‘Reggaetón: una revolución latina’ tendrá su espacio en uno de los festivales más importantes de México en 2025: “Simplemente traté de entender un movimiento”

Infobae Colombia habló con Pablito Wilson, autor del libro que formará parte del Coca-Cola Flow Fest

Guardar
'Reggaetón: una revolución latina', libro
'Reggaetón: una revolución latina', libro que narra los orígenes y evolución del reguetón, tendrá una presentación especial en el Coca-Cola Flow Fest de México - crédito Liburuak y @capturando_por_ahi/Instagram

El cartel del Coca-Cola Flow Fest 2025, uno de los eventos más importantes del género urbano celebrados en México, fue anunciado hace algunas semanas con nombres como Don Omar, J Balvin, Álvaro Díaz, Nicky Jam, Young Miko, Myke Towers y el invitado especial Natanael Cano entre los estelares del evento. A ellos se sumaron algunas figuras nacionales como Andy Rivera y Venesti, que complementan una curaduría que apuesta por la vigencia, pero también por el futuro.

Programado para celebrarse los días 22 y 23 de noviembre en el Autódromo Hermanos Rodríguez de la Ciudad de México, el festival contará con un evento previo el día 21, en el que será protagonista Reggaetón: una revolución latina, libro escrito por Pablito Wilson, periodista musical argentino radicado en Colombia durante más de 20 años.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel

En el libro se narra una secuencia de hechos que llevaron al género originario de Puerto Rico y Panamá a finales de los 90 a volverse prácticamente omnipresente en América Latina en los años siguientes, pero también a conquistar mercados en Asia, Europa y Estados Unidos.

Como toda narrativa relacionada con la música, esta produce disputas entre fanáticos. Con el reguetón no es la excepción, y Wilson generó una importante al manifestar durante su paso por el pódcast BarraXBarra, que J Balvin fue el responsable de globalizar el reguetón. El comentario se viralizó y alcanzó repercusión en distintos espacios, alimentando un debate significativo en el entorno del género, tanto entre sus fanáticos como entre líderes de opinión.

“Yo traté de ser lo más prudente del mundo, con una opinión que ni siquiera tengo que tener la razón o no. Y bueno, fue incluso difícil. Algunas personas sí lo entendieron, tenían clarísimo lo que yo estaba diciendo, pero otras me sacaron de contexto. Y eso siempre va a pasar”, reconoció el autor.

Ahora la coyuntura es peculiar, porque tanto el Flow Fest como el libro de Wilson confluyen en un momento en el que los artistas representativos del reguetón dieron pasos conscientes en direcciones más alejadas del dembow, privilegiando otros ritmos tradicionales latinoamericanos. Casos como los de Bad Bunny, Karol G y Rauw Alejandro fueron especialmente relevantes durante 2025.

De este modo, Infobae Colombia habló con el autor de Reggaetón: una revolución latina acerca de la invitación al Flow Fest, los retos de abordar la temática del libro rodeado de fanáticos y gente de la industria, y el panorama del reguetón en Colombia y a nivel internacional.

Infobae Colombia: ¿Cómo se dio la oportunidad de estar en el Flow Fest?

Pablito Wilson: Bueno, fue una cosa muy loca, la verdad. Por cosas de la vida, por mi trabajo y todo, fui conociendo a los organizadores, y hubo una cena donde estuvimos y yo les empecé a explicar lo que considero la versión más adecuada del origen del reguetón.

Hay muchas versiones, pero por lo general, lo que dicen muchos productores tanto puertorriqueños como panameños —como El Chombo— es que había un estudio en Nueva York al que llegaban jamaiquinos que no lograban pegar en Jamaica; ahí empezaron a llegar Shaggy, Shabba Ranks, un montón de artistas. Y, aparentemente, por lo que he leído, a ese estudio va mucho un productor y mánager panameño, Pucho Bustamante, que representa a Nando Boom, y esa pista que hoy consideramos el dembow del reguetón termina en sus manos. Nando Boom empieza a hacer canciones que, aparentemente, habrían inspirado gran parte del movimiento.

Todo eso lo explico en una cena de una manera un poquito más aterrizada. Y bueno, les encantó la charla, y en un momento me dicen, desde la organización: “Para nosotros es muy importante contribuir, digamos, a dignificar el nombre del reguetón; nos parece maravilloso esto”. Al día siguiente nos vimos en el concierto de Green Day y ahí es cuando Karen Argüello, que es la subdirectora de Ocesa, me dice: “Te queremos invitar al Coca-Cola Flow Fest”. Le gustó mi trabajo y es a quien puedo agradecerle esta oportunidad de ir a presentar el libro —del que salió la tercera reedición a finales del año pasado— en un venue tan grande como el Flow Fest. Entonces, vamos a tener una charla un día antes de que comience el festival, con detalles por definir.

