
Gustave Doré (1832-1883) fue toda una celebridad en su época, pero sobre todo por sus ilustraciones y grabados en obras clásicas de la literatura, pero también, en menor medida, desplegó su talento en el lienzo, como es el caso de Los saltimbanquis.
Niño prodigio, a los 13 años ya comenzó a publicar dibujos a pluma litografiados en la imprenta Ceyzeriat en Bourg y Les Aventures de Mistenflûte y Mirliflor, un álbum de 16 páginas. Dos años después firmaba un contrato con el semanario Le Journal pour rire, perteneciente a Charles Philipon, quien en otros periódicos había difunfido la obra de leyendas de la ilustración como Paul Gavarni y Honoré Daumier. Luego de una disputa -su padre no quería que se dedique al arte- finalmente el joven Doré obtiene el permiso y allí sale Las obras de Hércules, la primera obra litografiada oficial del artista.
Sería el inicio de un legado enorme que cambió para siempre la manera de hacer y disfrutar de este tipo de trabajo, llevándolo a un nuevo nivel. Luego, comenzó a entintar algunas escenas sueltas de Balzac y Milton; aunque su trabajo en Gargantúa y Pantagruel (1854), la novela sobre dos gigantes de François Rabelais, le trajo popularidad y solventó su prestigio.
Se destacó por una técnica detallista al extremo, además de tener una calidad de trazo y compositiva digna de los grandes maestros. Sin embargo, su talento también le generó detractores, como cuando salió London: A Pilgrimage, en 1872.

Para entonces era muy reconocido y cobró unas 10 mil libras esterlinas por un contrato de 5 años con la editorial Grant & Co, una fortuna para la época. La publicación, de 180 grabados fue un éxito de ventas, pero le criticaron que representara aspectos de la metrópolis que los propios ingleses querían ocultar, como la marginalidad con la que se cohabitana entre sus grandes edificios.
A lo largo de su carrerá ilustró piezas clásicas como El paraíso perdido, de Milton; la Divina Comedia, de Dante; el Quijote de Cervantes o El Cuervo de Poe, los cuento de Perrault, por solo nombrar algunos. Las nuevas ediciones de estos trabajos siguen siendo piezas de colección.
En comparación cuantitavia, el trabajo pictórico de Doré es escaso. Son conocidos sus trabajos como Jesucristo saliendo del Pretorio, Vendedoras de flores de Londres, La siesta o Andrómeda, pero sobre todo Los saltimbanquis, una pieza de 1874 que sigue las líneas del romanticismo y que se encuentra en el Museo de arte Roger-Quilliot, en Clermont-Ferrand, Francia.
La obra representa a una familia de acróbatas luego de una tragedia. Una madre que sostiene a su hijo herido tras un accidente durante una caminata por la cuerda floja, mientras que a la derecha, su padre observa consternado.

La composición habita sobre dos planos marcados por la luz, que se cortan con una diagonal. En el primero se ilumina al niño y a la madre, mientras que en la zona más oscura aparece el progenitor y la zona donde se desarrolló el accidente, además de unos curiosos que observan de reojo la escena.
A su vez, el autor le otorga a la madre un aura de Virgen religiosa, con su vestimenta azul y su corona, que como en la iconografía cristiana de La piedad sostiene a su hijo en los momentos finales. Las cartas frente a ella marcan su profesión en el circo, es una adivina y para reforzar el concepto coloca a un búho a su lado, animal para representar lo misterioso, lo nocturno, y que se tomaba como mascota de las hechizeras. El ave mira al horizonte, como ausente a la tragedia, como si aquella mujer no hubiera podido ver el futuro que ahora la atormenta.
Por otra parte, el padre está vestido de rojo, con una vestimenta que se asemeja a la representación demoníaca. Sin embargo, no lo muestra despreocupado, más bien lo contrario: al igual que su madre, sus ojos derraman lágrimas, se encuentra hundido en el dolor, revelando que ante ciertas circunstancias de la vida, la tristeza es común a todos.
La pintura, de 224 × 184 cm se exhibió desde 1937 en el Clermont-Ferrand, pero en 1992 fue transferido al Roger-Quilliot, en la misma ciudad, donde en una encuesta de 2011 fue elegido por el público como su “el lienzo favorito” del espacio.
SEGUIR LEYENDO
Últimas Noticias
Nacha Guevara vuelve al cine en “Solo Fanáticos”, un drama que revela los peligros de la fama online
La icónica artista interpreta a un personaje clave en la nueva película de Leo Damario, una historia que combina intensidad emocional y crítica social, cuyo estreno está previsto para el verano de 2026

De cómo la película “Cónclave” se convirtió en profecía de lo que sucederá en el Vaticano
Estrenada antes del fallecimiento del papa Francisco, la obra de Edward Berger recobra vitalidad en vísperas de la elección del nuevo jefe de la Iglesia Católica: ¿cuánto reproduce y cuánto distorsiona en realidad?

Así nació “Hamlet de Patagones”, una odisea teatral ambientada en el fin del mundo
La autora y directora de la obra que se presenta los sábados en Ítaca, cuenta el proceso creativo de un texto que entrelaza sueños, batallas internas y memorias originarias para dar vida a un Hamlet anacrónico y provocador

La biografía política de Vargas Llosa se presenta con la participación de su esposa Patricia y su hijo Álvaro
El libro “Su otra pasión”, firmado por el catedrático y dirigente político Pedro Cateriano, echa luz sobre el corpus ideológico del Nobel peruano a lo largo de su agitada participación pública

Programa de la Feria del Libro 2025: todas las actividades del fin de semana del 26 y 27 de abril
Talleres, presentaciones y espacios para todas las edades en un evento que celebra la diversidad cultural
