María Carolina Hoyos celebró el cumpleaños de su padre, en medio de su duelo por Miguel Uribe: “Elijo el vaso medio lleno”

“Aunque duela elijo ver el vaso medio lleno. Hoy celebro la vida de mi soporte, de mi ejemplo, de quien me inspira cada día a seguir adelante”. Con estas palabras, María Carolina Hoyos rindió homenaje a su padre, Luis Francisco Hoyos Villegas, en la celebración de su cumpleaños número 78.

El mensaje, cargado de gratitud y amor filial, se convirtió en un reconocimiento a la fortaleza familiar que ha sostenido a los Hoyos-Turbay frente a la adversidad y la pérdida.

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Las palabras de María Carolina no solo celebraron la vida de su padre, sino que también evocó la ausencia de su hermano, el exsenador Miguel Uribe Turbay, asesinado recientemente. En su dedicatoria, la periodista agradeció a su padre por ser “fuerza, amor y luz en mi camino” y subrayó la importancia de mantener la esperanza y la unión familiar, incluso en los momentos más difíciles.

Luis Francisco Hoyos Villegas, figura central de esta conmemoración, pertenece a una familia con una profunda tradición política y empresarial en Colombia. Es hijo de Pilar Villegas de Caldas, exgobernadora de Caldas, quien también fue representante a la Cámara y senadora. Su hermano, Juan Martín Villegas Hoyos, ha ocupado cargos públicos, especialmente en Manizales. La trayectoria de Hoyos Villegas se entrelaza con la historia política del país y ha sido un referente de apoyo y resiliencia para sus hijos.

La vida de Luis Francisco estuvo marcada por su matrimonio con Diana Turbay Quintero, reconocida periodista y figura pública. Tras la separación, cuando María Carolina tenía dos años, la relación entre padre e hija se mantuvo cercana.

A los 17 años, luego del secuestro de su madre por el cartel de Medellín, María Carolina se trasladó a vivir con su padre, quien ya había formado una nueva familia. En ese momento, se distanció físicamente de su hermano Miguel, quien, con solo cuatro años, quedó al cuidado de su padre, Miguel Uribe Londoño, y de su abuela materna, Nydia Quintero. A pesar de la distancia, los lazos entre los hermanos se mantuvieron sólidos, y Miguel también forjó vínculos con los otros hijos de Luis Francisco.

Las tragedias han dejado una huella profunda en la familia. La muerte de Diana Turbay en 1991, tras seis meses de secuestro, marcó el inicio de una serie de pérdidas dolorosas. La partida de Nydia Quintero y el reciente asesinato de Miguel Uribe Turbay han puesto a prueba la entereza de los Hoyos-Turbay.

María Carolina ha destacado el papel de su padre como sostén en estos momentos: “No sé de dónde saca su entereza. Pero es él quien nos mantiene unidos. Él y Pía, junto a mi esposo, mis hijos, mis hermanos, mis tíos, mis primos, mis amigos, es la red que me sostiene cuando todo tiembla”.

En el entorno familiar, los hermanos de María Carolina por parte de padre han construido trayectorias propias. Mauricio Hoyos Holguín, conocido por su participación como inversionista en Shark Tank Colombia, es CEO de Sencia, la empresa encargada de administrar el estadio El Campín de Bogotá y responsable del proyecto del nuevo estadio de la ciudad. Andrés Albán Holguín es empresario y cofundador de Punto Red, además de tener participación en Sencia. Ambos han consolidado carreras en el ámbito empresarial, sumando nuevos capítulos a la historia familiar.

El recuerdo de Miguel Uribe Turbay permanece vivo en la memoria de María Carolina. En una carta publicada tras su fallecimiento, la periodista expresó el dolor de despedir a su hermano: “Nunca imaginé tener que enterrar a mi hermano Miguel”. Rememoró el día en que, hace 34 años, entró a la Catedral Primada de Bogotá de la mano de Miguel, entonces un niño, para despedir a su madre.

La experiencia de la pérdida se repitió con la muerte de Miguel, y la familia encontró consuelo en la fe y la unión. Durante las más de ocho semanas que Miguel permaneció hospitalizado en la Fundación Santa Fe de Bogotá, la familia organizó misas diarias y rezó el rosario, buscando fortaleza para afrontar el desenlace.

En su despedida, María Carolina describió a Miguel como “padre amoroso, hijo que honró su apellido con rectitud, esposo que amó sin medida, tío ejemplar, sobrino querido, amigo leal y hombre íntegro”. Asumió el compromiso de proteger y acompañar a Alejandro, el hijo de Miguel, y de mantener la red de apoyo que ha sido fundamental para superar las adversidades.

La periodista ha compartido cómo la familia enfrenta la ausencia de Miguel, reconociendo que el proceso de duelo es complejo y comparándolo con el ascenso al monte Everest.

En sus declaraciones, “las peores horas que nadie imaginó que fueran a ocurrir” han puesto a prueba su fe y su capacidad de resiliencia. Durante la hospitalización de Miguel, la esperanza de un milagro se mantuvo intacta, aunque el desenlace no fue el esperado. María Carolina relató que, tras el último parte médico, la situación de su hermano se agravó, pero nunca perdió la esperanza de verlo recuperado.

En este contexto de dolor y búsqueda de sentido, la familia Hoyos-Turbay se aferra a la fe y a la fortaleza de sus lazos. María Carolina, al reflexionar sobre el camino recorrido, expresa su determinación de buscar comprensión y consuelo en la espiritualidad y en el amor que los une.