Pasar algunas noches sin dormir o no dormir bien puede volverlo más viejo, señalan estudios

Privarse de las horas de sueño no permite la regeneración adecuada de las células, por lo que el envejecimiento no solo se nota en la piel, sino en todo el cuerpo

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Estudios revelan que no dormir
Estudios revelan que no dormir envejece al cuerpo de manera acelerada - crédito Freepik

El impacto sobre el organismo de tres noches consecutivas de mal sueño va mucho más allá del cansancio: recientes investigaciones han demostrado que este breve periodo de descanso insuficiente puede dejar huellas tempranas y medibles en la salud biológica y cognitiva.

Diversos estudios internacionales han documentado que la privación de sueño, incluso durante lapsos cortos, acelera procesos de envejecimiento tanto a nivel celular como en órganos clave como el cerebro y la piel.

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Un trabajo de la Universidad de Estocolmo publicado en Psychoneuroendocrinology evidenció que la falta de sueño durante tres noches seguidas incrementa los marcadores de inflamación, reduce la capacidad del cuerpo para regular la glucosa y modifica la actividad de genes vinculados al envejecimiento celular.

No tener una higiene adecuada
No tener una higiene adecuada del sueño, también contribuye al envejecimiento - crédito Freepik

Estos cambios, aunque se producen en pocos días, pueden tener consecuencias duraderas si el déficit de sueño se mantiene en el tiempo.

El deterioro no se limita al ámbito celular. El Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y del Cerebro Humano en Alemania, a través de un estudio publicado en The Journal of Neuroscience, demostró que una sola noche sin dormir puede hacer que el cerebro aparente hasta dos años más de edad.

El análisis, realizado sobre imágenes cerebrales de más de 150 adultos sanos, reveló alteraciones temporales en la estructura cerebral, especialmente en áreas responsables de la memoria y el aprendizaje.

La piel también refleja de manera visible los efectos del mal descanso. Quienes duermen mal presentan más arrugas, menor elasticidad y una piel menos luminosa.

Además, la piel de las personas con buen sueño mostró una mayor capacidad de reparación tras la exposición solar o el estrés ambiental. Los científicos señalaron que el sueño actúa como un tratamiento antienvejecimiento natural, ya que su interrupción disminuye los procesos de reparación celular.

Además dormir menos de siete horas puede adelantar años en la edad biológica y tanto el sueño corto como el excesivo aumentan el riesgo de envejecimiento biológico acelerado, con un 7 % más entre quienes duermen poco y un 18 % en los que lo hacen en exceso.

Las recomendaciones de los especialistas para protegerse del envejecimiento acelerado incluyen dormir entre siete y nueve horas diarias, mantener horarios regulares, evitar el uso de pantallas al menos una hora antes de acostarse, crear un ambiente oscuro y silencioso, practicar ejercicio moderado y reducir el consumo de cafeína o alcohol antes de dormir. Además, ante insomnio persistente, se aconseja consultar con neurólogos o especialistas en sueño.

En el caso de la piel, la interrupción de los procesos de reparación y producción de colágeno por falta de sueño favorece la aparición de arrugas, pérdida de elasticidad, sequedad y un tono apagado. El aumento del cortisol, hormona del estrés, degrada el colágeno y afecta la circulación sanguínea, lo que contribuye a la formación de ojeras.