Privados de la libertad denunciaron que reciben comida podrida y cruda en cárcel de Medellín

Las condiciones en el penal son calificadas como indignas, por lo que los presos iniciaron una huelga de hambre

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Los privados de la libertad
Los privados de la libertad denuncian que el operador de alimentos les da comida cruda y podrida - crédito El Titular Informativo / Facebook

La crisis humanitaria que atraviesa la cárcel El Pedregal en Medellín se convirtió nuevamente en tema de conversación en las redes sociales tras el inicio de una huelga de hambre por parte de los internos del patio octavo, que protestan por las condiciones en las que reciben los alimentos. Desde las 11:00 p. m. del martes 26 de agosto de 2025, los reclusos tomaron la determinación de abstenerse de ingerir la comida proporcionada por la administración penitenciaria, denunciando un servicio de alimentación que consideran indigno y perjudicial para su salud.

Las quejas de los internos se centran en la calidad y el estado de los alimentos. Según los testimonios publicados por el medio local Alerta Paisa, las raciones entregadas se acompañan de “agua con gusanos”, “pollo mal preparado, crudo y podrido”, “papas podridas” y “bebidas con sabor a jabón” son algunas de las descripciones que entregaron los privados de la libertad a sus familiares.

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Uno de los allegados a uno de los reclusos relató al medio local que la situación dentro del penal es un “verdadero suplicio”, debido que la comida llega en condiciones que no cumplen con los mínimos de salubridad: “Les entregan comida podrida, pollo crudo, ensaladas en descomposición. No hay dignidad en lo que reciben”, afirmó la mujer, que denunció que las porciones resultan insuficientes y los horarios de entrega son completamente irregulares.

Reclusos de la cárcel El
Reclusos de la cárcel El Pedregal, en Medellín, están en huelga de hambre - crédito Colprensa

El desorden en la distribución de los alimentos fue otro de los puntos críticos señalados en la denuncia, pues los internos aseguran que los desayunos se sirven al mediodía, los almuerzos después de las 8:00 p. m. y las cenas en la madrugada, lo que ha contribuido al desarrollo de enfermedades.

Del mismo modo, se indicó que resulta casi imposible acceder a los alimentos que venden en las “chazas” dentro de los patios por los altos precios: un enlatado puede costar hasta $20.000, un paquete de galletas $17.000, una chocolatina $7.000 y un paquete de papas fritas también $17.000.

La denunciante indicó que aquellos que no disponen de recursos económicos deben conformarse con lo que se les entrega, a pesar de que, en la mayoría de los casos, los productos no son aptos para el consumo humano.

Hacinamiento en El Pedregal

En los patios 1, 2 y 3, los internos se ven obligados a turnarse para dormir, debido a que solo los que pueden pagar por una colchoneta o un camarote logran descansar en condiciones mínimamente aceptables. Esta situación ha derivado en problemas de salud que, según las denuncias, no reciben atención oportuna; como es el caso de problemas de desnutrición y otras enfermedades.

Algunos internos que han trabajado en la cocina del penal revelaron que los alimentos no se lavan antes de ser preparados: “Por ejemplo, las papas llegan del mercado y se echan directamente a las ollas, sin ningún tipo de limpieza”, indicó la denunciante.

Cabe mencionar que los internos advirtieron a sus familiares por la falta de higiene en la manipulación de las bandejas, que en ocasiones son arrojadas al suelo, por donde circulan ratas. Así, los reclusos y veedores emitieron un comunicado en el que solicitaron la renuncia de los responsables del contrato de alimentación, así como la intervención inmediata de los organismos de control y autoridades competentes.

Las condiciones de salubridad son
Las condiciones de salubridad son nulas - crédito Imagen Ilustrativa Infobae

Solicitud formal para la pronta atención a los internos

Familiares de los privados de la libertad presentaron un derecho de petición ante el Ministerio de Justicia, la Procuraduría y otras entidades, con el fin de que se adelanten labores de control al establecimiento carcelario y se contraten operadores que cumplan con los estándares mínimos de salubridad y dignidad.

Los familiares y organizaciones defensoras de derechos humanos están alerta ante la posibilidad de que la huelga de hambre se extienda a otros pabellones, lo que podría desencadenar un mayor problema en el establecimiento carcelario y poner en riesgo el bienestar de la población interna.