Concejal bogotano denunció que el Gobierno de Gustavo Petro impide la descontaminación de los ríos Bogotá y Magdalena

Julián Uscátegui explicó que desde el Ministerio de Hacienda han impuesto múltiples trabas para la financiación de un elemento clave para llevar a cabo el procedimiento de recolección de residuos sólidos

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Los ríos Bogotá y Magdalena
Los ríos Bogotá y Magdalena son algunos de los más importantes del país- crédito Universidad Javeriana

El concejal de Bogotá Julián Uscátegui encendió las alertas medioambientales al denunciar que el Gobierno de Gustavo Petro estaría frenando los esfuerzos para descontaminar dos de las principales fuentes hídricas del país: los ríos Bogotá y Magdalena.

Según el funcionario, la administración central no estaría asignando los recursos ni generando los mecanismos políticos necesarios para llevar adelante un proyecto que podría marcar un hito en la lucha contra la crisis ambiental.

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En un comunicado, Uscátegui reveló que existen “intervenciones del Gobierno Nacional que impiden la descontaminación de los ríos Bogotá y Magdalena”

A juicio del cabildante, esta interferencia política y administrativa ha generado un atraso significativo en cronogramas previamente establecidos, lo que deja en un limbo los proyectos de saneamiento más urgentes.

El concejal advirtió que, de continuar con esta postura, no solo se comprometerá irreversiblemente la salud ecosistémica de las cuencas, sino también el acceso al agua potable para millones de colombianos.

Si no se actúa de inmediato, los costos posteriores —tanto ambientales como económicos y sociales— serán inmensurables”, afirmó, demandando al Gobierno de Gustavo Petro mayor compromiso y transparencia en el manejo de recursos.

Uscátegui remarcó que la situación es especialmente crítica porque compromete tanto al río Bogotá, columna vertebral hídrica de la capital, como al Magdalena, arteria fluvial que cruza gran parte del país. Si bien existen proyectos de descontaminación en ambos, su impacto real dependerá de la articulación expedita entre instancias nacionales y regionales.

“El Gobierno Nacional le exige a Bogotá tener en caja mucho más dinero del que pretende prestar. Es absurdo. Si la ciudad tuviera esa plata, no necesitaría pedir prestado“, comentó.

El concejal Julián Uscátegui ha
El concejal Julián Uscátegui ha sido crítico de las políticas de Gustavo Petro - crédito Concejo de Bogotá

En el caso del río Bogotá, con afectaciones por vertimientos industriales y aguas residuales no tratadas, la iniciativa contempla el fortalecimiento de plantas de tratamiento y la construcción de infraestructuras de saneamiento. Respecto al Magdalena, cuya cuenca abarca múltiples departamentos y ecosistemas, Uscátegui enfatizó que este plan podría convertirse en un referente continental si se le garantizan los fondos y la voluntad política necesaria.

El origen del problema, según Uscátegui, radica en dos elementos fundamentales: la renuncia del Gobierno Nacional a solicitar los aportes correspondientes de las entidades territoriales y locales, y la falta de claridad en la priorización de recursos. Sin acceso ágil a las partidas presupuestales ni definición clara de responsabilidades, los proyectos se mantienen en un estado legislativo sin ejecución.

Este panorama, sostuvo el concejal, demuestra cómo las negociaciones centralizadas pueden paralizar iniciativas de gran impacto local, creando un cuello de botella que retarda el progreso en salud pública y protección ambiental. Para Uscátegui, “no es solo una desidia administrativa, es una clara decisión política que muestra las prioridades del Gobierno”.

El río Magdalena pasa por
El río Magdalena pasa por 10 departamentos de Colombia- crédito Colprensa

De esta manera, explicó el cabildante, la demora tiene efectos directos sobre las poblaciones ribereñas y los habitantes más vulnerables de las ciudades atravesadas por estos cauces. Sin políticas concretas de saneamiento, las comunidades enfrentan mayores riesgos de enfermedades transmitidas por el agua, así como la afectación de sus actividades económicas—principalmente agricultura, pesca artesanal y turismo ecológico.

La contaminación también impacta en la biodiversidad regional, ya que sumerge a especies acuáticas en entornos tóxicos, impide la reproducción de especies endémicas y desequilibra los ecosistemas circundantes. Esto a su vez dificulta los planes de conservación y restauración ambiental que dependían del éxito de los proyectos de descontaminación.

Así las cosas, el concejal concluyó su comunicado con un mensaje contundente: “Bogotá y el país no pueden seguir esperando. La descontaminación del río Bogotá y del Magdalena no es un lujo, es una necesidad prioritaria. Exigimos al Gobierno Nacional poner los recursos, desmontar barreras burocráticas y asumir con responsabilidad la agenda ambiental que todos llaman pero pocos ejecutan”.