Familiares de presunto subversivo dado de baja tras bombardeo en Guaviare exigen respuestas: “No era guerrillero, lo castigaron”

Padres de la víctima denuncian que su hijo fue retenido por la guerrilla y no era combatiente, mientras cuestionan la actuación militar que dejó varios menores muertos en la zona de conflicto

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La familia de Exenover Barbosa
La familia de Exenover Barbosa espera en Medicina Legal tras el bombardeo en Guaviare que dejó varios jóvenes muertos - crédito AP

La espera de los padres de Exenover Barbosa en las instalaciones de Medicina Legal se convirtió en un símbolo del dolor que deja el conflicto armado en Colombia.

Tras el bombardeo en Guaviare, que cobró la vida de su hijo, la familia enfrenta no solo la pérdida, sino también la indignación por las circunstancias que rodearon su muerte y la de otros jóvenes.

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El padre de Exenover relató a Blu Radio que su hijo había sido retenido por la guerrilla durante más de un año, tras un conflicto personal que, según su testimonio, desencadenó la intervención del grupo armado.

“Sí sé que fue porque él por ahí tuvo un problema con la mujer. La mujer le echó a la guerrilla y la guerrilla, justamente, lo cogió castigado, a ir a pagar como una multa, como una vaina allá, un año”, explicó el hombre, que detalló que la retención se extendió más allá del plazo inicialmente impuesto.

El padre de Exenover denuncia
El padre de Exenover denuncia que su hijo fue retenido por la guerrilla durante más de un año por un conflicto personal - crédito AFP PHOTO / Raúl Arboleda

La familia sostiene que Exenover no era combatiente, sino una víctima de las dinámicas de control de la guerrilla en la región. “No era guerrillero. A él lo llevaron allá para castigarlo, pero no guerrillero, porque él vivía aquí con nosotros, se había ido por allá a vivir, pero no era guerrillero”, afirmó su padre a la emisora citada.

La percepción social, sin embargo, terminó por catalogar a su hijo y a otros jóvenes en la misma situación como integrantes del grupo armado, pese a que muchos de ellos, según el testimonio, apenas llevaban entre uno y tres meses en el campamento.

El bombardeo, que resultó en la muerte de varios menores de edad, generó cuestionamientos sobre las acciones militares en zonas donde la presencia de civiles y jóvenes reclutados es una realidad.

La mayoría de las víctimas
La mayoría de las víctimas del bombardeo eran menores de edad, según el testimonio del padre de Exenover Barbosa - crédito imagen Ilustrativa Infobae

“Todos los que mataron, murieron fueron niños (...) los otros de 14, 15, 16, 17 años. Entonces, ¿qué hace una gente botando una bomba a una manada de niños? Obvio que armados, pero niños”, expresó el padre de Exenover a Blu Radio, subrayando la juventud de la mayoría de las víctimas.

El relato también pone en evidencia la imposibilidad de los retenidos para abandonar el campamento, así como la autoridad absoluta de la guerrilla sobre sus vidas.

“Allá él dijo: Las armas y los mandos son ellos. Lo que ellos digan, ellos son. Así que miran a un joven y lo miran como capacitado terciar un fusil y se lo llevan. Y allá ponerlo a que pelee contra... nadie ni contra quién”, relató el padre al medio, describiendo el ambiente de coerción y reclutamiento forzado que impera en la zona.

La familia de Exenover también recordó las críticas que, en el pasado, dirigió el presidente de Colombia, Gustavo Petro, a los bombardeos durante gobiernos anteriores, y lamentó que la situación no haya cambiado con el tiempo.

El relato familiar evidencia la
El relato familiar evidencia la imposibilidad de los jóvenes retenidos para abandonar el campamento de la guerrilla - crédito Colprensa

“Que si dijo el cuento cuando él (Gustavo Petro) estuvo, que no era presidente, criticaba los bombardeos, que no sé qué, que lo que hacía... Bueno, que un presidente y que el otro presidente y entró él y peor, porque qué de todas maneras también estuvo en eso”, manifestó el padre a Blu Radio, evidenciando la frustración ante la continuidad de las operaciones militares que afectan a civiles.

En medio de la espera por los restos de su hijo, la familia Barbosa exige respuestas y cuestiona tanto a la guerrilla como a las autoridades, mientras el dolor por la pérdida se mezcla con la denuncia de una realidad que, según su testimonio, sigue cobrando vidas jóvenes en el país.