
El Hospital Universitario Clínica San Rafael informó la salida de un grupo de especialistas tras la implementación de un nuevo modelo contractual.
La decisión, según explicó la institución, se adoptó como parte de una estrategia para hacer frente a la difícil coyuntura financiera que atraviesa el sistema de salud en el país.

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En un comunicado oficial, la clínica señaló que la medida no afectará la atención a los pacientes ni la continuidad de los servicios médicos.
De acuerdo con la información difundida por Semana, la decisión impacta a 58 profesionales que no aceptaron las nuevas condiciones laborales, mientras otros 11 iniciaron procesos de negociación para su eventual vinculación bajo las modalidades actualizadas. La entidad subrayó que este ajuste representa apenas el 3,5 % de su planta de personal, compuesta por 1.638 colaboradores.
En su pronunciamiento, la institución explicó que la modificación en los esquemas de contratación obedece a la necesidad de preservar la estabilidad financiera. “Somos conscientes de que las decisiones generan algunas afectaciones, pero el contexto impuesto sobre los prestadores hace inevitable adaptar nuestra operación, para así poder brindar la mejor atención posible a los usuarios”, indicó el comunicado emitido por la clínica.
La entidad enfrenta un panorama económico complejo derivado de los retrasos en los pagos por parte de las Entidades Promotoras de Salud (EPS). Según la información divulgada, la cartera pendiente supera los $173.000 millones, de los cuales el 43,5 % corresponde a cuentas con más de 270 días de mora. Este rezago en los giros ha generado restricciones en la inversión, presiones sobre el flujo de caja y dificultades para sostener la operación diaria.
La Clínica San Rafael precisó que los ajustes contractuales no corresponden a un despido masivo, sino a una medida orientada a mitigar los efectos de la falta de liquidez que aqueja al sector. “La modificación del modelo de contratación hace parte de una estrategia para garantizar la sostenibilidad financiera y no afectará la atención a los pacientes”, puntualizó la institución en su comunicación.
La dirección del hospital reiteró su compromiso con la continuidad de los servicios y con la seguridad de los usuarios. Además, enfatizó que los inconvenientes registrados en la atención médica no se derivan directamente de los cambios en los contratos, sino de las dificultades estructurales que enfrenta el sistema de salud colombiano, especialmente por las demoras de las EPS en los pagos a los prestadores.
El caso de la Clínica San Rafael refleja un fenómeno que afecta a múltiples instituciones del país, tanto públicas como privadas, que deben ajustar sus esquemas administrativos y laborales para enfrentar las tensiones financieras. La falta de liquidez y la acumulación de deudas con los hospitales han incidido en la capacidad de las entidades para mantener sus plantillas profesionales y garantizar la continuidad de los servicios.
En su declaración, la dirección de la clínica destacó que la prioridad institucional es asegurar la sostenibilidad económica sin comprometer la calidad de la atención. Los ajustes, agregó, buscan equilibrar la operación ante un entorno que continúa presentando serios desafíos financieros. “Nuestro propósito es seguir garantizando la atención con calidad, seguridad y oportunidad”, señaló la entidad en su comunicado.

Durante los últimos meses, el hospital ha adelantado conversaciones con las EPS para reducir los plazos de pago, aunque los avances han sido limitados. La clínica insistió en que la medida adoptada responde exclusivamente a las dificultades derivadas de los retrasos en los giros y no está relacionada con el desempeño de los especialistas que salieron de la institución.
Los 58 profesionales que decidieron no acogerse al nuevo modelo y los 11 que se encuentran en negociación representan un porcentaje menor del total de trabajadores del hospital. Aun así, la dirección reconoció que la decisión puede generar ajustes temporales en algunas áreas, aunque reiteró que la atención médica continuará sin interrupciones.
Con esta determinación, el Hospital Universitario Clínica San Rafael se suma a otras instituciones que han implementado cambios contractuales como respuesta a la presión financiera. Los centros de salud del país enfrentan escenarios similares debido a las deudas acumuladas por las EPS, que en conjunto superan los cientos de miles de millones de pesos.
La institución recalcó que seguirá evaluando mecanismos para fortalecer su sostenibilidad, garantizar la estabilidad laboral de su personal y mantener los estándares de calidad en la atención. La dirección concluyó que los esfuerzos se concentrarán en asegurar la viabilidad operativa del hospital y en mantener la confianza de los pacientes que acuden a sus servicios diariamente.
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