Univalle y Gobernación del Valle expresan solidaridad tras la muerte del estudiante Juan Esteban Cedeño

Autoridades y organizaciones se suman al acompañamiento de la familia y la comunidad universitaria. El apoyo psicológico se convierte en prioridad ante la crisis

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La Universidad del Valle lamenta
La Universidad del Valle lamenta la muerte de Juan Esteban Cedeño Loaiza, estudiante de Ingeniería de Sistemas - crédito Universidad del Valle

La consternación volvió a golpear a la Universidad del Valle. El sábado, 23 de agosto de 2025, la institución confirmó el fallecimiento de Juan Esteban Cedeño Loaiza, estudiante de segundo semestre de Ingeniería de Sistemas. La noticia se extendió rápidamente por los pasillos de la universidad y en cuestión de horas las redes sociales se llenaron de mensajes de solidaridad hacia sus familiares.

El comunicado oficial emitido por la institución fue contundente y emotivo. “Expresamos a su madre, Adíela Loaiza; a su padre, Rigoberto Cedeño, así como a sus allegados y amigos, nuestro sentimiento de pesar y solidaridad en estos momentos tan tristes y dolorosos para ellos y para toda la comunidad universitaria”, señaló Univalle al dar a conocer el hecho.

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La comunidad universitaria expresa solidaridad
La comunidad universitaria expresa solidaridad y apoyo a la familia de Juan Esteban tras su fallecimiento - crédito Univalle

La Vicerrectoría de Bienestar Universitario informó que ya entró en contacto con la familia de Juan Esteban, con el propósito de acompañarles en este momento de duelo. La entidad universitaria reiteró que su compromiso no se limita al ámbito académico, también al apoyo humano y emocional en situaciones como esta, que dejan huella en todo el campus.

Compañeros y profesores recordaron al joven como alguien entusiasta, con muchas ilusiones puestas en su carrera y apenas iniciando su camino en el mundo de la tecnología. “Es muy difícil asimilarlo. Juan Esteban tenía apenas 19 años y estaba lleno de sueños”, comentó uno de sus compañeros de clase, visiblemente afectado a El País de Cali.

La noticia no tardó en trascender al ámbito regional. La Gobernación del Valle del Cauca reaccionó públicamente a través de la red social X. “Nuestra solidaridad y acompañamiento a su familia y comunidad universitaria. Reafirmamos nuestro compromiso con el bienestar emocional: Línea 106 está habilitada para escuchar a vallecaucanos”, publicó la administración departamental, recordando la existencia de este canal de atención psicológica para quienes enfrenten crisis emocionales.

A la voz de apoyo se sumó también el Comité Regional de Derechos Humanos, que confirmó el fallecimiento y expresó su respaldo a la comunidad universitaria, resaltando la importancia de garantizar entornos seguros para estudiantes y docentes.

La Gobernación del Valle del
La Gobernación del Valle del Cauca ofrece apoyo emocional y recuerda la Línea 106 para atención psicológica - crédito @GobValle/X

Este nuevo episodio enluta a la universidad pocos meses después de otro hecho trágico. El 8 de mayo de 2025, en la sede de Palmira, la estudiante Sirley Vanessa López perdió la vida tras un ataque armado perpetrado por un hombre identificado como Brayan Tovar. Según la Policía, el agresor se quitó la vida después del ataque y dejó además a otra joven herida. El caso marcó profundamente a la comunidad educativa, que aún no termina de recuperarse de esa herida. Ahora, con la partida de Juan Esteban, Univalle enfrenta de nuevo la difícil tarea de unir fuerzas para acompañar a su comunidad y honrar la memoria de quienes partieron demasiado pronto.

Salud mental de jóvenes en Colombia

La salud mental de los adolescentes en Colombia atraviesa un momento crítico. La pandemia no solo alteró la vida académica y social de esta generación, también dejó una huella profunda en su bienestar emocional. Hoy, en un país donde hay más de 4,7 millones de jóvenes en edad escolar, los datos son preocupantes, el Ministerio de Salud estima que el 44,7% presenta indicios de afectaciones mentales, mientras que el 23% fue víctima de acoso escolar, según el Sistema Unificado de Convivencia.

Los especialistas coinciden en que la soledad es uno de los factores más determinantes. Daniela Calderón, psicóloga clínica, explicó que la disminución del tamaño de las familias y el debilitamiento de los grupos de pertenencia intensificaron la sensación de aislamiento. “Ahora, con familias cada vez menos numerosas en las que tener dos hijos o más es una rareza, la situación es muy distinta y los adolescentes están, y se perciben, mucho más solos”, señaló a Cambio.

La pandemia no solo alteró
La pandemia no solo alteró la vida académica y social de esta generación, también dejó una huella profunda en su bienestar emocional - crédito iStock

A este panorama se suma la presión digital. Redes como TikTok o Snapchat multiplican referentes y modelos sociales que cambian a un ritmo vertiginoso, generando ansiedad en los jóvenes que buscan encajar. El exceso de conexión, más que favorecer la integración, está reforzando la fragmentación. Viviana Quintero, experta en protección en línea, advirtió al medio antes mencionado que este consumo compulsivo no solo fomenta el aislamiento, sino que puede potenciar problemas como la depresión o la ideación suicida.

Con 183 suicidios de menores reportados en 2024, el desafío es mayúsculo, garantizar entornos seguros, recuperar espacios de socialización y cerrar la brecha entre adolescentes y adultos que, en muchos casos, aún desconocen la dimensión del mundo digital en el que sus hijos crecen.