El euro cae en Colombia mientras el peso sigue atrapado entre riesgos políticos y volatilidad global, así cerró el 2 de octubre

El euro retrocedió levemente en el mercado colombiano, pero la tensión política y económica sigue pesando sobre el peso, que se mantiene vulnerable ante los choques internacionales

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El euro cerró el 2
El euro cerró el 2 de octubre de 2025 en Colombia a $4.565,50, con una caída diaria de 0,07% - crédito Freepik

El precio del euro en Colombia cerró la jornada del 2 de octubre de 2025 en un promedio de $4.565,50, lo que representó una caída de $3,31 frente al día anterior, equivalente a una variación diaria de -0,07%. Durante la sesión, la divisa europea alcanzó un máximo de $4.574,23 y un mínimo de $4.545,97, reflejando una volatilidad moderada en el cruce EUR/COP.

Si bien no se registraron máximos históricos, la caída en su valor responde a una combinación de factores internacionales, como las expectativas sobre la política monetaria en Estados Unidos y la inestabilidad en los mercados globales, junto con elementos locales que influyen en la oferta y demanda de divisas. En las casas de cambio, el euro se cotizó en un rango de $4.360 para la compra y $4.530 para la venta.

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La divisa europea mostró volatilidad
La divisa europea mostró volatilidad moderada, con máximos de $4.574,23 y mínimos de $4.545,97 en la jornada - crédito Antonio Bronic/REUTERS

Teniendo en cuenta los últimos siete días, el euro marca un incremento 0,89%; por el contrario desde hace un año aún mantiene un descenso del 0,84%.

Analizando este dato con el de días previos, invirtió el resultado de la sesión previa, cuando acabó con un ascenso del 0,11%, mostrando que en este contexto no es posible establecer una tendencia. La volatilidad de esta semana fue de 13,77%, que es una cifra sutilmente inferior al dato de volatilidad anual (14,86%), lo que manifiesta que su cotización está presentando menos alteraciones de lo habitual últimamente.

Análisis de mercado

El euro y el peso colombiano se mueven en un tablero internacional en el que la incertidumbre domina y obliga a los bancos centrales a actuar con cautela. Para la Eurozona, los últimos datos de inflación —2,2% en septiembre— se alinean con las proyecciones y permiten al Banco Central Europeo (BCE) mantener su política monetaria sin alteraciones durante lo que resta del año. La tasa de desempleo apenas repuntó al 6,3%, lo que refuerza la idea de una estabilidad relativa frente a otros mercados desarrollados.

Esa combinación de inflación controlada y empleo sólido sostiene al euro en una posición de fortaleza moderada, aunque sin los elementos suficientes para un repunte contundente frente al dólar. Para el peso colombiano, el comportamiento del euro marca una referencia clave, el diferencial de tasas y la confianza en la disciplina fiscal europea contrastan con las dudas internas del país andino, amplificando la presión sobre la moneda local.

Colombia enfrenta un escenario mucho más frágil. Aunque su economía muestra resiliencia en algunos sectores, la inflación persiste por encima de la meta del Banco de la República, lo que genera una división interna en la junta sobre la dirección futura de las tasas. A esto se suma un factor político y diplomático, la decisión de expulsar a la delegación de Israel, un movimiento que introduce un nuevo riesgo geopolítico y puede incrementar la percepción de inestabilidad entre inversionistas internacionales. En este contexto, el peso colombiano se ve condicionado por un doble frente, el entorno externo incierto y las señales contradictorias de política económica en el plano interno.

Factores internacionales y locales influyeron
Factores internacionales y locales influyeron en la baja del euro, incluyendo expectativas sobre la política monetaria de EE.UU - crédito Mohamed Abd El Ghany/REUTERS

Mientras tanto, Estados Unidos atraviesa una coyuntura cargada de tensiones. El posible cierre del gobierno amenaza con recortar entre 0,1% y 0,2% el crecimiento semanal del PIB, mientras el mercado laboral evidencia un enfriamiento. Aunque los despidos de septiembre fueron menores a lo previsto (54.064), el trimestre completo mostró el mayor volumen de recortes desde 2020.

El informe de ADP reveló una pérdida de 32.000 empleos privados y la industria manufacturera se contrae por séptimo mes consecutivo. Sin embargo, los mercados aún descuentan un recorte de tasas de la Reserva Federal en octubre, mientras Fitch Ratings descarta por ahora riesgos para la calificación soberana. Para monedas emergentes como el peso colombiano, la expectativa de una Fed menos restrictiva abre espacio para cierta recuperación, pero la volatilidad derivada del bloqueo político en Washington actúa como un contrapeso.

En el Reino Unido, la situación es más fragmentada. Su sector manufacturero se desploma, con un PMI de 46,2, el nivel más bajo en cinco meses, mientras el mercado inmobiliario ofrece señales de estabilización. En Asia, China refuerza su papel como ancla externa con un superávit por cuenta corriente de USD128.700 millones en el segundo trimestre, mientras avanza en la liberalización de sus mercados de capitales. Japón, en contraste, exhibe una clara dicotomía, la confianza de consumidores y empresas mejora, pero los datos de actividad como las ventas minoristas siguen débiles, lo que divide al Banco de Japón entre continuar con su política expansiva o iniciar la normalización.

El BCE mantiene su política
El BCE mantiene su política monetaria sin cambios tras datos de inflación y empleo estables en la Eurozona - crédito Yara Nardi/REUTERS

En América Latina se repite el patrón de contrastes. México vuelve a terreno de contracción en su PMI (49,6), golpeado por la presión de costos, mientras Brasil muestra la mayor divergencia: su manufactura registra el peor desempeño en 29 meses (PMI de 46,5), pero su mercado laboral alcanza un mínimo histórico de desempleo (5,6%). Estas realidades confirman que, en medio de un escenario global fragmentado, el euro mantiene una relativa estabilidad gracias a la prudencia del BCE, mientras el peso colombiano se ve atrapado entre presiones inflacionarias internas, riesgos políticos y la volatilidad externa, lo que lo deja en una posición más vulnerable frente a los choques internacionales.