“Muero defendiendo la justicia”: la historia de la primera mujer magistrada de la Corte Suprema que murió en la toma del Palacio de Justicia

Fanny González Franco, primera mujer en ocupar una magistratura en propiedad, permaneció encerrada en su despacho junto a su secretaria durante la toma del Palacio de Justicia. Desde allí alcanzó a comunicarse con su hermano, a quien dejó unas palabras que hoy simbolizan el valor y la integridad de la justicia

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La magistrada Fanny González Franco
La magistrada Fanny González Franco murió durante la toma del Palacio de Justicia, ocurrida el 6 de noviembre de 1985 - crédito X y Colprensa

El nombre de Fanny González Franco figura hoy en el Palacio de Justicia de Manizales, en un barrio de esa ciudad y en el centro de conciliación de la Universidad de Caldas. Sin embargo, muchos desconocen quién fue realmente: una mujer que abrió camino en la justicia colombiana, enfrentó los prejuicios de su tiempo y defendió sus principios hasta el último instante de su vida.

Nacida el 30 de diciembre de 1931 en Pensilvania, Caldas, Fanny fue una de los 19 hijos de Juan José González y Elisa Franco, campesinos que emigraron a Manizales en busca de mejores oportunidades. Desde joven mostró una disciplina férrea y una vocación marcada por la justicia. Su camino académico la llevó a convertirse en la primera mujer graduada en Derecho de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, en 1954, año en que Colombia apenas reconocía el voto femenino.

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Los inicios de una pionera

Fue pionera en el Derecho
Fue pionera en el Derecho Laboral, destacada por su rigor jurídico, su ética y su compromiso con el Estado de Derecho - crédito X

Durante una visita a Aguadas, Caldas, conoció a monseñor Félix Henao Botero, rector de la Universidad Pontificia Bolivariana, que al notar sus capacidades la animó a estudiar Derecho. Años después, tras culminar su formación universitaria, Fanny González Franco inició su carrera judicial como jueza en ese mismo municipio, donde se convirtió en la primera mujer en ejercer esa función.

Su desempeño la llevó pronto al Juzgado Laboral de Manizales, y en 1960 volvió a marcar un hito: fue la primera mujer nombrada magistrada del Tribunal Superior de Pereira, y más tarde también la primera en integrar el Tribunal Superior de Manizales. Su trayectoria en el Derecho Laboral se consolidó por su rigor técnico y su trato respetuoso, cualidades que la distinguieron en un entorno predominantemente masculino.

Su nombre comenzó a resonar en la Corte Suprema de Justicia por la calidad de sus fallos y su profundo conocimiento jurídico. En marzo de 1984 fue llamada a integrar la Sala Laboral de la Corte, primero en calidad de provisional, y más tarde, en propiedad, convirtiéndose en la primera magistrada titular del alto tribunal.

Su nombre hoy da identidad
Su nombre hoy da identidad al Palacio de Justicia de Manizales, un barrio de la ciudad y el Centro de Conciliación de la Universidad de Caldas - crédito Imagen de referencia

El expresidente de la Corte Juan Hernández Sáenz escribió sobre ella en un informe de la Comisión de la Verdad del Palacio de Justicia que sus fallos eranmodelo de pulcritud en el idioma utilizado y que reflejaban el espíritu de justicia verdadera y no apenas formal y aparente”.

La magistrada González Franco fue reconocida por su compromiso con la equidad y su respeto por la ley. Quienes trabajaron con ella destacaron su orden, su disciplina y su dedicación al estudio. En la Corte, según varios testimonios recogidos por la Comisión de la Verdad, era habitual verla rodeada de expedientes que revisaba con minuciosidad.

Cuando se discutió en Sala Plena su nombramiento en propiedad, hubo resistencias por su condición de mujer. Sin embargo, sus calidades jurídicas prevalecieron sobre las reservas de algunos magistrados y la decisión de su designación definitiva representó un avance significativo para la participación femenina en la justicia colombiana.

La tragedia del Palacio de Justicia

La toma y retoma del
La toma y retoma del Palacio de Justicia dejó decenas de muertos y 11 desaparecidos, de los cuales 8 siguen sin ser identificados - crédito Colprensa

La mañana del 6 de noviembre de 1985, la magistrada González Franco llegó a su oficina 414 del cuarto piso del Palacio de Justicia, sin imaginar que ese día marcaría la historia del país. Hacia las 11:30 a. m., un comando del M-19 irrumpió en el edificio con armas de fuego, dando inicio a la toma que culminaría en tragedia.

La magistrada permaneció encerrada junto con su secretaria Cecilia durante al menos cinco horas. A las 4:36 p. m., habló por teléfono con su hermano Otoniel desde Manizales. En esa conversación, relató lo que estaba ocurriendo dentro del Palacio y expresó su decisión de mantenerse firme en su deber.

Por voluntad de Dios y autoridad de la ley, vine a la Corte a administrar justicia, en nombre de la República de Colombia (...) no a llorar ni a pedir clemencia”, le dijo a su hermano. En medio de la llamada, se escucharon golpes y voces que exigían abrir la puerta. “Abra la puerta. Somos guerrilleros del M-19 y queremos dialogar con la magistrada”, se oyó del otro lado.

El legado de Fanny González
El legado de Fanny González Franco perdura como ejemplo de vocación, coraje y compromiso con la verdad y la justicia - crédito Corte Constitucional de Colombia

Según relató Ámbito Jurídico, Otoniel González recordó que su hermana alcanzó a decir: “Dios está conmigo y me ayudará a conservar mi dignidad de magistrada. Si es designio de Dios que yo muera, para que se conserven inmaculadas las instituciones jurídicas y vuelva la paz a Colombia, entonces que Dios, el presidente y las fuerzas armadas salven la Patria. Muero, pero no me doblego“, antes de colgar el teléfono. Minutos después, la comunicación se cortó definitivamente.

La magistrada tenía 53 años cuando murió en la toma del Palacio de Justicia. Su trayectoria, marcada por el esfuerzo y la convicción, abrió las puertas a generaciones de mujeres juristas en Colombia. A cuatro décadas de los hechos, su historia sigue recordando el costo humano que tuvo la tragedia del Palacio de Justicia y el compromiso de quienes, como ella, ejercieron su labor con fidelidad a sus principios. Fanny González Franco murió ejerciendo su deber, defendiendo la justicia que había guiado su vida.

Así la recuerda su hija, quien rindió sentido homenaje con unas palabras a través de sus redes sociales: “Hace 40 años mi abuelo perdió a su hermana en la toma del Palacio de Justicia, esa pesadilla que vivió Colombia y de la cual muchos han intentado borrar o distorsionar la responsabilidad del M-19. Un genocidio contra la justicia, disfrazado de revolución y de heroísmo. El holocausto de una nación, orquestado por una guerrilla cuya bandera hoy el presidente de la República ondea con orgullo y desafío en la plaza pública”.

Su hija conserva el legado de una mujer que hizo historia y defendió la justicia hasta el final - crédito @MariaJozame/X

Agregó: “(...) No se doblegó, fiel a sus principios hasta el último instante, como en sus fallos, que le abrieron un espacio en el más alto tribunal de la justicia ordinaria. Valiente, firme, sin dudar un segundo. ¿Y qué ejemplo tan grande nos dejó, sobre todo a mi generación y a las futuras? El de hacer respetar el Estado de derecho, el de no aceptar que la agresión contra la justicia se vuelva normal, el de creer en una democracia donde la violencia nunca más sea un método de disputa política”.