Indignación por homicidio de un vendedor de aguacates en Barranquilla: sicarios le dispararon por no pagar una extorsión

Ramón Fidel García Quintero, conocido como “el viejo Fidel”, murió tras ser atacado por dos sicarios en moto cuando se disponía a abrir su puesto de aguacates en la madrugada del miércoles 27 de agosto

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Según algunos testimonios, la víctima
Según algunos testimonios, la víctima era objeto de constantes amenazas por extorsión - crédito Fotomontaje Infobae (Colprensa- Corozal Noticias/Facebook)

El mercado de Barranquillita, en el Centro Histórico de Barranquilla, fue escenario de un crimen que provocó una ola de rechazo e indignación en la comunidad.

En la madrugada del miércoles 27 de agosto, Ramón Fidel García Quintero, conocido como “el viejo Fidel”, murió tras ser atacado por dos sicarios en moto cuando se disponía a abrir su puesto de aguacates.

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El asesinato, ocurrido a las 12:10 a. m. en la calle 10 con carrera 41B, pondría de relieve la creciente inseguridad y la presión que enfrentan los pequeños comerciantes en la ciudad.

En el mercado "el viejo
En el mercado "el viejo Fidel" era reconocido por ser una persona trabajadora y carismática - crédito Corozal Noticias/Facebook

De acuerdo con los primeros reportes del hecho, García Quintero, de 71 años, llegó como cada día a su lugar de trabajo en la plaza de mercado de Barranquillita. Apenas se preparaba para iniciar su jornada cuando dos hombres vestidos de negro, a bordo de una motocicleta AX4 del mismo color, se acercaron.

Testigos relataron que el parrillero descendió del vehículo y disparó varias veces contra la víctima, impactándolo directamente en la cabeza.

Perfil de la víctima y posible hipótesis del asesinato en Barranquilla

“El no ganaba casi, él se iba a rebuscar ofreciendo sus aguacates para llevar algo de comida para su casa”, relató un conocido del sector amedios de comunicación locales, describiendo la rutina diaria de Fidel y la precariedad con la que subsistía.

Asimismo, la comunidad lo reconocía como un hombre trabajador y apreciado, que cada mañana, sin importar las condiciones, abría su puesto con la esperanza de obtener el sustento diario.

Tras el ataque, García Quintero fue trasladado de urgencia al Hospital General de Barranquilla. Aunque ingresó con signos vitales, los médicos no lograron salvarle la vida debido a la gravedad de las heridas.

El hallazgo del celular de
El hallazgo del celular de la víctima será fundamental para esclarecer el caso - crédito Pexels

La inspección técnica del cadáver estuvo a cargo del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), mientras que agentes de la Sijín y de inteligencia iniciaron las investigaciones para esclarecer los móviles y dar con los responsables.

Extorsión y amenazas a comerciantes en el mercado de Barranquillita

Fuentes cercanas a la víctima señalaron de manera extraoficial que Fidel había sido objeto de extorsiones.

Según estas personas, recibía amenazas presuntamente de la banda Los Pepes, que le exigían pagos semanales para permitirle trabajar en paz.

A pesar de la presión, al parecer nunca formalizó una denuncia ante el Gaula de la Policía. En el lugar del crimen, los investigadores hallaron su teléfono celular, que podría contener los presuntos mensajes intimidatorios que resultarían determinantes en la investigación..

La víctima se dedicaba a
La víctima se dedicaba a la venta de aguacates en el mercado Barranquillita - crédito AdobeStock

El caso de Fidel no es aislado. Comerciantes del sector habrían expresado ante el CTI que enfrentan una situación similar: deben pagar cuotas a bandas criminales para poder ejercer su actividad sin ser víctimas de amenazas, hostigamientos o incluso atentados contra sus vidas.

La extorsión se ha convertido en una práctica extendida en Barranquillita y otros barrios del área metropolitana, donde grupos como Los Costeños, Bloque Resistencia Caribe y Los Pepes ejercen control territorial.

De hecho, la Policía ha recibido más de 600 denuncias formales de extorsión en lo que va de 2025, aunque la propia institución reconoce que la cifra real podría duplicarse, ya que muchas víctimas optan por el silencio por temor a represalias. Las modalidades de intimidación son diversas: desde llamadas y mensajes amenazantes hasta visitas personales, panfletos y videos con advertencias explícitas.

La muerte de Fidel deja un vacío entre quienes lo conocieron y evidencia la vulnerabilidad de quienes, como él, solo buscan ganarse la vida en medio de un entorno marcado por la violencia y la extorsión.

“Desgraciados asesinos al infierno van a parar”; “Barranquilla es dueña de los que extorsionan”; “No joda que maldad tan grande extorsión a un vendedor que a veces ni para el transporte tienen...(sic)”, fueron algunas reacciones de indignación frente al homicidio.

Hasta la redacción de esta nota no hay un pronunciamiento oficial por parte de las autoridades en este caso.