Frente 36 de las disidencias trataron de evitar que el Ejército Nacional se llevaran el cuerpo de alias Román en Antioquia

El despliegue de la organización criminal luego del operativo que dio de baja a “Román” generó temor en la población y obligó al cierre de comercios en el municipio de Campamento

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Fuentes de inteligencia alertan sobre
Fuentes de inteligencia alertan sobre el riesgo de nuevos ataques armados en la región luego de la neutralización de altos mandos del Frente 36, lo que mantiene en alerta a comunidades y autoridades locales - crédito Policía Nacional

Un operativo de la Fuerza Pública en la vereda El Manzanillo, municipio de Campamento, Antioquia, culminó con la muerte de Iván Darío Pérez, conocido como alias Román o Aguilar, quien ocupaba el cuarto puesto en la jerarquía del Frente 36 de las disidencias de “Calarcá”.

La acción, desarrollada en la tarde del miércoles, también resultó en la muerte de Jorge Iván Salazar Ospina, alias Guillermino o Zarco, cabecilla de comisión y experto en explosivos, así como de otros dos integrantes de la estructura, entre ellos una mujer.

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Tras el operativo, miembros de la organización criminal intentaron impedir la recuperación de los cuerpos mediante una asonada, lo que generó una tensa situación en la zona, según informó El Tiempo.

De acuerdo con los detalles recabados por el medio mencionado, la operación se centró en neutralizar a figuras clave del Frente 36, señaladas de ser responsables del ataque contra un helicóptero de la Policía Nacional en Amalfi el 21 de agosto, donde murieron 13 uniformados.

Estos cuerpos corresponden a hombres que operaban bajo órdenes de alias Calarcá y el frente 36 de las disidencias de las Farc - crédito Policía Nacional

Según las autoridades, alias Román habría coordinado la acción, mientras que alias Zarco participó directamente en la ejecución.

La muerte de estos cabecillas representa un golpe para la estructura armada, que opera en el nordeste antioqueño.

La reacción de la Estructura 36 fue inmediata.

Los líderes de la organización movilizaron aproximadamente 120 personas, armadas con objetos cortopunzantes y elementos contundentes, con el propósito de obstaculizar el trabajo de las autoridades.

Estas personas se desplazaron en al menos veinte vehículos y cerca de cien motocicletas, intentando realizar una asonada contra las unidades de la Fuerza Pública presentes en el área.

La presión sobre la población civil fue evidente, ya que los cabecillas buscaron involucrar a los habitantes locales en la recuperación de los cuerpos y en acciones contra los uniformados.

El operativo que desarticuló parte
El operativo que desarticuló parte de la cúpula insurgente expone la vulnerabilidad de los habitantes locales ante represalias y estrategias de coacción por parte de grupos armados ilegales - crédito Policía Nacional

En el marco de estas acciones, alias Samir, cabecilla de comisión armada y responsable financiero del Frente 36, ordenó el cierre de establecimientos comerciales en Campamento, imponiendo un toque de queda.

Paralelamente, alias Primo Gay, tercer cabecilla de la organización, dispuso el despliegue de hombres armados en posiciones elevadas de la vereda, con el objetivo de hostigar a las tropas que adelantaban la maniobra operacional.

Este tipo de presión sobre la comunidad, que incluyó intentos de obligar a campesinos a participar en la recuperación de los cuerpos y en el secuestro de miembros de la Fuerza Pública, ha sido identificado previamente como una estrategia del Frente 36 para dificultar los procedimientos militares y judiciales posteriores a los enfrentamientos.

Durante la inspección del lugar, las autoridades hallaron artefactos explosivos, los cuales destruyeron de manera controlada.

Además, se incautaron dos pistolas, una granada de mano, tres teléfonos móviles, dos radios de comunicación, material de intendencia y propaganda alusiva a la organización.

Alias Guillermino - crédito Policía
Alias Guillermino - crédito Policía Nacional

Estos hallazgos refuerzan la capacidad operativa y el nivel de organización del grupo armado en la zona.

En cuanto a los antecedentes de los cabecillas abatidos, las investigaciones señalan que alias Román acumulaba más de 15 años en actividades delictivas y contaba con una orden de captura vigente por homicidio agravado, concierto para delinquir agravado y porte ilegal de armas de fuego o municiones, expedida por la Fiscalía 75 Especializada.

Por su parte, alias Zarco era considerado uno de los explosivistas experimentados del Frente 36, encargado de fabricar artefactos explosivos improvisados para acciones contra infraestructura crítica, empresas mineras y unidades de la Fuerza Pública en localidades como Amalfi, San Andrés de Cuerquia y Toledo.

Fuentes de inteligencia consultadas por El Tiempo advierten que, tras la muerte de estos cabecillas, la Estructura 36 podría intensificar sus acciones armadas en la región, lo que mantiene en alerta a las autoridades y a las comunidades de los municipios afectados.