
El caminante sobre el mar de nubes, del pintor romántico alemán Caspar David Friedrich, es una de esas obras que te dejan sin palabras. Empecemos por describirlo.
Un hombre, luego de un largo viaje, llega a la punta de una montaña. Adelanta una pierna, se apoya en un bastón y mira el mar de nubes que queda debajo. Al fondo, una cadena montañosa y un cielo inmenso. El hombre está de espaldas, viste de negro. No sabemos quién es. Tal vez sea cada uno de nosotros.
“Al no tener rostro transmite mejor la idea de la disolución del individuo en el todo cósmico”, escribió Maneyre-Dagen en Maestros de la pintura. El paisaje (Sajonia, Alemania) maravilla. ¿Qué representa esta obra tan famosa en la historia del arte? Viajemos en el tiempo. Vayamos más atrás.
El siglo XVIII es conocido como el Siglo de las Luces porque por primera vez se dejó de poner en el centro del debate a la religión. La fe ya no explicaba el progreso. La suplantó el hombre, el pensamiento, la razón. Sin embargo, con el paso del tiempo, se volvió en contra. Como escribió Goya en uno de sus grabados: “Los sueños de la razón provocan monstruos”. Por eso, frente a la “dictadura de la razón”, surgió el Romanticismo.
Hoy, cuando se elige un cuadro para representar aquel movimiento artístico, generalmente es éste: El caminante sobre el mar de nubes, de Caspar David Friedrich. El Romanticismo es un movimiento cultural que se originó en Alemania y en Reino Unido a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra la Ilustración y el Neoclasicismo.
Los pintores románticos creían que el arte no debía perder su carácter sentimental. La explicación racional del mundo se la dejaban a la ciencia. Para ellos el misterio de la vida, que seguía sin ser resuelto, debía continuar exponiéndose en los lienzos. No se podía abandonar la trascendencia. Tomó tanta fuerza el Romanticismo que se convirtió el primer movimiento cultural que cubrió el mapa completo de Europa.
Para el historiador de arte Christopher John Murray, Friedrich “dirige la mirada del espectador hacia su dimensión metafísica”. En la biografía que escribió William Vaughan, se habla de cómo “representa la naturaleza como una creación divina".
Este pintor alemán nacido en 1774 y muerto en 1840 intentó volver a darle al arte su fuerza sensible, la que siempre tuvo, la que nunca debió dejar de lado. Lo logró. Incluso hoy, a 180 años de su muerte, su obra sigue conmoviendo. El caminante sobre el mar de nubes fue pintado en 1818. Actualmente se conserva en el museo de arte Kunsthalle de Hamburgo, Alemania.
SEGUIR LEYENDO:
Últimas Noticias
La Feria del Libro de Lima homenajeará a Mario Vargas Llosa
Del 18 de julio al 6 de agosto, el evento contará con más de 1.000 actividades culturales y participarán autores como Javier Cercas, Ray Lóriga y Rosa Montero

La mujer que salvó el legado de Van Gogh es reconocida a 100 años de su muerte
Una exposición en Ámsterdam rescata la historia de Jo van Gogh-Bonger, cuñada del pintor, quien transformó la herencia artística de Vincent en un fenómeno mundial tras la muerte de su esposo Theo

El emblemático taller de cerámicas de Picasso será restaurado y abrirá sus puertas al público
El espacio Madoura Pottery de Francia, donde el artista español trabajó junto a figuras como Matisse y Chagall, será convertido en centro cultural, tras una profunda intervención estructural y la creación de nuevos espacios verdes

100 años de Szyszlo, el gran pintor ancestralista abstracto de Latinoamérica
Dos muestran celebran el legado del artista peruano que rescató un “ancestralismo muerto” para unirlo con una abstracción

“Los cisnes no solo saben amar”, una distopía argentina sobre las pasiones sociales de finales del siglo XXI
El economista y doctor en Relaciones Internacionales cuenta el detrás de escena de su nueva incursión en la literatura de ciencia ficción