Este es el cartel oficial
Este es el cartel oficial del Flow Fest -crédito Flow Fest

Usted ya presentó este libro en distintos espacios, desde ferias del libro, hasta eventos de industria muslcal como el BIME. Pero, ahora lo hará ante fans y personas involucradas en el género urbano, en específico. ¿Eso va a marcar alguna diferencia para usted al momento de discutir todas estas situaciones de la historia del reguetón?

Pues toca ver; ahí pueden pasar un montón de cosas. El problema de hablar de estos temas es que generan tanta pasión que, a veces, la gente se olvida de que uno opina no porque quiera tener la razón, sino porque hizo una investigación y quiere presentar un punto de vista. Entonces, pueden pasar todo tipo de cosas. Te podés encontrar con gente maravillada de escucharte, como te podés encontrar con gente que se pega de algo que dijiste y no está de acuerdo o que siente que tocaste la fibra sensible de lo que piensa.

Creo que en eso me ha ido bastante bien, ¿viste? Me ha pasado incluso en medios de comunicación, en radios nacionales, donde sin ninguna mala fe me agarra una madre de familia y me pregunta por las típicas preocupaciones que tiene una madre de familia sobre el reguetón. Y creo que lo he podido manejar bien, porque siempre hay un argumento, una intención de charla, de debate. Yo no pretendo que el mundo escuche reguetón; simplemente traté de entender un movimiento. Y, bueno, llegamos a un momento en el que hablar de este movimiento —que mucha gente creía polémico o por ahí no lo suficientemente apto para ser una obra literaria— me cambió la vida. Me permitió llegar a un montón de espacios, me abrió reconocimientos. Hizo, por ejemplo, que Billboard Latin destacara mi libro como uno de los mejores libros latinos en 2022.

Entonces, han pasado cosas muy bonitas con las que estoy superagradecido. Trato de estar a la altura de estas circunstancias, de ser no solo agradecido, sino muy responsable con mi trabajo. Y bueno, ahí vamos con la cosa.

Usted va a estar allá, y seguramente va a querer pasarle el libro a alguno de los grandes nombres del festival. ¿Cuál sería su prioridad?

Habría que ver, porque mirá que en este momento no tengo libros (risas) de los que me mandaron de España. Pero yo te digo, por ejemplo, que J Balvin lo tiene, María Becerra lo tiene. J Álvarez y Farruko no van a estar en el Flow Fest, pero también lo tienen. Ya hay varias figuras del reguetón que lo tienen, y en la mayoría de los casos se los he entregado yo en persona. Entonces, toca ver. Yo no sé hasta qué punto Don Omar quiera que un chico argentino le regale un libro de reguetón, pero si es así, sería un honor. Son cosas para ir tanteando. A Nicky Jam me gustaría mucho regalárselo. Creo, por amigos en común que tengo con él, que a Nicky Jam le gustaría mucho ese regalo.

2025 fue un año muy peculiar para el reguetón. Hasta podría hablarse de un punto de quiebre en el género. Pensar que dos de los trabajos más importantes del año, hechos por los artistas punteros se buscaron alejar conscientemente de la raíz, como fue el caso de Bad Bunny y Karol G. ¿Es indicativo de algo? ¿Qué representa para el reguetón la movida de ambos?

Sí es indicativo de algo, pero no necesariamente del reguetón en sí. Yo creo que es más simple. Siento que Bad Bunny, que es alguien de quien he podido saber ciertas cosas y escuchar secretos de su equipo —cosas maravillosas que él hace y no quiere presumir—, realmente sintió el deseo de hacer un disco que exaltara valores puertorriqueños e incluso latinos, de rebote. Quería denunciar muchas de las cosas que pasan en la isla, entendiendo que también ocurren en otras partes del mundo. Y es Bad Bunny: es la primera vez en la historia que tenemos un artista mainstream capaz de ser mainstream haciendo, como él mismo dijo hace años en un disco, lo que le da la gana. Eso es otra cosa.

Creo que cada artista que llega propone algo. No mencionaré nombres para no entrar en polémicas, pero primero está la persona que saca el reguetón de Puerto Rico; luego, quien hace el mayor hit parteaguas del género; después, el que aprovecha un montón de nichos, lo vende como música pop y se acerca a la moda para que el mundo lo entienda de formas distintas. Y ahora tenemos esto: un tipo tan genuino que, haga lo que haga, la rompe en todo el planeta. Lograr eso abre puertas para que otros artistas exploren.

'Debí Tirar Más Fotos' de
'Debí Tirar Más Fotos' de Bad Bunny y 'Tropicoqueta' de Karol G marcaron una ruptura de dos de los referentes del reguetón frente al dembow acostumbrado del género, para incursionar en otros estilos - crédito @badbunny y @karolg/Instagram

Habría que preguntárselo a Karol G, pero creo que ella, al ver un disco como el de Bad Bunny, pensó: “Creo que este es el momento de sacar algo”. Ojo: hay que destacar que Tropicoqueta lo venía trabajando desde hace tres años. Pero posiblemente lo trabajaba sin saber cuándo podría publicarlo. Con los artistas pasa eso: se hacen cien canciones, y Karol G dice tener temas maravillosos que hacen parte de una etapa muy oscura de su carrera y que nunca verán la luz. La vida artística tiene esas cosas.

