Un adolescente de 17 años acusado de homicidio lideraba banda de microtráfico: Policía infiltrado grabó en video la operación de venta de estupefacientes

Un operativo encubierto permitió capturar a un joven de 17 años señalado como líder de una organización dedicada al tráfico de drogas y robos, que operaba en colegios y barrios de Girardot

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Alías Lulo era el cabecilla
Alías Lulo era el cabecilla de la banda dedicada al microtráfico y el robo - crédito Policía de Girardot

La detención de varios adolescentes en Girardot, en el departamento de Cundinamarca, permitió a las autoridades exponer operaciones delictivas organizadas y la participación de menores en actividades de alto impacto.

Un operativo policial realizado en las últimas semanas tuvo como resultado la captura de cuatro integrantes del grupo conocido como Los del Pozo, dedicado al microtráfico y a delitos asociados.

Uno de los aprehendidos es alias Lulo, señalado como cabecilla de la banda, con 17 años y antecedentes judiciales por homicidio y porte ilegal de armas.

La investigación inició tras detectar la presencia de menores en actividades sospechosas en proximidades de colegios, parques y canchas deportivas.

Las autoridades confirmaron que el grupo vendía marihuana y clorhidrato de cocaína en sectores residenciales y estudiantiles, con puntos de expendio en el parque del barrio Villa Carolina y en la cancha de fútbol municipal.

De acuerdo con las autoridades, la banda obtenía ganancias superiores a diez millones de pesos mensuales mediante el tráfico de drogas y el hurto de motocicletas, celulares y cadenas.

Los procedimientos incluyeron nueve diligencias de allanamiento y registro. Durante estos operativos, la Policía de Cundinamarca incautó un arma de fuego tipo revólver, utilizada para intimidar a la comunidad y garantizar el control territorial de la organización.

El cabecilla de la banda
El cabecilla de la banda delincuencial es señalado de homicidio - crédito Policía de Cundinamarca

Los detenidos, todos menores de edad, se reunían en viviendas del sector para organizar la distribución de estupefacientes y la repartición de las ganancias. Diversos testimonios y registros oficiales indican que el grupo llegó a desplazar a familias de sus hogares como método de presión.

Parte fundamental del funcionamiento de ‘Los del Pozo’ consistía en la inclusión de niños, niñas y adolescentes en funciones clave. A varios menores se les asignaron roles como informantes o “campaneros”, cuya tarea principal era notificar la presencia de la policía y facilitar la logística de los delitos.

Según la Seccional de Inteligencia Policial (Sipol), esta práctica expuso a decenas de menores a actividades criminales y complicó la labor de las autoridades.

Durante el desarrollo de la investigación, se documentó un hecho de violencia grave. Las autoridades divulgaron un video en el que miembros de la banda abren fuego dentro de un hospital, contra un joven que permanecía en recuperación luego de un ataque previo.

En la banda criminal habían
En la banda criminal habían menores de edad - crédito Freepik

Las audiencias posteriores a la captura dejaron dos adolescentes en medida de aseguramiento intramural en un centro para menores. Otros dos fueron vinculados de forma preventiva al proceso judicial mientras continúan las investigaciones.

Las autoridades señalan que al menos cinco menores más podrían estar relacionados con la misma organización criminal.

El Departamento de Policía Cundinamarca reiteró públicamente su llamado a la ciudadanía para denunciar hechos delictivos que involucren a menores, con el objetivo de contener la propagación de estas organizaciones y fortalecer los mecanismos de prevención en los espacios públicos y escolares.

De acuerdo con datos oficiales, 52 menores han sido detenidos en Girardot por delitos relacionados con estructuras criminales.

La detención de menores de
La detención de menores de edad en Girardot abre el debate sobre lo ocurrido con Miguel Uribe, en el que un menor de edad accionó el arma - crédito Colprensa

Este panorama se desarrolla en paralelo al debate nacional sobre la responsabilidad penal de adolescentes, intensificado tras el asesinato de Miguel Uribe Turbay a manos de un adolescente de 14 años, un hecho que impulsó la presentación de un proyecto de ley orientado a modificar el régimen penal juvenil en Colombia, con el propósito de habilitar penas de prisión para menores involucrados en delitos de alto impacto.