El duelo como motor político: la transformación de Iván Cepeda tras la violencia en Colombia

El senador y ahora candidato presidencial por el Pacto Histórico, compartió cómo la muerte de su padre transformó su vida, impulsándolo a buscar justicia y a dedicarse a la defensa de los derechos humanos en Colombia

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El asesinato de Manuel Cepeda
El asesinato de Manuel Cepeda Vargas, padre de Iván Cepeda, marcó un antes y un después en su vida personal y profesional - crédito composición fotográfica

El impacto de la violencia política en Colombia ha dejado huellas profundas en la vida de quienes la han padecido de cerca. Iván Cepeda, actual senador de izquierda y recién electo candidato presidencial por el Pacto Histórico, relató cómo el asesinato de su padre, Manuel Cepeda Vargas, marcó un antes y un después en su trayectoria personal y profesional.

En una entrevista concedida a Semana, Cepeda describió este episodio como “un terremoto en mi vida personal”, subrayando que la búsqueda de justicia se convirtió en el motor de su vida desde entonces.

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A los 32 años, Iván Cepeda se encontraba inmerso en la vida académica, cursando un doctorado en la Universidad Javeriana y ejerciendo como profesor universitario. Aunque ya contaba con experiencia en la militancia política y social, su orientación principal era la academia.

El asesinato de su padre lo llevó a canalizar el dolor, la indignación y la impotencia en una determinación férrea por esclarecer los hechos y encontrar a los responsables. Según relató al medio citado, su reacción inmediata fue “buscar justicia. Buscar la manera de esclarecer y encontrar a los responsables. Ponerle un rostro a quienes habían perpetrado el asesinato de mi padre y comenzar a trasegar por ese camino”.

La búsqueda de justicia se
La búsqueda de justicia se convirtió en el motor de vida de Iván Cepeda tras la tragedia familiar - crédito X

Cepeda se dedicó a recolectar pruebas, escuchar diversas versiones, iniciar acciones judiciales y crear dispositivos de memoria social, lo que lo llevó a involucrarse de lleno en la defensa de los derechos humanos y de las víctimas.

El proceso de duelo y búsqueda de justicia se extendió durante años. En 2010, 16 años después del asesinato, la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió una decisión sin precedentes en Colombia, condenando por primera vez al Estado colombiano por el asesinato de un líder político en el contexto del genocidio contra la Unión Patriótica.

Cepeda destacó que “la decisión dio lugar a un acto público en el que el Estado, a través del entonces ministro del Interior Germán Vargas Lleras, pidió perdón e hizo un reconocimiento de la responsabilidad del Estado”.

La muerte de su padre no solo reorientó su vida, sino que lo impulsó a dar el salto a la política activa. Cepeda explicó que, aunque ya se cuestionaba si las denuncias y acciones jurídicas eran suficientes, fue este hecho el que lo llevó a considerar la necesidad de ingresar al Congreso de la República.

En 2010, logró obtener 35.000 votos en Bogotá y acceder a la Cámara de Representantes sin contar con maquinaria política ni recursos económicos. Para Cepeda, ocupar ese escaño representó una forma de llenar el vacío dejado por su padre y de canalizar el duelo hacia la reparación de la injusticia.

El salto de Iván Cepeda
El salto de Iván Cepeda a la política activa fue impulsado por la necesidad de reparar la injusticia sufrida - crédito composición fotográfica

“Sentía que el escaño que ocupaba era de alguna manera llenar, sin pretensiones, ese vacío que había generado el asesinato de mi padre. Fue otra dimensión de satisfacer esa necesidad del duelo. De reparar el daño, de reparar la injusticia”, contó a Semana.

La relación entre Iván Cepeda y su padre estuvo marcada por un profundo afecto y admiración, también por debates y contradicciones políticas. El candidato recordó que, aunque en la vida pública su padre parecía carecer de sentido del humor, en el ámbito familiar era una persona alegre y optimista, capaz de llenar los espacios de momentos gratos.

No obstante, las discusiones políticas eran frecuentes y, aunque no siempre estaban de acuerdo, la relación se mantuvo en un marco de respeto mutuo. “En medio de las condiciones adversas mi padre guardaba una enorme serenidad. A veces uno podría pensar que era absolutamente inmune al miedo o a la desesperación”.

El proceso de duelo, según Cepeda, no ha concluido. La herida permanece abierta y el duelo se convirtió en una fuente de inspiración para su vida política. Una etapa fundamental en su trayectoria fue su compromiso con el proceso de paz, lo que le permitió comprender en profundidad el significado de la reconciliación y el perdón.

El proceso de duelo de
El proceso de duelo de Iván Cepeda permanece abierto y se transformó en inspiración para su vida política - crédito @IvanCepedaCast / X

Cepeda reflexionó: “Lo que se destruye con la violencia no se reconstruye fácilmente. Es como la paradoja de que en un instante se puede acabar con la vida de un ser humano, pero se requieren décadas para poder reconstruir su memoria, para poder estar en paz con uno mismo y los demás”.

El recuerdo del último encuentro con su padre permanece vívido en la memoria de Iván Cepeda. La mañana del asesinato, ambos se despidieron en la puerta del apartamento, conscientes de la inminencia del peligro.

Cepeda relató que, aunque intentaron prepararse para esa situación, nunca es suficiente para afrontar la pérdida de un ser querido. Minutos después del crimen, encontró el vehículo donde yacía su padre, una escena que describió como profundamente impactante. La familia vivía bajo amenazas constantes, seguimientos y llamadas intimidatorias, por lo que la tragedia, aunque esperada, resultó devastadora.