Conozca el pueblo donde se encontró la esmeralda más grande de Colombia y el mundo

La reputación de las esmeraldas colombianas sigue vigente y se conserva, en gran parte, gracias a la actividad minera en regiones como Boyacá

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El impulso del turismo representa
El impulso del turismo representa una alternativa en crecimiento, apoyado por el reconocimiento internacional que mantienen las piedras allí extraídas - crédito Pixabay y Colprensa

El valor de la esmeralda en la cultura colombiana se remonta a tiempos ancestrales, cuando las comunidades indígenas que habitaban el territorio antes de la llegada de los conquistadores españoles le otorgaban significados que trascendían lo material.

Considerada no solo como símbolo de poder y riqueza, la esmeralda ocupaba un lugar fundamental en ceremonias espirituales y prácticas sagradas de diferentes pueblos originarios, que desde antiguo supieron identificar sus cualidades y su rareza en la naturaleza.

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La llegada de los colonizadores marcó el inicio de un proceso extractivo a gran escala. Con el dominio español, Colombia empezó a ser reconocida como una fuente inigualable de esmeraldas, al punto de volverse referencia internacional por la calidad y la intensidad del color verde que caracteriza a las gemas extraídas en sus tierras. Desde entonces, la minería de esmeraldas pasó a convertirse en uno de los motores más notables de la economía colonial, articulando dinámicas de producción, comercio y riqueza que perduraron durante siglos.

Capital mundial de la esmeralda

Situr señala que, además de
Situr señala que, además de explorar las minas, es recomendable disfrutar de espacios como el parque principal - crédito Situr

En el presente, la reputación de las esmeraldas colombianas sigue vigente y se conserva en gran parte gracias a la actividad minera en regiones como Boyacá, donde los territorios de Muzo y Chivor concentran las minas más célebres del país. Muzo, en particular, se ha ganado la distinción de “Capital mundial de la esmeralda”, posición respaldada no solo por la relevancia histórica y económica de sus yacimientos, sino porque fue el lugar donde, según registros y leyendas, se encontró alguna vez la piedra más grande jamás extraída.

El Sistema de Información Turística de Boyacá (Situr) identifica a Muzo como epicentro de una época marcada por la “bonanza esmeraldera”, fenómeno que se presentó especialmente durante los años 80. En esos tiempos, miles de aspirantes y buscadores de fortuna llegaron a Muzo motivados por el anhelo de encontrar una veta de esmeraldas que cambiara sus vidas. Sin embargo, aunque las historias de hallazgos extraordinarios se difundían por todo el país, para la mayoría la búsqueda no resultó en un cambio radical de destino.

Esmeraldas legendarias en Colombia

La minería de esmeraldas pasó
La minería de esmeraldas pasó a convertirse en uno de los motores más notables de la economía colonial - crédito REUTERS

A pesar de la afluencia de personas y el dinamismo económico, la fama de Muzo ha evolucionado con los años. Actualmente, sus habitantes han redoblado esfuerzos para que la identidad municipal no quede reducida únicamente al ámbito de la minería. El impulso del turismo representa una alternativa en crecimiento, apoyado por el reconocimiento internacional que mantienen las piedras allí extraídas y reforzado por los relatos y leyendas que envuelven a las esmeraldas más célebres.

Dos de los ejemplares más imponentes descubiertos en Muzo son la esmeralda Fura, de 11.000 quilates (superando los cinco kilos), y Tena, de 2.000 quilates (cercana a un kilo). Ambas piedras fueron halladas en 1999 y los nombres asignados rinden tributo a una leyenda muisca que narra el destino trágico y amoroso de dos príncipes indígenas, vinculando así el pasado ancestral con las riquezas minerales del presente. Este relato, transmitido de generación en generación, es utilizado no solo como recurso cultural, sino como parte integral de la experiencia turística que Muzo ofrece a quienes la visitan.

Muzo: más allá de la minería

A pesar de la afluencia
A pesar de la afluencia de personas y el dinamismo económico, la fama de Muzo ha evolucionado con los años - crédito captura pantalla/@acmineriacol/X

El atractivo de Muzo no se limita a su actividad minera. Aquellos que eligen el municipio como destino pueden participar en recorridos que muestran al detalle el trasfondo de la extracción de esmeraldas, entendiendo desde un enfoque práctico y técnico cómo se buscan, seleccionan y procesan estas gemas. El contacto directo con los sistemas de producción permite a los visitantes comprender tanto la complejidad del trabajo minero como los desafíos que afronta la comunidad dedicada a esta labor.

Pero la oferta turística de Muzo es aún más diversa. Situr señala que, además de explorar las minas, es recomendable disfrutar de espacios como el parque principal, la parroquia de Nuestra Señora de La Naval o los talleres y ferias donde se elaboran reconocidas artesanías empleando esmeraldas y otros materiales autóctonos. Estas piezas, que pueden adquirirse como recuerdos, reflejan tanto el ingenio local como la combinación de técnicas tradicionales y contemporáneas.