Tocaría ver cuándo empezó Rauw Alejandro a hacer discos, pero me da la impresión de que lo que comenzó como una exploración de los sonidos puertorriqueños se convirtió en algo que quiere profundizar cada vez más, volver a las raíces. Sospecho que por eso el disco se llama Cosa Nuestra: Capítulo 0. Y no sé cómo era su show en los inicios de esa exploración, pero el que trajo a Colombia es maravilloso: está articulado como un espectáculo de Broadway, pensado para toda la familia, sin negar las letras más sucias del reguetón, pero mostrando que un artista del género puede ser lo que quiera: versátil, capaz de hacer baladas preciosas. Creo que el parteaguas viene por ahí.

Rauw Alejandro fue destacado por
Rauw Alejandro fue destacado por Pablito Wilson como un ejemplo de hasta donde los artistas de urbano gozan de una libertad de hacer más cosas en vivo, destinadas a ser consumidas por todo público, y explorando como Bad Bunny y Karol G géneros tradicionales de Puerto Rico - crédito Félix Márquez/AP

También pienso que generacionalmente vivimos un momento en el que, no diría que los géneros no importan, pero sí que no preocupan. Los chicos escuchan música: a muchos les vale huevo si es metal, rock o bolero. Si les gusta el artista y la canción, listo. A unos les gustará más el rock; a otros, el perreíto tradicional. Pero mira a Ca7riel & Paco Amoroso, o al mismo Rauw Alejandro, que es super sorprendente porque tiene un público muy variado, aunque principalmente menor de edad. Entonces, ver a los chicos, estas nuevas generaciones tan abiertas para todo, para la salsa, que le haga un cover de una salsa famosa y ver chicos de 13 años cantando con el corazón herido; esos fenómenos me parecen bien interesantes.

¿Y cómo ve el reguetón en Colombia en este momento?

No se trata de cómo ves el reguetón, sino de cómo pesan a los artistas. Por ejemplo, uno de los reguetoneros más fuertes ahora mismo en el país es Blessd, que va a presentarse en el Vive Claro y la va a partir. Pero nunca ha descuidado el trap. Y ahora está Kris R, que viene con una fuerza impresionante y puede convertir el trap en algo realmente masivo, si no es que ya lo está logrando.

Eso es lo maravilloso de la música: que Ryan Castro haya insistido durante años con el dancehall hasta pegar éxitos en ese sonido, pero que cada diciembre te saque un tema para diciembre. Todo artista debería poder hacer eso. Todo artista debería ser feliz haciendo lo que quiera.

De aquí a cinco años, ¿usted cómo ve el reguetón o el urbano?

Es bien difícil, te digo, porque yo en algún momento te reconozco que empecé a sentir también que se estaba agotando, pero no tanto por ser el reguetón como tal, sino porque la oferta era gigante y siempre salen cosas nuevas.

Pero, creo que en un momento en el que se podría haber agotado el reguetón, lo que no está pasando, está pasando algo mucho más maravilloso. Los artistas se están dando cuenta de que pueden construir comunidades fieles que escuchen su música sin importar los géneros. Y creo que así tendría que haber sido siempre. Al menos para lo que uno llamaría urbano.

¿Qué espera que pase cuando vaya al Flow Fest y presente el libro? ¿Cuáles son sus expectativas del evento?

Creo que todo espacio que uno abra para hablar, te diría que el reguetón, pero más allá del reguetón, de la gente que hace reguetón, de los chicos que salieron de las calles, productores, ingenieros, cantantes, que pudieron encontrar una vida lejos de la violencia gracias a la música... Todos esos espacios que le podamos ganar a la violencia a mí siempre me van a parecer un gran avance.

Y a ver, soy investigador, pero también soy fan. Por ejemplo, a mí la posibilidad de ver por fin a Don Omar en vivo, ver a María Becerra, que es una artista que es de las artistas urbanas que yo más admiro, ver a la misma Young Miko, que sin ser fan, sé que va a ser uno de los mejores shows, ver al mismo Natanael Cano que tiene una estructura un poco más orgánica, no tan electrónica y un tipo que se ha ganado una comunidad fuertísima en su país, me parece maravilloso. Yo creo que las expectativas son esas, y siempre abriendo caminos, siempre abriendo puertas y siempre también esta cosa de que no sabés qué pase. Por ahí, a partir del Flow Fest, mi libro se vuelve un bestseller. Maravilloso que pasara. No creo que sea descabellado soñar con eso.