
Y un día el Congreso homenajeó a las escritoras argentinas. Es decir, mujeres que con las más variadas herramientas subjetivas se han dado a ejercitar la creación con palabras de la literatura. Es un reconocimiento genuino, ideado por el diputado Daniel Filmus, presidente de la Comisión de Cultura del parlamento, que acompaña un momento de premiación internacional y nacional en el que fueron distinguidas recientemente Selva Almada, Claudia Piñeiro, Ángela Pradelli, Mariana Enríquez, María Gainza, Luisa Valenzuela, Leila Guerriero y María Moreno. Estuvieron presentes Piñeiro, Pradelli y Selva Almada. Filmus hizo una breve introducción para dar luego la palabra a las homenajeadas. Desde México, con un video Luisa Valenzuela, primera mujer en ganar el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en idioma español, agradeció el homenaje que es también un reconocimiento a todas las mujeres que escriben. También desde la pantalla Mariana Enríquez, quien acaba de ser premiada con el Herralde de Novela, mostró su alegría por el homenaje y agregó que esperaba el momento en que no se premiara a las escritoras por ser mujeres y que la escritura no fuera compartimentada por el género.
Claudia Piñeiro expresó su satisfacción porque la iniciativa es un aliciente para leer a escritoras. Contó que en la reciente Semana Negra de Gijón los jurados no tenían entre sus manos sino obras escritas por varones. Tal tendencia, dijo, podría ser combatida por este tipo de iniciativas que visibiliza a las escritoras y les da un sitio de enunciación que permite, además, que sus libros sean leídos. Pradelli agradeció la iniciativa y señaló la profunda emoción que le producían estos homenajes.

Selva Almada, como Enríquez, cuestionó la división entre escritoras y escritores a la vez que señaló que los unificaban los trabajos extras que debían realizar para poder dedicarse a la escritura en el tiempo restante. “Debemos discutir las condiciones materiales de producción de nuestros libros, tanto hombres como mujeres, que nos vemos sometidos a la tareas laborales que no nos permiten ser escritores como quisiéramos y sobre todo en medio de la crisis de la industria editorial, que no es ajena a la crisis económica del país todo”. El escritor Martín Kohan leyó un texto lúcido que se refirió al mismo tópico mencionado por Almada, y que desarrolló en clave “gramsciana” en cuanto a ganar espacios hegemónicos con discursos disruptivos.
En el público se encontraban entre otros Inés Fernández Moreno, Ana María Shua, Enzo Maqueira, Christian Godoy, Guillermo Martínez, Ricardo Gil Lavedra, Alberto Díaz y una concurrencia que celebró la ocasión y departió con las escritoras premiadas con sandwiches de miga y café, en una sala elegante del Congreso.
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