
La presentación de la próxima temporada del teatro de la Scala de Milán, uno de los templos mundiales de la ópera, se convirtió en un homenaje a su superintendente, el francés Dominique Meyer, que dejará el puesto tras una polémica reforma del Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni.
Un largo aplauso acogió las palabras del concejal de Cultural, Tommaso Sacchi, que agradeció la labor de Meyer “en nombre de la ciudad de Milán”, durante la conferencia de prensa de presentación de la próxima temporada de la Scala, que se abrirá con La fuerza del destino, de Giuseppe Verdi, y prevé que se ofrezcan 14 óperas.
Meyer, que es también director artístico de La Scala desde 2020, cumplirá el 8 de agosto de 2025 70 años, la edad máxima para los responsables de fundaciones de ópera y sinfónica según la reforma impulsada por el ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano.
Los aplausos no cesaron mientras Sacchi explica que le agradecía en nombre del alcalde y del Ayuntamiento “lo que ha hecho en estos años” y añadía: “Gracias a un hombre de cultura e instituciones”, según los medios locales.
“Rechazo la amargura y la melancolía. Soy una persona afortunada de haber trabajado en los mejores teatros del mundo. Soy una persona afortunada: un ministro ha decidido retirarme de la Scala, pero la vida sigue”, expresó Meyer, por su parte, en alusión a Sangiuliano.

“Con mucho gusto voy a ayudar a otra institución”, añadió, al explicar que aún no podía decir cuál, y añadió: “Aquí tuve que ponerme el traje de superintendente, menos el de director artístico”.
El alcalde Milán, Beppe Sala, anunció el mes pasado que el italiano Fortunato Ortombina, actual responsable del Teatro de la Fenice de Venecia, iba a sustituir a Meyer al frente La Scala.
Ortombina ocupará el cargo a partir del próximo 1 de septiembre, mientras que el contrato de Meyer concluirá en febrero de 2025 y se podría prorrogar para garantizar una continuidad en el templo de la música milanesa, aunque el francés aún no lo ha decidido.

“Después de tres superintendentes extranjeros, Stéphane Lissner, Alexander Pereira y Dominique Meyer, un italiano regresa a La Scala, y esto sucede pocos meses después de la consagración del arte del canto lírico como patrimonio de la humanidad por parte de la UNESCO”, celebró Sangiuliano ese día.
El pasado octubre, un Tribunal de Nápoles (sur) rehabilitó como director del histórico Teatro San Carlo a Lissner, cesado abruptamente por la reforma del Ejecutivo de Meloni, impugnada ante el Tribunal Constitucional.
Asimismo, miembros del Gobierno como el subsecretario de Cultura, Vittorio Sgarbi, expresaron sus dudas de que “extranjeros” dirijan instituciones de alto prestigio, como el San Carlo, La Scala o la Galería de los Uffizi, con el alemán Eike Schmid al frente.
Fuente: EFE.
Fotos: EFE/ EPA/ Matteo Corner y AP Photo/Antonio Calanni.
Últimas Noticias
Landriscina, poeta del humor y héroe de la literatura oral argentina
Nació en Colonia Baranda, Chaco. Fue la revelación de Cosquín en 1964. Recorrió el país retratando comunidades y regionalismos. Hoy cumple 90 años. ¿Cómo brilla su obra al calor de las redes sociales?

Qué leer el fin de semana: 4 libros poseídos por el espíritu navideño
La literatura como refugio, incluso en tiempos de celebración: un clásico (Dickens), un libro “feelgood” (Gutiérrez), un relato oscuro (Schweblin) y una novela romántica (Reed)

“Dios ha muerto”: ¿la cultura pop impulsa una nueva forma de espiritualidad individual?
El ensayista francés Pacôme Thiellement examina en “La victoria de los sin rey” cómo se ha reconfigurado la experiencia religiosa contemporánea, un nuevo desafío para la cohesión social

Guía de Arte y Cultura: semana del 19 al 26 de diciembre
Una agenda completa con variadas propuestas: música, teatro, cine, ferias, muestras y cursos que componen un programa de imperdibles

Arte, dinero y delito internacional: cómo el crimen organizado aprovecha las vulnerabilidades del mercado global
El uso de ventas privadas, empresas fantasma y zonas francas permite ocultar el origen de fondos y dificultar el rastreo de activos ilícitos, mientras nuevos controles regulatorios intentan proteger la economía y el patrimonio cultural frente a estas amenazas crecientes


