Grupo Sencia respondió a cuestionamientos por el estado de la grama de El Campín y su uso para conciertos

Juan Carlos Salamanca, gerente de Equiver, firma encargada de la incorporación de la grama híbrida y su mantenimiento en el escenario capitalino, salió al paso de las crecientes dudas frente a dichas labores

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La grama del estadio El
La grama del estadio El Campín es objeto de quejas y cuestionamientos de jugadores y entrenadores del fútbol colombiano durante el año. Grupo Sencia por medio de su equipo de expertos en el cuidado del césped, respondió - crédito cortesía Grupo Sencia

El estadio El Campín, en Bogotá, está en boca del fútbol colombiano desde la llegada del grupo Sencia en 2024, encargado de administrar el recinto que habitualmente alberga los partidos de Millonarios e Independiente Santa Fe.

Con la puesta en marcha de uno de los proyectos más ambiciosos de los últimos años —la creación de un nuevo Campín a pocos metros del actual—, el conglomerado anunció también la renovación de la grama del escenario actual, con la implementación de una de carácter híbrido: 85% de césped natural y 15% de fibras sintéticas, cosidas cada 2 cm² sobre una base de kikuyo grass, resistente al clima frío de la capital.

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Esta implementación inició en la última semana de junio, una vez Independiente Santa Fe disputó el partido de ida de la final de la liga BetPlay ante Independiente Medellín, y se terminó el 24 de julio.

Sin embargo, eso no detuvo las quejas de jugadores, entrenadores y un sector del periodismo deportivo por el estado del césped, particularmente luego de la realización de conciertos durante el año, como los de Shakira, System of a Down, Maluma o Silvestre Dangond. La presión ejercida por la estructura del escenario ya ha provocado lesiones de gravedad a lo largo del año, destacándose especialmente la ruptura del tendón de Aquiles de Juan Carlos Pereira, jugador de Millonarios, el pasado 10 de septiembre.

En una rueda de prensa convocada en El Campín el 25 de septiembre, Juan Carlos Salamanca, gerente de Equiver —socio aliado de Sencia y responsable del cuidado de la grama del estadio—, se refirió al tema.

Según explicó en una exposición ante los medios acreditados, tanto el proceso de incorporación del nuevo césped como su mantenimiento y rendimiento cumplen con estándares internacionales, aunque sus resultados más óptimos requieren más tiempo para reflejarse. “El campo de El Campín está en una fase de maduración agronómica y, aunque cumple con los estándares internacionales, aún requiere tiempo y trabajo para alcanzar su condición ideal”, declaró.

Juan Carlos Salamanca, gerente de
Juan Carlos Salamanca, gerente de Equiver, detalló el protocolo de recuperación del campo y los detalles de la implementación del césped híbrido - crédito cortesía Grupo Sencia

Salamanca indicó que esa maduración es gradual y depende tanto de factores climáticos como de los eventos que albergue El Campín, tanto partidos como conciertos. En la actualidad, la grama se encuentra aproximadamente en el 50% de la etapa final del proceso de germinación y consolidación, y de acuerdo con sus estimaciones, el plazo para su maduración total sería de seis meses.

“En ocasiones el campo reacciona rápidamente y queda listo en tres o cuatro meses; otras veces, por variables climáticas o por el uso intensivo, puede tardar más, hasta seis meses. Estamos ahora en ese estándar”, afirmó Salamanca.

El mantenimiento del campo cumple
El mantenimiento del campo cumple con estándares FIFA en rodadura, rebote, torsión y altura de corte, en palabras de Equiver, socio aliado de Sencia y responsable del cuidado - crédito cortesía Grupo Sencia

Sobre el cumplimiento de los estándares FIFA, el gerente de Equiver especificó que El Campín responde a los parámetros de rodadura, rebote, torsión y altura de corte exigidos por la regulación internacional.

“Para que el campo esté dentro del rango adecuado de rodadura, la medición debe ubicarse entre 5 y 10 metros. Si es menor a 5, es un campo lento; si es superior a 10, es más rápido de lo habitual. En cuanto al rebote del balón, debe ser de un metro hacia arriba. La torsión se evalúa entre cero y 40 Newton, y la altura de corte puede variar entre 18 y 25 milímetros, según el clima y la variedad de césped”, explicó Salamanca, añadiendo que actualmente se juega con césped de entre 18 y 20 milímetros de altura.

