Inflación en Colombia seguiría sin bajar: estas son las causas que la mantienen alta y que golpean el bolsillo

El costo de vida continúa presionando a los hogares y la esperada reducción en los precios aún no llega, dejando a las familias con menos margen para ahorrar y gastar

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La inflación en Colombia se
La inflación en Colombia se mantiene resistente y podría cerrar el año por encima de lo esperado - crédito Colprensa

Los analistas económicos vuelven a ajustar sus pronósticos, la inflación en Colombia sigue mostrando señales de resistencia a la baja y, de acuerdo con las proyecciones más recientes, podría cerrar el año en un nivel más elevado de lo que se esperaba.

Un informe de Corficolombiana advirtió que, con corte a septiembre, la variación anual del índice de precios al consumidor (IPC) se mantendría estable en 5,10%. Para ello, estima un aumento mensual cercano al 0,25%, lo que sugiere que el alivio en el costo de vida aún tardará en llegar.

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El informe de Corficolombiana proyecta
El informe de Corficolombiana proyecta una inflación anual del 5,10% para septiembre, con aumentos en energía y educación - crédito Corficolombiana

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) ya había confirmado que en agosto la inflación anual fue del 5,1%, cifra que se ubicó en la parte alta de las expectativas del mercado. Desde entonces, los focos de presión se concentran en tres frentes, los regulados, los bienes y los alimentos. En contraste, los servicios tienden a moderar el avance general de los precios.

El comportamiento de los regulados resulta particularmente llamativo. Mientras en agosto de 2024 la variación mensual apenas fue del 0,02%, este año alcanzó el 0,39%. El alza en las tarifas de energía y los ajustes en los precios de la educación explican buena parte de ese salto. “En contraste, las tarifas del servicio de gas registraron descensos, moderando parcialmente la variación del mes. En este contexto, la inflación anual de los regulados se ubicaría en 5,30%, con un aumento de 16 pbs”, señaló el documento.

En el caso de los servicios, la tendencia es diferente. La actualización de arriendos aportó un 0,24% en septiembre, muy por debajo del 0,58% registrado hace un año. Esa desaceleración llevaría la inflación anual de este rubro a 5,70%, desde el 5,93% observado en agosto.

Por otro lado, los bienes muestran un comportamiento al alza, su inflación anual llegaría al 2,12%, presionada por los mayores precios de productos de aseo y farmacéuticos. “La apreciación reciente del peso colombiano empieza a reflejarse sobre los precios de transables como los vehículos”, añadió el reporte.

Las tarifas de energía y
Las tarifas de energía y educación lideran el alza de los precios regulados, mientras el gas modera el impacto - crédito Neil Hall/EFE

Con este panorama, las mediciones sin alimentos ni regulados se convierten en un indicador clave. La inflación sin alimentos se mantendría en 4,85%, mientras que aquella que excluye tanto alimentos como regulados caería levemente, hasta el 4,71%, frente al 4,82% de agosto.

El reto ahora es doble, contener las presiones que vienen de los sectores más sensibles al bolsillo de los hogares y, al mismo tiempo, lograr que las expectativas de inflación no se desborden hacia 2025. Los analistas coinciden en que la estabilidad aún está lejos de consolidarse.

Impacto al bolsillo

La persistencia de la inflación en Colombia, anclada alrededor del 5%, tiene consecuencias que se sienten de manera directa en el día a día de los hogares. Aunque las cifras puedan parecer técnicas, en la práctica significan que el dinero alcanza para menos y que planificar los gastos se vuelve más complicado.

Uno de los frentes que más golpea al bolsillo son los llamados bienes regulados, tarifas de servicios públicos como la energía o los costos de la educación. Al estar sujetos a decisiones administrativas y ajustes periódicos, estos incrementos no se pueden evitar ni sustituir fácilmente, lo que obliga a las familias a destinar una mayor parte de sus ingresos a cubrirlos.

La persistencia de la inflación
La persistencia de la inflación afecta el poder adquisitivo y dificulta el ahorro de los hogares colombianos - crédito Ricardo Moraes/EFE

El comportamiento de los arriendos, por ejemplo, también es clave. Aunque en septiembre la variación fue menor que la de hace un año, sigue representando un gasto fijo que absorbe buena parte del presupuesto mensual, sobre todo en los hogares que no son propietarios.

Por su parte, el encarecimiento de productos básicos de aseo y farmacéuticos pone presión adicional sobre la canasta familiar. Son artículos de consumo cotidiano, difíciles de reemplazar, y cualquier aumento en sus precios se siente de inmediato.

En este contexto, la estabilidad del peso colombiano ayuda a contener los precios de bienes importados, como los vehículos, pero no compensa del todo los incrementos internos. La conclusión es clara, mientras la inflación no baje de manera significativa, las familias seguirán sintiendo un margen reducido para ahorrar y un poder adquisitivo limitado.