
Vuelve el Cine Arte, pero lo hace con otro nombre. Mejor dicho, con un segundo nombre: Cine Arte Cacodelphia. Se trata de la firma que aportó todo el equipamiento. “Se puso en valor completamente y manteniendo su estilo original”, dice Oscar Feito, del otro lado del teléfono, a cargo del proyecto, junto a Sebastián y Gastón Gallo. Hoy reabre sus puertas, pero no habrá ceremonia de inauguración más allá de lo importante: la proyección de películas.
Ubicado a metros nomás del Obelisco, del epicentro porteño, sobre Diagonal Norte a la altura 1150, entre Cerrito y Libertad, este histórico refugio del cine exquisito vuelve a abrir sus puertas con un equipamiento notable y dos películas para verlas en la comodidad inigualable de las salas: Asuntos de diván (2019), de Manele Labidi, con funciones a las 17, 19.30 y 22, y Aftersun (2022), de Charlotte Wells, que podrá verse a las 16.30, 19 y 21.30.
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Infraestructura, ambientación, mobiliario, ascensor para discapacitados y especialmente el equipamiento técnico: son tres salas —dos con capacidad de 100 butacas y una con 90 porque incorporaron un pequeño escenario para presentaciones— cuentan con equipos Barco láser 2k y sonido es 7.1 dolby soundraun y pantallas de alta calidad. “Porque el buen cine merece respetar todo lo que el director quiso mostrar del modo que lo diseñó”.
¿Y por qué apostar a un cine de autor, a un cine artística, independiente, en momentos de las plataformas dominan la industria y las franquicias el gusto masivo? “Como dice un italiano: porque nos piace”, dice Oscar Feito, entre risas. “Pero es verdad: porque no gusta lo que hacemos, nos gusta el cine, creemos en el cine. Naturalmente, es otra escala lo que hacemos, pero sí: es lo que nos gusta”, agrega.
“Nosotros sabemos que por cuatro o cinco años no vamos a poder recuperar la inversión que hicimos pero esto es toda una apuesta. Porque nos gusta de verdad y porque ese espacio está vacante. Lo tiene solamente el Cine Lorca pero con sus particularidades”, dice y agrega: “Mucha gente va al cine a ver películas de calidad, cine de autor, todo ese cine diverso que se hace fuera de lo que es la gran industria y que se hacen distintos lugares del mundo”.

“Una cosa es ver buen cine y otra cosa es pretender tener un cine elitista solo para pocos para cinéfilos y para entendidos”, explica, que no es en absoluto su caso. Y lo resume de este modo: “Que tengamos este tipo de cine no significa que estamos peleado con Hollywood o que si Tarantino hace una película no vayamos a pasarla porque se hizo en Hollywood. Tarantino es un genio como es un genio Woody Allen”.
Pero, ¿hay público para este cine? “Sí, creemos que sí”, responde, y concluye: “Y creemos que ese público no necesariamente es un público elitista. Es un público al que le gusta ver buen cine, que cuente buenas historias bien contadas y con calidad de realización”.
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