
En una reciente controversia, la banda de punk estadounidense Dead Kennedys ha acusado a una organización afiliada al primer ministro húngaro, Viktor Orbán, de utilizar sin permiso una de sus más icónicas fotografías en una campaña política. La imagen en cuestión, capturada por el fotógrafo F-Stop Fitzgerald, presentaba originalmente a los miembros de la banda con camisas blancas y una corbata formando el símbolo del dólar, una representación crítica que ha sido reproducida en carteles para desacreditar a opositores políticos en Hungría.
La utilización de esta fotografía por el Foro de Unión Civil (CÖF), durante una reciente campaña que busca minar la imagen de políticos de la oposición antes de las elecciones municipales y al Parlamento Europeo el 9 de junio, ha desencadenado la indignación de los miembros del grupo. “La chiflada derecha de Orbán en el poder ha robado esta foto de los Dead Kennedys y del fotógrafo F-Stop Fitzgerald. Si nos roban a nosotros, sin duda robarán al pueblo húngaro”, expresó East Bay Ray, guitarrista de Dead Kennedys, según el portal 444.
Los pósters del CÖF muestran a varios políticos de la oposición ataviados de forma similar a la imagen original, sugiriendo que están financiados desde el extranjero, especialmente por Estados Unidos, y que sirven a intereses ajenos a los nacionales. Esta táctica se alinea con acusaciones previas lanzadas por Orbán contra sus adversarios políticos.

“No dimos permiso en absoluto para que este fantasmagórico aspirante a dictador Orbán o su partido lo utilicen”, declaró Jello Biafra, cantante y activista estadounidense, y anterior miembro de Dead Kennedys. Esta situación refleja no solo un conflicto sobre derechos de autor sino también sobre la manipulación de la imagen y el mensaje de la banda para fines políticos sin consentimiento.
Klaus Flouride, bajista y cantante del grupo, también manifestó su descontento: “Apoyamos a la oposición y estamos furiosos de que (el CÖF) haya elegido plagiar la foto de F-Stop Fitzgerald. No queremos tener nada que ver con esto y punto”. Esta declaración subraya la posición de la banda en contra de la utilización no autorizada de su imagen y su solidaridad con los políticos de oposición en Hungría.
Dead Kennedys, fundada en 1978 en San Francisco (EE.UU.), se destacó como un emblema del movimiento punk y, tras una pausa entre 1986 y 2001, continúa activa hasta la fecha. Su música y sus imágenes han sido siempre portadoras de fuertes mensajes políticos y sociales, lo que agrega una capa adicional de ironía y controversia al uso no consentido de sus obras en contextos políticos.

La acusación de Dead Kennedys contra seguidores de Orbán por el uso indebido de su imagen destaca el conflicto entre expresiones artísticas y usos políticos sin autorización, un tema recurrente en la intersección de la política y el arte. La apropiación y reinterpretación de símbolos culturales para fines políticos pueden tener consecuencias legales y éticas, en especial cuando se hace sin el consentimiento de los creadores originales.
Este incidente pone de manifiesto el delicado equilibrio entre la libertad de expresión y los derechos de autor, en un contexto en el que la política y la cultura chocan de maneras inesperadas. La respuesta de Dead Kennedys reafirma su compromiso tanto con su integridad artística como con los principios democráticos que han caracterizado su música desde su formación.
Fuente EFE
[Fotos: EFE/ Marcelo Nagy]
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