El déficit comercial de Colombia se dispara en 2025: J.P. Morgan advierte que ni el récord de remesas logra frenar la presión

El país acumula un déficit de USD11.200 millones hasta julio, impulsado por la caída de las exportaciones energéticas y el aumento de las importaciones

Guardar
J.P. Morgan advierte que el
J.P. Morgan advierte que el déficit comercial de Colombia en 2025 se amplía pese al aumento de remesas - crédito Stephanie Keith/REUTERS

El diagnóstico de J.P. Morgan sobre la balanza comercial de Colombia en 2025 pone sobre la mesa un panorama inquietante, ni siquiera con el repunte de las remesas, que crecieron con fuerza este año, se logra compensar el déficit que arrastra el país.

El informe advierte que la diferencia entre lo que Colombia compra y lo que vende al exterior sigue ampliándose, una tendencia que amenaza con golpear la estabilidad de la cuenta corriente y, en consecuencia, ejercer presión sobre el peso y las decisiones de política económica.

Hasta julio, las cifras ya dejaban ver la magnitud del problema. El déficit comercial ascendió a USD11.200 millones, es decir, USD3.700 millones más que en el mismo periodo del año anterior. Solo en julio, la balanza arrojó un saldo en rojo de USD1.700 millones, lo que confirma que el desbalance no es un hecho aislado, sino una constante a lo largo del año.

Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook

El déficit comercial de Colombia
El déficit comercial de Colombia alcanzó USD11.200 millones hasta julio, USD3.700 millones más que en 2024 - crédito AP

Al analizar la composición de las exportaciones, J.P. Morgan distingue dos dinámicas opuestas. Por un lado, las ventas no energéticas, como flores, café o manufacturas, muestran un repunte de precios cercano al 21%. Por otro, los productos energéticos, petróleo y carbón, que históricamente son el motor de las exportaciones, registran caídas tanto en volumen como en valor. El resultado es un retroceso de hasta 19% en los volúmenes totales exportados, pese a que los precios internacionales han mostrado cierto alivio.

En contraste, las importaciones no han dejado de crecer. Entre enero y julio se expandieron 10,6% en comparación con el mismo lapso de 2024, impulsadas principalmente por la demanda de bienes de consumo. Esta tendencia refleja un dinamismo en el gasto interno que, aunque positivo para la actividad comercial y doméstica, presiona aún más el déficit externo al aumentar las compras en el extranjero sin un crecimiento equivalente en las ventas al exterior.

El informe dedica un apartado a las remesas, un flujo que para Colombia representa una fuente crucial de divisas. Durante 2025, estos giros desde el extranjero aumentaron 14%, impulsados en buena medida por la migración colombiana en Estados Unidos y Europa. Sin embargo, los analistas recalcan que este crecimiento todavía no alcanza para compensar la brecha generada por el comercio. Incluso al sumar exportaciones y remesas, el saldo sigue siendo negativo: un déficit cercano a USD3.600 millones.

Las exportaciones no energéticas de
Las exportaciones no energéticas de Colombia suben de precio, pero el volumen total exportado cae 19% - crédito José Miguel Gómez/REUTERS

El documento también introduce una advertencia clave. El buen comportamiento de las remesas podría no ser sostenible en el tiempo, sobre todo si en Estados Unidos se producen cambios en las políticas migratorias o si el mercado laboral de ese país empieza a enfriarse. En ambos escenarios, la capacidad de los migrantes para enviar dinero a Colombia se vería reducida, lo que agravaría aún más el panorama.

De cara al futuro, J.P. Morgan proyecta que el déficit de cuenta corriente podría seguir ensanchándose, particularmente si los precios del petróleo y del carbón mantienen una senda descendente. La advertencia no es menor, la economía colombiana continúa siendo altamente dependiente de los ingresos derivados de los hidrocarburos, y una caída en sus precios dejaría aún más expuesta la vulnerabilidad externa del país.

La dependencia de Colombia en
La dependencia de Colombia en hidrocarburos expone su vulnerabilidad ante la caída de precios internacionales - crédito Canva

En términos prácticos, un déficit comercial persistente tiene consecuencias económicas directas. Puede llevar a una depreciación pronunciada del peso, encareciendo las importaciones básicas y presionando aún más la inflación, o incluso obligar a ajustes adicionales en la política monetaria y fiscal para contener los desbalances crecientes.

Los expertos insisten en que el gran desafío para Colombia es diversificar de manera más sólida su canasta exportadora, de modo que no dependa tanto de la suerte inestable de los commodities energéticos.