Rescataron un mono aullador en Fontibón, en el occidente de Bogotá: estaba dentro de un conjunto residencial

Según explicaron las autoridades, fue gracias a la denuncia de una vecina que los organismos encargados dieron con el punto exacto en el que estaba el animal

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Las autoridades invitaron a denunciar
Las autoridades invitaron a denunciar este tipo de casos- crédito @Ambientebogota/X

Una denuncia ciudadana permitió que las autoridades ambientales en Bogotá intervinieran oportunamente un conjunto residencial en la localidad de Fontibón, donde fue hallado un mono aullador juvenil en cautiverio.

El hallazgo trascendió en redes sociales gracias al aviso de vecinos, y con el respaldo de la Policía Ambiental, el primate fue recuperado y puesto bajo custodia oficial para su protección, rehabilitación y posible reinserción a su hábitat natural.

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Según el mensaje difundido por la Secretaría Distrital de Ambiente, el animal es de origen guajiro, y tras la operación fue trasladado al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre del Distrito, donde especialistas veterinarios y biólogos le ofrecen atención profesional.

La entidad aprovechó la difusión para recordar que la fauna silvestre debe permanecer #LibreYEnSuHábitat, y que la tenencia o el tráfico ilegal de especies constituyen delitos que afectan no solo la vida de los animales, sino el equilibrio ambiental.

Este tipo de operativos no es aislado en Bogotá. En los últimos años, la Secretaría ha reportado la recuperación e incautación de miles de animales silvestres en distintos estados de vulnerabilidad, gracias a denuncias ciudadanas y a operativos de control en transporte, encomiendas y mercados clandestinos.

Y es que estas acciones forman parte de una estrategia integral para combatir el comercio ilegal de fauna, fomentar la cultura de denuncia y fortalecer las herramientas legales de protección ambiental.

El mono permanecía ilegalmente en
El mono permanecía ilegalmente en el casco urbano de la capital colombiana- crédito @Ambientebogota/X

Así las cosas, el rescate en Fontibón pone de manifiesto la importancia de la corresponsabilidad. Los ciudadanos actúan como ojos y sensores críticos del territorio: al reportar casos sospechosos, desencadenan intervenciones que pueden salvar vidas animales.

En este sentido, la Secretaría invitó a reportar casos de tráfico o tenencia ilegal a través de la Línea Nacional 123, así como a las líneas locales 601 377­ 8854, 318 827 7733 y 317 427 6828. En sus plataformas oficiales —incluyendo la cuenta oficial en X (@Ambientebogota)— la institución difunde información, rutas de denuncia y consejos ciudadanos.

Frente a ello, es importante mencionar que la normativa colombiana prohíbe estrictamente la comercialización no autorizada de fauna silvestre. Quienes infringen estas disposiciones están sujetos a sanciones administrativas y penales, dependiendo del peso del delito y del daño causado.

El animal permanece en poder
El animal permanece en poder de las autoridades- crédito @Ambientebogota/X

Las acciones de las autoridades distritales y nacionales deben ir acompañadas de un aparato judicial ágil que sancione eficazmente estos actos. Solo así puede reducirse la impunidad que favorece el tráfico persistente de especies.

El caso del mono juvenil rescatado en Fontibón también evidencia la vulnerabilidad que sufren estos animales cuando son sacados de sus ecosistemas. Muchos llegan con signos de estrés, desnutrición, acostumbramiento al contacto humano, problemas de salud o comportamientos alterados.

La rehabilitación debe seguir protocolos especializados —cuidado médico, proceso de recuperación de instintos silvestres, adaptación progresiva— antes de considerar su liberación o reubicación.

Hay animales, especialmente primates, que
Hay animales, especialmente primates, que llevan más de 20 años en cautiverio y no han sido posible ni liberarlos ni reubicarlos- crédito Pixabay

Colombia, uno de los países más afectados por el tráfico de fauna y flora en Sudamérica

Colombia, uno de los países más biodiversos del mundo, enfrenta desde hace años redes de tráfico ilegal de especies silvestres que extraen fauna y flora de sus entornos naturales para comercialización, tenencia como mascotas, uso ornamental o productos derivados. En 2021, se incautaron en el país 300.783 individuos de fauna y flora, de los cuales 18.636 eran animales y 282.147 plantas.

Entre los animales más afectados se encuentran tortugas, iguanas, monos, loros y felinos, mientras que en la flora destacan palmas, guaduas y especies no maderables.

Las autoridades nacionales han reforzado la normativa y los operativos para enfrentar este tráfico ilegal. La Ley de Delitos Ambientales (Ley 1333 de 2009) tipifica como delito la caza, transporte, comercialización y tenencia ilegal de fauna silvestre, con penas que van entre 48 y 108 meses de prisión dependiendo de la gravedad del caso, la especie afectada, si es migratoria, exótica, en peligro, etc.