Cráneos con máscaras dan pistas de antigua comunidad prehispánica en Colombia: así reconstruyen los investigadores su legado cultural

Las piezas, únicas en Colombia y extremadamente raras en el mundo, se han convertido en el centro de una de las investigaciones arqueológicas más ambiciosas del país

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Desde 2021, la investigación está liderada por el arqueólogo Felipe Cárdenas Arroyo con un equipo interdisciplinario nacional e internacional - crédito Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh)

En la década de 1990, un conjunto de cráneos con máscaras adheridas al rostro llegó a la colección arqueológica del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh).

Habían sido obtenidos por guaquería, sin ningún dato sobre su procedencia exacta. Nadie sabía de qué territorio venían, qué grupo humano los había elaborado ni qué significados tenían esas máscaras mortuorias decoradas con semillas, fibras vegetales, resinas y hasta tusas de maíz.

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Tres décadas después, estos restos —únicos en Colombia y extremadamente raros en el mundo— han impulsado una de las investigaciones arqueológicas más ambiciosas del país. El proyecto fue organizado en 2021 por el arqueólogo Felipe Cárdenas Arroyo, que conformó un grupo interdisciplinario de especialistas nacionales e internacionales en arqueología, paleogenética, antropología forense, arqueobotánica y tecnología 3D. Su objetivo: reconstruir la historia de la sociedad prehispánica a la que pertenecieron estos individuos y comprender cómo y por qué elaboraban máscaras directamente sobre los cráneos de sus muertos.

Cárdenas lo explica así: “El Icahn tiene una colección de unos diez cráneos humanos que tienen una máscara colocada en el esqueleto facial después de que el individuo murió. Eso es un hallazgo realmente único. Jamás se había encontrado algo así en Colombia. Hay otros en la Universidad Nacional y algunos en la Pedagógica y Tecnológica de Tunja, pero son muy pocos. Lo interesante es esa unión entre la antropología biológica y el arte plástico para fabricar estas máscaras directamente sobre los huesos”.

Estas piezas son únicas en
Estas piezas son únicas en Colombia y extremadamente raras a nivel mundial - crédito Julián Morales/Icanh

Hoy, gracias a la alianza entre el Icahn y la Universidad John Moores de Liverpool, Inglaterra, el proyecto ha avanzado en reconstrucciones faciales digitales, análisis de ADN, identificación de semillas y resinas, estudios de dieta y cronología.

Para profundizar en estos hallazgos, Infobae Colombia conversó con Juan Pablo Ospina, coordinador del Grupo de Arqueología del Icahn, que explicó los avances logrados y el papel que desempeña el trabajo de los investigadores.

Reconstruir la historia de unos cráneos únicos en Colombia

Los estudios han permitido determinar edad al morir, sexo biológico, dieta basada en plantas y datación radiocarbónica (1216-1797 d.C.) - crédito Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh)

Los cráneos con máscara llegaron a la colección en 1993 sin información alguna y ese vacío obligó a iniciar la investigación desde cero. Ospina recuerda que, pese a la falta de contexto, la singularidad del material era evidente; pues en Sudamérica solo existían casos similares en el norte de Chile. En el mundo, únicamente se conocían paralelos en Melanesia, Europa Oriental, Norteamérica y Medio Oriente.

“Apenas entré al equipo, comencé a trabajar de la mano con el profesor Felipe Cárdenas. Empezamos a hacer seguimiento de todos los cráneos con máscara y a recuperar las notas existentes. Queríamos fortalecer la trazabilidad ahora que contamos con servicios de diferentes laboratorios”, explica el coordinador de Antropología del instituto.

Y es que, para abordar un material tan complejo, es indispensable trabajar con especialistas de múltiples áreas. Así lo describe Felipe Cárdenas: “Hoy en día la arqueología es interdisciplinaria. Un solo arqueólogo no puede abarcar todas las preguntas que surgen de un material como este. Sabemos que estos cráneos representan una sola población porque comparten esta particularidad de las máscaras post mortem. Queremos saber quiénes eran. No lo sabemos aún, porque son muy particulares”.

La integración de diversas disciplinas ha permitido determinar la edad al morir, el sexo biológico, así como indicadores de la dieta basada en plantas y la datación mediante radiocarbono. Según los resultados preliminares, estos individuos vivieron en algún punto de la Cordillera Oriental entre los años 1216 y 1797 d.C.

Además, se han identificado semillas, fibras y resinas que aportan información sobre prácticas rituales. Al respecto, Ospina destaca el valor cultural de los elementos orgánicos incrustados en los cráneos: “Las semillas como ojos, las cuerdas en la mandíbula o en la parte posterior de la cabeza, las tusas de maíz entre la mandíbula y el hueso occipital. Todo eso nos acerca a patrones culturales que aún estamos tratando de comprender”.

