell Leyshon, Makenzy Orcel, Yuliana Ortiz Ruano, Cynthia Rimsky, Ales Steger y Kim Thúy.
“El balance es súper positivo. Se dio una confluencia de mucha intensidad emocional. Hubo momentos muy conmovedores, con circulación de ideas, nuevas voces, literatura y reflexiones muy interesantes en torno al silencio, tanto de los escritores de afuera como los locales. Se dio también mucho encuentro entre escritores que se conocieron: surgieron posibles nuevos viajes, que es también lo que se busca: que se arme algo que trascienda los cuatro días precisos del festival”, dice Sanz.

Entre las actividades de este año se destacó la charla entre el escritor chileno Benjamín Labatut y la cineasta argentina Lucrecia Martel, los dos encuentros que tuvieron a Mariana Enriquez como protagonista, el taller de New Weird del narrador colombiano Luis Carlos Barragán Castro, y la performance Kafka Tanzt, donde el bailarín esloveno Žiga Jereb y la recitadora alemana Charlotte Aigner interpretan la literatura de Franz Kafka.
Otra actividad destacada fue “Epitafios”, en el Cementerio Británico, donde el artista Eduardo Stupía leyó a Sergio Chejfec, la actriz Analía Couceyro leyó a Tamara Kamenszain y el escritor y periodista Mariano Vespa leyó a Charlie Feiling. Será en el Cementerio Británico de CABA.

“Hubo mucha emoción en torno a los libros. Mucho agradecimiento al reconocer la necesidad de estos espacios en momentos hostiles, duros de atravesar, como el presente. Agradecimiento por sostener estos espacios de refugio”, agregó la directora del festival, que forma parte de Filba desde los inicios, allá por 2008, y reconoció que esta edición, la número 16, estuvo marcada por la época: “Fue un momento de sostenerse. Un año de supervivencia pura”.
“Por eso estamos tan contentas de que en un año de tanta complejidad haya salido todo tan lindo y con un balance tan positivo y tan enriquecedor. Porque es un año más complejo. No era un año en el que las cosas fluyeran fácilmente en términos, no solo presupuestario. Y la verdad que fue un año muy cooperativo, de mucha alianza con otros socios, editoriales y distintos actores y grupos vinculados a la literatura, la poesía y demás. Creo que fue una de las claves”, concluyó.
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