
Una exposición llamada Art for the Millions se inauguró este jueves en el Metropolitan Museum de Nueva York (MET), para mostrar los distintos ángulos artísticos en EE.UU. en los años treinta, una de las épocas más convulsas socialmente del siglo pasado.
La muestra recoge portadas de revistas, tanto sindicales como de moda, pósters con propaganda de las políticas sociales del Gobierno, litografías de artistas desconocidos, óleos de algunos más consagrados como Georgia O’Keeffe y hasta objetos como algunos de los primeros electrodomésticos aparecidos en aquella época.
En la primera sala aparecen ejemplos de la crisis provocada por el crash bursátil de 1929, la pobreza que trajo y las manifestaciones callejeras contra la precariedad, junto a proclamas -hoy casi inimaginables- del Partido Comunista Americano que entonces editaba una revista con tono abiertamente anticapitalista y prosoviético.

Ahí tiene cabida una pantalla que reproduce en bucle algunas de las escenas más icónicas de la película Modern Times, de Charlie Chaplin, una de las denuncias más crudas de la explotación de los obreros.
La segunda sala recoge la aparición en aquella de los primeros movimientos artísticos de raíz genuinamente estadounidense, donde caben desde autores ruralistas hasta pintores que reivindican la negritud, pasando por fotógrafos que documentaban el trabajo en los campos de algodón o la construcción de los barrios obreros en Atlanta y trabajos de artistas consagrados como Georgia O’Keeffe.
Por último, se muestra en otra sala el surgimiento de la fascinación industrial y los esfuerzos de la Administración por insuflar optimismo en una población muy deprimida: campañas para llevar la electricidad y el agua corriente al campo, la construcción de los primeros electrodomésticos de uso familiar y una colección de pósteres de propaganda sobre las grandes exposiciones industriales de Chicago y Nueva York.

El centenar de obras que se distribuyen en las tres salas resulta un tanto deslavazado por tratar de abarcar tres aspectos de una década que tiene poco que ver entre sí más allá de la coincidencia temporal.
Sin embargo, el MET ha pretendido trazar un paralelismo con el momento actual, tal como explica su director Max Hollein: “Cuando la nación se enfrenta hoy a asuntos similares de polarización política y creciente desigualdad, esta exposición sirve de recordatorio sobre cómo los artistas, entonces y ahora, utilizaron el arte para tomar acción y arrojar luz sobre el malestar social”.
Fuente: EFE
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