
La Compañía Artística Clásica del Sur (que está cumpliendo 10 años de vida) presenta una historia de redención e identidad: Nabucco. Estamos frente a una obra histórica. Se estrenó el 9 de marzo de 1842 en la Scala de Milán consagrando a Giuseppe Verdi, y con el tiempo se convirtió en símbolo de la lucha por la libertad.
Con dirección musical de César Tello, dirección escénica de Gabriel Villalba y un elenco estelar encabezado por Leonardo López Linares, María Castillo de Lima, Guadalupe Barrientos, Bruno Sciaini, Marcelo Reynes, Mariana Carnovali y Nicolás Sánchez, Nabucco se podrá ver el 1 y el 3 de agosto a las 20:30 en el Teatro Avenida (Av. de Mayo 1222, CABA). Por entradas agotadas, agregaron una nueva función: el 24 de agosto a la misma hora.
La escritura de esta pieza no fue un algo que Verdi “disfrutó”. Al menos, no al principio. Estaba agobiado por la muerte de su esposa y sus dos hijos. Además padecía el “rotundo fracaso” de su segunda ópera, Un giorno di regno. Fue entonces cuando el compositor italiano recibió de manos del empresario Bartolomeo Merelli el libreto que Temistocle Solera había escrito basado en el texto de Anicete Bourgeois y Francis Cornue.

No le interesaba en absoluto, pero no quiso ser descortés y decidió tomarlo. Los guionistas contaron con el Antiguo Testamento como fuente fundamental. El foco está en la historia de la conquista de Israel por Nabucodonosor y su tiranía feroz. El tema era interesante, sin dudas, pero él tenía la cabeza en otro lado.
Cuenta el propio Verdi que con el manuscrito enrollado caminó hasta su casa, entró y lo arrojó sobre la mesa, “casi con rabia”. “Al caer, se abrió solo y, sin saber cómo, mi mirada cayó sobre la página abierta y leí lo siguiente: ‘Va pensiero, sull’ali dorate’ (‘Vuela, pensamiento’ con las alas doradas’)”. Varios días después Verdi fue a ver al empresario para devolverle el texto, pero Merelli tomó el libreto, lo puso en el bolsillo del abrigo de Verdi, y lo sacó de su oficina de un empujón.
“Volví a casa con Nabucco en el bolsillo. Un día, un verso; al día siguiente otro verso; en otro momento, una frase, y poco a poco compuse la ópera”, dicen que dijo. El tiempo le daría la razón a Merelli, y la ópera daría inicio a una etapa de creatividad frugal del compositor, durante la cual compuso 17 óperas en apenas doce años. Ahora, casi dos siglos después, esta tragedia lírica se hace presente en Buenos Aires. Las entradas se consiguen por Ticketek o en la boletería del Teatro Avenida.
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