Los conciertos: el gran reto para el mantenimiento del césped

El impacto de los conciertos y eventos masivos sobre el césped fue uno de los puntos clave en la rueda de prensa. Salamanca reconoció que, pese a los protocolos estipulados para proteger la grama, “cada evento implica un reto particular”.

Con todo, el gerente explicó algunas de las medidas que se toman para reducir al mínimo dicho impacto: “En los conciertos grandes se utilizan estibas que distribuyen el peso, y se implementan pisos especiales importados para minimizar el deterioro”.

Los conciertos como los de
Los conciertos como los de Shakira, Silvestre Dangond o Maluma, representan el mayor reto para la conservación del césped en El Campín - crédito Lina Gasca/Colprensa

Aunque esto genera afectación debido a la falta de exposición al sol —la cual puede prolongarse durante los días de montaje y desmontaje del concierto—, y se refleja en la decoloración del campo cuando se disputan partidos en los días siguientes a este tipo de eventos, Salamanca apuntó que el impacto físico directo puede controlarse con procedimientos especializados que se realizan de forma inmediata después de cada espectáculo.

“El daño generado por los conciertos es distinto al que dejan los partidos: los jugadores tienen contacto directo, levantan la grama, y en el centro del campo se concentra el mayor uso y desgaste, por lo que tratamos de reemplazar rápidamente las zonas más afectadas”, destacó.

Salamanca también se refirió a las diferencias que pueden surgir entre Sencia y los productores de conciertos por aspectos relacionados con el montaje de los escenarios, algo que varía dependiendo del artista. Cuando Infobae Colombia le preguntó de qué manera se manejan estas coyunturas para priorizar el mejor estado del campo, respondió:

“Lo que nosotros aquí le tenemos a todos los empresarios es un protocolo. (...) Antes de un concierto, se conversa con los empresarios. Nosotros hacemos un trabajo de toma de topografía y nuestra agrónoma hace un análisis previo de cómo están las circunstancias del campo. Le entregamos casi que una planilla con las circunstancias donde le decimos: ‘Mire, aquí está el campo en estas condiciones y usted nos lo tiene que entregar igual’”, explicó.

El siguiente paso es un seguimiento diario al estado del terreno, que puede prolongarse hasta dos semanas después de un concierto. “Hacemos seguimiento y pruebas para detectar si eventualmente hubo un asentamiento [en la superficie], comparamos y trasladamos esa información y, si hay alguna diferencia, nosotros inmediatamente informamos aquí al grupo técnico”, indicó.

Este protocolo se ha implementado en El Campín y otros escenarios desde hace más de 10 años, y, en palabras de Salamanca, hasta ahora no se ha presentado un daño grave. No obstante, explicó qué se hace en ese tipo de situaciones.

“Si hay un daño muy fuerte, de una circunstancia que sea del tipo irreversible, se tiene que asumir por parte del empresario en el arreglo que se hace”, añadió, indicando que existen pólizas de seguro para este tipo de casos. “Si es un tema mínimo, ya es un tema de trabajarlo y de recuperarlo”.

De ahí que la planificación y el diálogo constante con los productores sea determinante para que todas las partes salgan beneficiadas. “A veces hay shows que uno ve que traen unos elementos bastante grandes. Se charla mucho un mes, dos meses antes, muy juiciosamente con los productores, con la gente que va a estar aquí montando. Nos convertimos como en los policías del campo: estamos pendientes antes, durante y después”, indicó.

Salamanca también se refirió a los desafíos de conciliar las necesidades de los clubes, los jugadores y los organizadores de espectáculos. Sostuvo que existe un diálogo permanente y protocolos definidos para ajustar el calendario de eventos, priorizar el estado del campo y permitir o restringir entrenamientos adicionales según la recuperación de la grama.

“A veces, por el clima o por el proceso de germinación, se limita el uso para calentamientos, pero el objetivo es que los deportistas siempre encuentren la cancha en las mejores condiciones posibles”, aclaró. “La colaboración entre equipos, promotores y autoridades ha sido fundamental; es un esfuerzo conjunto para combinar la agenda deportiva e internacional con la demanda de espectáculos”, concluyó.