Tecnología forense y paleogenética para dar con el origen

El proyecto combina arqueología, paleogenética,
El proyecto combina arqueología, paleogenética, antropología forense, arqueobotánica y tecnología 3D para reconstruir la historia de estos individuos - crédito Universidad John Moore

Entre los avances más visibles están las reconstrucciones faciales digitales realizadas por Face Lab, de la Universidad John Moores de Liverpool. Cada cráneo fue escaneado y transformado en un modelo 3D que permite retirar la máscara virtualmente y observar los detalles del hueso sin manipular los restos reales. “Los modelos en 3D se convierten en elementos accesibles a los investigadores, porque les permiten ver cómo lucen tanto las máscaras como los rostros sin manipular directamente los restos”, señaló Jessica Liu, gerente de proyectos de Face Lab.

Estos modelos fueron impresos para exhibición pública, como explica Cárdenas: “Estos no son los cráneos originales. Son reproducciones hechas mediante impresión en resina que permite estudiarlos y exhibirlos sin comprometer los restos reales”.

Los análisis genéticos buscan establecer
Los análisis genéticos buscan establecer filiación cultural, origen territorial y posibles migraciones de estas poblaciones - crédito Universidad John Moore

Sobre el análisis genético, Cárdenas destaca la importancia del trabajo con el laboratorio de genética humana del centro de investigación Eurac Research en Italia, donde se estudió al famoso Hombre del Hielo, Ötzi: “Tenemos un grupo trabajando el análisis genético de los materiales, que es uno de los laboratorios de paleogenética más importantes del mundo. Esto es clave porque en la Cordillera Oriental existe mucha información genética previa. Al obtener nuestros resultados, podremos compararlos con esa base de datos y podremos saber si estos individuos eran de esta área, si provienen de otra región o si tienen afinidad con poblaciones de la familia lingüística chibcha”.

Interrogantes abiertos para la ciencia

Aún no se conoce con certeza la función exacta de las máscaras, aunque podrían estar relacionadas con identidad, rituales o memoria - crédito Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh)

Las preguntas que pueden responder estos análisis son amplias: movilidad entre tierras altas y bajas, migraciones, filiación cultural, origen territorial e incluso transformaciones poblacionales a lo largo de varios siglos. Pero, aunque la investigación avanza, aún no es posible determinar con certeza la función de estas máscaras mortuorias.

Para el coordinador de Antropología del Icanh, el hallazgo plantea más preguntas que respuestas: “Es difícil afirmar con exactitud qué significaban estas máscaras o cuál era su funcionalidad real. No sabemos si eran marcadores de identidad, elementos rituales o formas de preservar la memoria. La clave está en seguir investigando y comparando estos datos con otras poblaciones de la Cordillera Oriental”.

La presencia de semillas y maíz no solo tiene un componente estético: también sugiere dimensiones rituales relacionadas con la agricultura, la vida y la muerte. El estudio arqueobotánico permite profundizar en los usos y la domesticación del maíz y en su papel en las prácticas simbólicas de estas comunidades.

Instituciones como la Universidad Nacional aportan información sobre el ambiente donde pudieron habitar estos individuos, mientras que el Metropolitan Museum of Art de Nueva York analiza las resinas adheridas a las máscaras para identificar su origen y composición.

Ciencia y divulgación al alcance de la ciudadanía

El Icanh busca acercar la
El Icanh busca acercar la arqueología a la ciudadanía y a las comunidades relacionadas con estas tradiciones culturales - crédito Universidad John Moore

Mientras estos interrogantes son resueltos, los modelos 3D de los cráneos harán parte de una exposición temporal en el Icanh, acompañada de actividades de divulgación junto con la Universidad John Moores de Liverpool.

Ospina asegura que la divulgación no solo busca acercar al público a los rostros del pasado, sino también generar conciencia sobre el daño irreparable que causa la huaquería. “Queremos que la gente entienda que cuando un objeto arqueológico es extraído sin método, el país pierde. La humanidad pierde. Mucho de lo que quisiéramos decir sobre estos cráneos jamás podremos conocerlo por culpa del saqueo”, señala.

Por ello, la exposición incluirá un componente pedagógico que mostrará qué información se destruye cuando se remueve un contexto funerario y cómo ese vacío limita la capacidad de reconstruir la vida, la muerte y las prácticas simbólicas de las sociedades prehispánicas. Según explica, el objetivo es que el público experimente la misma emoción que sienten los arqueólogos al ver un rostro reconstruido después de siglos, pero también que comprenda que esa emoción podría ser mayor —y la ciencia más precisa— si los hallazgos no hubieran sido alterados por el mercado ilegal.

Asimismo, el Icanh prepara una estrategia más amplia que vincula la exposición con actividades para comunidades, talleres para estudiantes y la publicación de contenidos digitales accesibles. Ospina enfatiza que la divulgación debe incluir a los territorios de donde provendrían los restos, aun cuando hoy no exista certeza sobre su procedencia: “Nos interesa construir un puente entre la ciencia, la ciudadanía y las comunidades que han heredado estas tradiciones culturales. La arqueología no puede quedarse en los laboratorios; debe dialogar con el país”.

En cuanto a publicaciones futuras, desde el instituto señalaron que los resultados serán divulgados progresivamente por los investigadores principales del proyecto y que el Icanh proyecta acompañar esos avances con materiales divulgativos que permitan al público seguir el desarrollo de esta investigación inédita en Colombia.