Tiburón en cautiverio atacó a un turista de 14 años en el Islote de San Bernardo, en Cartagena

Un menor de Medellín resultó gravemente herido, tras pagar $10.000 por nadar con un tiburón en un acuario improvisado

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Un tiburón en cautiverio atacó
Un tiburón en cautiverio atacó a un turista de 14 años en el Islote de San Bernardo, Cartagena - crédito Freepik

Un tiburón en cautiverio atacó a un turista de 14 años mientras este participaba en una actividad recreativa en el Islote de San Bernardo, en la zona insular de Cartagena. El incidente ocurrió durante la semana de receso escolar, cuando el adolescente, oriundo de Medellín, visitó la isla junto con su familia.

Según informó El Tiempo, el joven resultó gravemente herido en la mano derecha y fue trasladado para su atención médica a un centro asistencial en Tolú, tras recibir primeros auxilios en el Centro de Atención Primaria (CAP) del islote.

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La agresión ocurrió al interior de un pequeño acuario improvisado donde mantienen en cautiverio al menos 14 tiburones. En este lugar, la comunidad local organiza recorridos turísticos y cobra una tarifa de $10.000 a quienes deseen bañarse y fotografiarse con los animales, una práctica que levantó críticas por las condiciones en que viven las especies y el riesgo para los visitantes.

El adolescente, oriundo de Medellín,
El adolescente, oriundo de Medellín, sufrió graves heridas en la mano y fue trasladado a un centro médico en Tolú - crédito X

Un acuario artesanal bajo la lupa

El Islote de San Bernardo, conocido como la isla más densamente poblada del planeta, alberga alrededor de 1.200 habitantes en apenas 0.012 kilómetros cuadrados. La economía insular depende en buena medida del turismo, lo que llevó a los residentes a instalar atracciones como el acuario artesanal.

En declaraciones recogidas por el medio citado, algunos operadores afirman que los tiburones fueron desdentados para minimizar los ataques, argumento que quedó desacreditado tras el incidente con el adolescente.

La promesa de seguridad para los visitantes perdió validez con el ataque que sufrió el joven turista, evidenciando la tensión entre el atractivo económico de la atracción y el bienestar animal, así como la seguridad pública.

La comunidad local cobra $10.000
La comunidad local cobra $10.000 por permitir a turistas bañarse y fotografiarse con los tiburones en cautiverio - crédito Arboletes - Ant / YouTube

Diversos testigos y miembros de la comunidad presentes al momento del incidente relataron que el animal reaccionó de manera sorpresiva, sumido en el estrés propio del confinamiento y el contacto constante con los visitantes.

Críticas y pedidos de intervención

Tras el ataque, múltiples voces se alzaron exigiendo la intervención de las autoridades. Grupos de defensores de animales y habitantes del islote solicitaron la presencia de Parques Nacionales Naturales, la Armada Nacional y la Alcaldía de Cartagena.

El caso suscitó nuevas demandas para que los tiburones sean liberados de las condiciones que califican como irregulares y que se busquen alternativas de actividades económicas para la comunidad.

La experiencia de nadar con tiburones, lejos de resultar inofensiva, evidencia los riesgos que afrontan tanto turistas como los propios habitantes, que también se exponen a posibles ataques al cumplir roles de guías o cuidadores.

Autoridades y estado de la víctima

Hasta el cierre de esta nota, la Alcaldía de Cartagena y la Gobernación de Bolívar no se han pronunciado respecto al incidente, mientras que el alcalde Dumek Turbay tampoco emitió comentarios a los medios. El estado de salud preciso del adolescente lesionado no se ha divulgado oficialmente.

El incidente generó críticas sobre
El incidente generó críticas sobre el bienestar animal y la seguridad de las prácticas turísticas en la isla - crédito Europa Press

El medio El Tiempo detalló que el hecho fue confirmado por la comunidad insular y que las imágenes del ataque no se hicieron públicas por respeto a la víctima. “Por respeto a nuestras audiencias nos abstenemos de publicar las fotos del ataque”, aclaró el periódico nacional.

Este episodio reactivó el debate sobre la regulación de prácticas turísticas con fauna silvestre en Colombia y puso en el centro la necesidad de equilibrar los intereses económicos con la protección de visitantes y animales.

La situación permanece a la espera de una respuesta oficial. Los habitantes de la isla, preocupados tanto por la seguridad de quienes llegan como por la sostenibilidad de su principal fuente de ingresos, insisten en que requieren apoyo institucional para encontrar alternativas laborales que no impliquen riesgos para humanos ni fauna marina.