
A través de su cuenta de X, el presidente Gustavo Petro publicó varios mensajes para cuestionar al presidente de la Corte Constitucional, magistrado Jorge Enrique Ibáñez; al expresidente Álvaro Uribe; a los congresistas que, según él, han dilatado las discusiones sobre una constituyente y para defender la bandera “Guerra a Muerte”.
En sus publicaciones, el jefe de Estado utilizó la palabra “arconte” para referirse a cada uno de los mencionados en sus mensajes.
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Por ejemplo, afirmó que Álvaro Uribe “es un arconte, quiere dominar al pueblo para esclavizarlo”.

En otra publicación, el jefe de Estado afirmó que en el Congreso no se ha debatido la posibilidad de realizar una constituyente debido a “trampas en la discusión parlamentaria”, utilizando el término “arconte”.
“Que no se ha hecho porque ustedes no han querido, poniendo trampas en la discusión parlamentaria y usando sus poderes de arconte sobre todas las ramas del poder público. Por eso el liberador es el poder constituyente", afirmó Gustavo Petro.

En cuanto al presidente de la Corte Constitucional, magistrado Jorge Enrique Ibáñez, el presidente Petro indicó que “es un arconte“.

Para defender la bandera Guerra a Muerte, el jefe de Estado afirmó que “todo ser libre está dispuesto a morir por la libertad, ustedes no lo comprenden, porque sus almas están dominadas por Arcontes. Libérese usted misma para poder vivir".

Qué es “arconte”
El término arconte se refiere a entidades que, según ciertas creencias, impiden que el alma de una persona que ha muerto alcance planos superiores, forzándola a regresar y renacer en la Tierra una y otra vez
El término arconte también proviene del griego, cuyo significado es “gobernante” o “magistrado”, y posee distintas acepciones según el contexto histórico y religioso en que se utilice.
Su relevancia se manifiesta desde la antigua Grecia hasta corrientes espirituales como el gnosticismo.
En la ciudad de Atenas, durante el periodo clásico, los arcontes conformaban la más alta magistratura del sistema político.
Según describió el Diccionario de la lengua española (RAE), en un inicio el cargo era vitalicio, circunscrito a la nobleza y estaba reservado para quienes formaban parte de la aristocracia ateniense.
Conforme evolucionó el sistema, el puesto se volvió anual y fue accesible a una porción más amplia de la ciudadanía. Según la Enciclopedia Universal, el colegio ateniense de arcontes llegó a constar de nueve integrantes, con funciones diferenciadas: el arconte epónimo lideraba la administración civil y daba su nombre al año de su gestión, el arconte basileus atendía asuntos religiosos, mientras que el arconte polemarco asumía responsabilidades militares.
Este organigrama permitió que los arcontes centralizaran el poder político en una ciudad donde las reformas legislativas impulsadas por figuras como Solón buscaron limitar el predominio de las élites.
Fuera del plano civil, el concepto de arconte adquirió carácter sobrenatural dentro del gnosticismo, una corriente religiosa de los primeros siglos de la era cristiana.
De acuerdo con el análisis de National Geographic sobre tradiciones religiosas, los arcontes en este ámbito eran entidades espirituales o demiúrgicas a quienes se atribuía la función de gobernar el mundo material.
Se sostenía que mantenían a las almas humanas alejadas del conocimiento divino, encarnando el principio de ignorancia y obstaculizando la búsqueda de la “gnosis” o revelación espiritual. Los textos gnósticos, traducidos y estudiados en distintos foros académicos, sitúan a figuras como Yaldabaoth al frente de la jerarquía de los arcontes, en constante oposición al plano espiritual superior.
En la administración del Imperio Bizantino, “arconte” designaba de forma genérica a distintos funcionarios, llegando a abarcar gobernadores de ciudades, administradores provinciales o dignatarios con atribuciones legales y fiscales. Según detalla la Real Academia Española, este uso fue adoptado y adaptado durante la Edad Media en otros territorios del orbe cristiano ortodoxo.
En la actualidad, la Iglesia Ortodoxa conserva el título de arconte como una distinción honorífica laica, conferida a quienes realizan aportes económicos o administrativos destacados dentro de la comunidad eclesiástica.
Arconte constituye así un concepto multifacético, relacionado tanto con la gobernanza pública en el mundo antiguo como con interpretaciones místicas de la autoridad y el poder en tradiciones religiosas posteriores.
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