Alerta en Bogotá: 34 personas resultaron con quemaduras graves por bioetanol en menos de dos años

El bioetanol, promocionado como seguro para el hogar, ya deja víctimas en Bogotá y expone la falta de regulación y campañas de prevención frente a un peligro evitable

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El uso de bioetanol en
El uso de bioetanol en chimeneas y calefactores ha causado 34 quemaduras graves en Bogotá en menos de dos años - crédito Colprensa

En Bogotá se enciende una señal de alerta que pone en entredicho la seguridad de ciertos dispositivos usados para calentar el hogar. Las chimeneas y calefactores que funcionan con bioetanol, combustible que suele venderse como alternativa limpia y decorativa, provocaron en menos de dos años quemaduras graves a 34 personas, de acuerdo con cifras consolidadas por la Personería Distrital con base en reportes del Hospital Simón Bolívar. Uno de esos accidentes terminó en muerte.

Aunque el número parezca modesto frente al total de 3.022 pacientes atendidos por quemaduras en el mismo periodo, su gravedad, y el hecho de que se trate de eventos prevenibles, llevaron a catalogar el problema como un riesgo emergente de salud pública. El Simón Bolívar, centro nacional de referencia en atención de quemados, registró 1.927 casos en 2024 y 1.095 hasta julio de 2025; entre ellos, los ocasionados por bioetanol se destacan por el nivel de complejidad que implican.

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El 25 % de los
El 25 % de los lesionados por bioetanol son menores de edad, incluyendo niños de cero a cinco años - crédito Freepik

El perfil de las víctimas muestra que la amenaza no se limita a un sector específico. Si bien el 62% reside en Bogotá, un 22% proviene de municipios cercanos como Soacha, Cajicá, Chía y Mosquera, y otro 15% llega desde regiones como Meta y Antioquia. Las llamas, presentadas en la publicidad como un detalle cálido para el hogar, terminan poniendo en riesgo a familias en contextos muy distintos.

La distribución etaria evidencia que los adultos entre 27 y 59 años concentran el 47% de los accidentes, seguidos por jóvenes de 19 a 26 (16%) y mayores de 60 (12%). Aun así, el dato más doloroso es el que involucra a los menores de edad, el 25% de los lesionados no supera los 18 años, y dentro de ellos, un 11% corresponde a la primera infancia, es decir, niños de cero a cinco años.

El análisis geográfico revela que Suba encabeza la lista de localidades con mayor número de casos (18%), seguida de Engativá y Ciudad Bolívar (12% cada una). Chapinero concentra el 9%, mientras Puente Aranda y Bosa registran 6% cada una. Usaquén, Tunjuelito, Usme, Fontibón, Kennedy y San Cristóbal reportan porcentajes menores, confirmando que la exposición no distingue entre viviendas lujosas y barrios populares.

Suba, Engativá y Ciudad Bolívar
Suba, Engativá y Ciudad Bolívar concentran la mayoría de los casos de quemaduras por bioetanol en Bogotá - crédito Secretaría de Salud de Bogotá

La Personería advirtió que, “el bioetanol no solo destruye tejido, también proyectos de vida”. Las secuelas incluyen cicatrices extensas, pérdida de movilidad, amputaciones, desfiguraciones faciales y dolor crónico, además de efectos psicológicos como ansiedad, depresión y aislamiento social. Para muchos pacientes, retomar su empleo o estudios después de largas cirugías y rehabilitación resulta imposible, con un impacto directo en sus familias y en la economía.

La atención hospitalaria refleja la complejidad de estas lesiones, 41% de los pacientes recibió manejo ambulatorio, pero la mitad requirió tratamiento especializado en unidades de cuidado intermedio o intensivo. Un 38% pasó por UCI intermedia de adultos, 15% por UCI adultos y 6% por UCI pediátrica. Pese a esto, el Hospital Simón Bolívar no dispone de un protocolo diferenciado para casos por bioetanol y continúa aplicando guías generales para quemados.

Las estrategias de prevención son limitadas. En octubre de 2024 se desarrolló una capacitación con Bomberos de Cundinamarca sobre atención inicial de quemaduras, y en diciembre de ese año se divulgó un video educativo. Sin embargo, no se han implementado campañas permanentes ni de amplio alcance que informen sobre los peligros de este combustible.

Las secuelas de las quemaduras
Las secuelas de las quemaduras por bioetanol incluyen cicatrices, amputaciones y graves afectaciones psicológicas - crédito Freepik

Para el ente de control, la omisión de medidas más firmes perpetúa un riesgo que puede evitarse. “No actuar de manera oportuna frente a este fenómeno implica naturalizar riesgos evitables, lo cual es inaceptable desde la perspectiva de los derechos humanos”, señaló el informe. Y concluyó: “La capital no puede seguir viendo estas quemaduras como accidentes aislados. Son la consecuencia directa de un producto que circula sin regulación ni advertencias claras, y que está dejando cicatrices profundas en la piel y la vida de los bogotanos”.